El señor de Sipán: Cultura Mochica.


Desgraciadamente poco o muy poco conocemos de las culturas y pueblos americanos que no sean los Incas, Mayas o Aztecas, sin embargo, existe una gran cantidad de culturas prehispánicas desconocidas para la gran mayoría, algunas continúan en el olvido, mientras que otras, gracias a los hallazgos arqueológicos, se están empezando a conocer, sorprendiéndonos por su cultura, arquitectura, estructura política, etc. Estamos hablando de civilizaciones que vivieron en periodos tan extensos que abarcan desde el Siglo I hasta el VII. Tal es el caso de la Cultura Mochica, centro de atención de éste blog: conozcamos su forma de vivir, sus leyes, su sociedad, artesanía, conozcamos más profundamente al Señor de Sipán.

La cultura Mochica, también conocida como Moche, se inicia en el siglo I d.C. y finaliza en el siglo VII d.C., constituyendo una sociedad organizada y compleja. Esta sociedad sufrió una serie de cambios en torno al año 550 d.C., producto de severas sequías. Sequías que incluso llegaron a persistir durante 32 años, seguramente como consecuencia del fenómeno del “Niño”, esta situación tuvo graves consecuencias como fue el abandono de los valles donde se había desarrollado, desplazándose hacia zonas del interior, donde paulatinamente comenzó su periodo de extinción.

Se localizaba en la franja desértica de la costa norte de Perú, un escenario angosto y duro, ya que es ahí donde se han encontrado los restos de sus palacios, templos y construcciones hídricas; y, por supuesto, sus cementerios, muestra evidente de sus creencias, artesanías y sociedad.


Se considera una cultura con una compleja organización y una avanzada tecnología, ya que contaban con sistemas de irrigación. Mientras al otro lado del mundo, en Europa, el Imperio Romano alcanzaba su máximo esplendor, los mochicas desplegaban sus conocimientos y su religión. A esta etapa del Perú, se la conoce como regionalización.

Localización

La cultura Moche, nace de la fusión de las culturas Cupisnique, Salinar, Vicús y Virú, esta fusión consiguió aunar todos los elementos culturales, artísticos y sociales para crear una sociedad autónoma y suficiente, los aportes tecnológicos e ideológicos, hicieron de esta civilización la más avanzada de toda la región andina y nor-costeña.

Localización

Los Mochicas, habitaron en el valle Mochica, entre el valle de Nepeña, localizado al sur y el valle de Piura en el Norte, estableciéndose en toda esa franja. Donde también se encontraban los valles de la Leche, Lambayeque, Jequetepeque, Chicama, Moche, Virú, Chao, Santa y Nepeña, todos convenientemente regados por los ríos que le dan nombre al valle.


Mochicas del norte y Mochicas del sur


La cultura Moche, recibe este nombre por los descubrimientos llevados a cabo en el Valle del Moche, pero históricamente era conocida como Protochimú o  Chimú Temprano. La lengua con la que se comunicaban era el Muchik, y como derivación de este término, aparece el vocablo Mochica, que es la otra forma de conocer a esta cultura.

Desierto de Paiján, frontera natural entre los Mochicas del Norte y los del Sur

Los Mochicas estaban divididos, simplemente por motivos geográficos, entre la Costa Norte y la Costa Sur, el motivo es el desierto de Paiján, que consiguió no solo dividirlos geográficamente, sino que también influyó en las manifestaciones culturales, donde podemos apreciar notables diferencias entre los Mochicas del Norte y los Mochicas del Sur. Entre ellas las tumbas de los Mochicas del Norte, donde se encontró la famosa tumba del Señor de Sipán.

Mapa

Entre los Mochicas del Norte y los Mochicas del Sur, se aprecian diferencias en todos los sentidos. Podemos encontrar diferencias en:

Las tumbas. Los enterramientos de los Mochicas del Norte, más ricos en metales, mientras que los Mochicas del Sur, fueron los que crearon la mayoría de los “Huacos Retratos”, que son trabajados en arcilla cuyo realismo es espectacular, éstos representan caras con estados de ánimo, gestos, expresiones, tristeza, seriedad, alegría, soledad, prácticas, rituales, etc.

