El castillo de Balsapamba, Provincia de Bolívar, Ecuador.
Localizado en Balsapamba – Provincia de Bolívar,
siempre perturbó a los niños. Algo no cuadraba con el paisaje autóctono subtropical
del que está rodeado. Parecía de otro reino, cruzando el océano. Siempre daba
un sabor a miedo, misterio y respeto; hoy, le tienen mucha admiración y más a
su dueño y sus conocimientos.
El Castillo Museo -BASTIÓN ANDINO- recoge valiosas
piezas e información de culturas prehistóricas, prehispánicas y coloniales. El
lugar se encuentra rodeado de vegetación subtropical y el río Cristal se
escucha sonar al final del barranco junto a la carretera. Es parte del
“Torneado”, aquel camino que une la costa con la sierra desde tiempos
precolombinos y en el que se dio la llamada “Batalla del Camino Real”,
importante para la independencia de Guayaquil.
Don Eugenio Gloor, su dueño, hace un par de años atrás,
tuvimos la suerte de visitarlo y conocerlo en su castillo. Nos mostró su museo,
nos habló de su libro “Sendero Milenario” y nos contó como vino a Ecuador,
desde su natal Suiza y se enamoró de Balsapamba. No era el señor gruñón y
solitario que vivía en su gran castillo como nos habíamos hecho ideas e
impresiones cuando niños, más bien, un tipo muy inteligente y conocedor de
algunas ciencias y oficios.
El museo es variado y consta de piezas arqueológicas de
culturas como: Valdivia, Machalilla, Chorrera, Jama Coaque, Manteña Huancavilca
y Puruhá, muchas de las cuales constan en su libro y han sido encontradas en el
torneado, aquel camino que une la sierra con la costa desde tiempos
precolombinos. Partes óseas de dinosaurios, varios fósiles, restos de meteoritos,
billetes antiguos, armas de la Batalla del Camino Real, la cual fue clave para
la independencia de Guayaquil, el 9 de octubre de 1920.
Una pequeña colección de monedas y billetes de la época
de la colonia, rocas fosilizadas de Puyango, piezas de la cultura Valdivia,
donde la cerámica era el material predominante. También material lítico del
denominado Camino Real o de García Moreno, el cual se cree fue levantado sobre los
cimientos del antiguo camino inca, y más artículos aborígenes. Todo esto
conforma el hermoso e imperdible museo.
Se puede conocer en las piezas, las diferentes formas y
usos que la cultura Chorrera les daba a los huesos humanos, los sellos que
utilizaba la tribu Manteño-Huancavilca, para adornar sus cuerpos, una
reconstrucción de la evolución de herramientas líticas de la cultura Puruhá,
donde el material predominante era la piedra y con el pasar de los años se fue
perfeccionando hasta incluir el metal.
Paseos por la zona
Dar una vuelta en la tarde o en la noche por estos
caminos también resulta fascinante. El sonido de la naturaleza es majestuoso en
cualquier lugar. Durante la caminata se puede ver luciérnagas revoloteando cuando
la noche empieza a caer. Insectos de todos los tamaños, juegan alrededor de las
lámparas de los postes, algún murciélago o mariposa gigante también adornan el
espectáculo de los alrededores, cercanos a la parroquia Balsapamba.
Fuente: Paúl Ramón, UMEK Cultura Híbrida. Revisión y
Diseño: elcofresito.
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