Las tumbas de los Mochicas del Sur, caracterizadas por sus piezas cerámicas

La cerámica: La cerámica de los Mochicas del Norte es de colores dominantes como el naranja y el crema, con los motivos en color rojo e incluso púrpura. En las cerámicas del sur, sólo se utilizaba un color para el fondo que era el blanco o el crema y sus decoraciones en rojo u ocre.

Huaco Retrato

La arquitectura: Las construcciones norteñas al igual que las edificaciones de las culturas del sur, tenían como construcción principal las pirámides, la diferencia estaba en la forma de acceder a ellas, las norteñas con rampas, mientras que en las del sur no se han encontrado restos de su aspecto.

Reconstrucción de la tumba del Señor de Sipán

Las pirámides todavía se encuentran en fase de limpieza y estudio, pero no cabe duda que eran impresionantes, visibles desde lugares muy remotos.

Pirámides Mochicas, muchas de ellas aún sin explorar

La cultura Mochica

Cultura moche

La cultura mochica, o moche, era una sociedad avanzada para su tiempo, capaz de canalizar las aguas y desarrollar un complejo sistema de riego para sus tierras. Crearon acueductos, terrazas, depósitos y todo un complejo sistema encaminado a llevar las aguas hasta sus tierras, ya que el sustento básico era la agricultura, llegando a utilizar fertilizantes animales. Cultivaron esencialmente el maíz, el frejol, la mandioca, la calabaza y la chirimoya.

Antiguo canal de riego

Las primeras aldeas de las que se tiene constancia están en la desembocadura del río Jequetepeque, pero su núcleo principal se asentó en el valle del río Moche, donde se construyó una ciudad sagrada que fue sede del gobierno mochica.

Reconstrucción de la Huaca de la Luna

Sus principales restos son las Huacas del Sol y de la Luna, auténticos palacios de los señores mochicas, que eran los gobernantes, los que tenían un poder absoluto fuera de todo control y de transmisión dinástica. Era tal la fuerza que tenía la religión en esta sociedad que los sacerdotes jugaban un papel importantísimo en el gobierno del pueblo, hasta el punto de considerarse a la sociedad moche como teocrática.

 Restos de la Huaca del Sol

Y es que, precisamente, la religión mochica giraba en torno a la veneración a la Luna, a la que llamaban Si. Por eso tenían tan perfecto conocimiento del movimiento de las mareas y de las fases lunares. Para ellos la muerte no era sino un tránsito a otro nivel de vida donde se continuaba al igual que en la Tierra, teniendo responsabilidades y derechos propios de su rango.

 Imagen de la Huaca del Sol y de la Luna

La sociedad estaba organizada por clases, con los campesinos y mendigos en su estamento más bajo, los artesanos y sirvientes en la intermedia y los sacerdotes en la alta. Finalmente, el señor, que se situaba en la cima más alta de la pirámide social.


Sin embargo y a pesar de esta fuerte división social, los mochicas eran seres que disfrutaban de la vida como demuestran sus pinturas y cerámicas. Les gustaba beber e incluso llegar a emborracharse. Bailaban con frecuencia y en cuanto al sexo no tenían prejuicios éticos y morales, pues, siempre según las cerámicas encontradas, practicaban las más diferentes formas de coito, predominantemente el anal y el bucal.


La cerámica ha pasado a la historia como el símbolo de esa sociedad, su mayor arte pues, es de una gran belleza estética y presenta una decoración muy variada, desde animales hasta plantas o dioses. Sin embargo, también sabían manejar los metales preciosos y a utilizar perfectamente el calor y el frío.

Cerámica Mochica

El descubrimiento del Señor de Sipán


El descubrimiento de las tumbas reales del Señor de Sipán, dio gran información sobre este pueblo y aún es mucha la que tiene que dar. Es el pasado entero de toda una nación, la historia de una civilización desde sus orígenes, unas raíces que han resurgido gracias a este encuentro.

Tumba del Señor de Sipán

En febrero de 1987, el arqueólogo Walter Alva, recibió la visita policial para alertarle sobre el saqueo de una tumba de la cultura moche, en la localidad de Sipán, cerca de Chiclayo, este lugar ya era conocido por los arqueólogos por sus restos, era una zona conocida como la Hueca Rajada.

Perú padecía una crisis socio-política que hundía la economía a pasos agigantados, donde la carencia de autoridad y el desorden reinaban a sus anchas. Los campesinos, llamados por las necesidades y sus inquietudes, dejaron de lado sus labores para saquear las tumbas de sus propios antepasados. Lentamente, la zona mochica fue tomada por saqueadores que se llevaban lo que podían sin saber que estaban haciendo desaparecer parte de la historia de el Perú.

El Señor de Sipán, excavaciones

Cuando Alva, llegó al lugar del saqueo, comenzó con los trabajos de rescate arqueológico y cuando profundizaron, supuso lo que los saqueadores habían encontrado, la gran riqueza que no era  habitual en los entierros Moches, que, hasta entonces, se habían descubierto.

Las labores de arqueología rutinaria, se convirtieron de repente en el Proyecto Arqueológico más importante de América del siglo XX. Pasaron de algo temporal a un proyecto arqueológico permanente. Las excavaciones se prolongaron durante meses e incluso años, hasta cuando llegaron a encontrar las tumbas intactas de dos reyes, El Señor de Sipán y El Viejo Señor de Sipán, ambos cuerpos habían sido enterrados con sus acompañantes.

Desde 1987 hasta el 2010, se han encontrado 16 tumbas de nobles Moches, entre ellas la perteneciente a un Sacerdote-Guerrero, vestido exactamente igual que el cuarto personaje de una escena pintada en una cerámica.

Disposición de la Tumba del Señor de Sipán

Se han llegado a considerar las tumbas más ricas jamás encontradas en América del siglo XX, ya que en estos entierros hay joyas de gran calidad y un numeroso ajuar funerario. Este hallazgo ha supuesto además, un mejor conocimiento de la sociedad Moche, de sus dirigentes, sacerdotes, etc.

Cuando se descubrió la tumba del Señor de Sipán, lo que más impresionó fue la cantidad de ornamentos de oro, plata y piedras preciosas como la turquesa. La tumba no llegó a ser saqueada por lo que la convierte en la única, de un gobernador precolombino, que se ha preservado intacta.


El cuerpo es el de un hombre cubierto de ornamentos, armas e insignias de oro, plata y cobre. El cuerpo mide 1,67 metros de estatura y se supone que falleció a los 35 ó 40 años. Junto al cuerpo se hallaban restos de 8 personas: 3 mujeres, 2 hombres, 1 niño y 2 guardias, además, de los restos de 2 llamas y 1 perro. Se cree que fueron sacrificados, posiblemente por medio de algún rito para acompañar al difunto al mundo de los muertos.

En total se encontraron 600 objetos en la tumba, entre los que destaca la vestimenta, los 3 pares de orejas de oro y turquesa, un collar que luce veinte frutos de maní, diez de oro y diez de plata, que parece representar a los dioses principales, El Sol y La Luna, como elementos religiosos, al igual que el maní cuyo significado era el comienzo y el renacer.


Más de 1.700 años después de su fallecimiento, el Señor de Sipán, conseguía enriquecer al pequeño pueblo de Lambayeque, colmándolo de investigadores y turistas de muchos rincones del mundo. Casi 30 años después de ver la luz, las excavaciones en la zona mochica continúan descubriendo las huellas del pasado.


¿Quién fue el Señor de Sipán?


El Señor de Sipán, fue un antiguo gobernante Mochica que vivió en el siglo III d.C., se cree que alrededor del año 250.

Restos del Señor de Sipán

El Señor de Sipán, consiguió pasar de noble a gran sacerdote guerrero, por lo que era poseedor de un gran respeto e imponencia. Era una persona de aproximadamente 1.65 metros de altura (una talla alta para aquél entonces), de complexión atlética, que falleció de aproximadamente 30 años en el año 240 d.C, aunque algunos historiadores estiman que fue en el año 310 d.C.

A pesar de que su fallecimiento se calcula que se haya producido a los 3 meses de llegar al trono, el Señor de Sipán, debió tener para su pueblo un nivel jerárquico semi-divino, similar a lo establecido en la cultura Inca. Sus restos hablan de una persona que gozaba de buena salud hasta su muerte y su dieta le había proporcionado muy poco desgaste dental.

Muy cerca de la tumba del Señor de Sipán, los investigadores del Museo Brüning, descubrieron en 1989 las tumbas de “El Sacerdote” y del “Viejo Señor de Sipán”.

Tumba del Señor de Sipán, junto a sus guardianes, como detalle los pies fueron cortados.

La tumba del Viejo Señor de Sipán, es cronológicamente más antigua que las demás, y a diferencia de que su cámara funeraria poseía emblemas de la jerarquía real, con elementos de oro, plata y pectorales de concha, no tenía ningún acompañante envuelto en componentes vegetales. Todas las piezas originales han sido restauradas en el Museo de Mainz, en Alemania, desde el año 1988 hasta 1993, y actualmente se exhiben en el Museo Tumbas Reales de Sipán de Lambayeque.

Los restos del Señor de Sipán, tesoros de la Cultura Mochica

La causa del fallecimiento del Señor de Sipán, sigue siendo todo un misterio, ya que en sus restos no se hallaron marcas que atestiguasen por qué razón murió tan joven. No obstante, muchos de los hombres y mujeres que han sido localizados en las excavaciones, enseñan heridas violentas en sus huesos. Seis mujeres de unos 20 años de edad, aparecieron con el pie roto, seguramente para que no pudiesen escapar. Los hombres que habían sido sepultados cerca del Señor de Sipán, poseían toda clase de ornamentos, desde armas, collares de perlas, hasta cuchillos simbólicos y grandes aretes de oro.

Cultura Mochica

El Señor de Sipán, fue enterrado con honores en un féretro de madera con una gran cantidad de perlas, una coraza laminada de metal y turquesas, una máscara y complementos de oro, una diadema de cobre con plumas. Se le colocaron abanicos de plumas, dos Tumi de oro, las láminas de una corona de oro y además habían 250 ceramios. En su tumba también había dos esqueletos de mujeres jóvenes, el esqueleto de un perro y de dos llamas. Además, en la tumba principal se hallaba el esqueleto de un hombre joven que hacía de guardián, con escudo dorado y los pies seccionados.

El Museo de las Tumbas Reales de Sipán

Los objetos y restos humanos encontrados en la tumba del señor de Sipán, así como los hallados en las otras excavaciones que tuvieron lugar después de su descubrimiento y que desembocaron en el encuentro de las tumbas del conocido como ‘Viejo Señor de Sipán‘ y de un sacerdote, son los restos más importantes de la cultura mochica. En un principio, dado que el Perú no contaba con los medios suficientes para asegurar la conservación y la adecuada restauración de todo lo hallado en Huaca Rajada, los objetos vinculados a estas tumbas se enviaron a Alemania, donde fueron objeto de una intensa investigación, incluyendo un análisis de ADN que descubrió que ambos señores de Sipán tenían claros vínculos familiares por línea materna.

Museo de las Tumbas Reales Sipán

Sin embargo, con el impulso del propio responsable del descubrimiento, Walter Alva, se realizó la creación de un museo que pudiera poner a la disposición del gran público los magníficos descubrimientos encontrados en Huaca Rajada.

Así se empezó a construir un importante edificio que pretendía imitar la estructura de los antiguos templos de la cultura moche y el cual fue inaugurado finalmente en el año 2002 en la ciudad de Lambayeque. De hecho, el propio Walter Alva, responsable del descubrimiento como ya hemos apuntado, es actualmente el director del mismo, el que alberga la inmensa mayoría de los objetos y restos que se hallaron en la tumba del señor de Sipán y las estructuras colindantes.

La principal sala del Museo es la llamada Sala Real Mochica, donde se puede ver al señor de Sipán. En dicha sala se han reproducido las condiciones en las que el gobernante fue hallado, con toda la veracidad posible, de forma que se puede ver al monarca en el centro, con las ropas y las joyas que llevaba en el momento de su entierro, acompañado por los restos humanos que nos han quedado de las ocho personas que también fueron enterradas con él. Se ha intentado reproducir en esta sala, con toda la veracidad posible, la posición en la que se hallaron los distintos objetos y personas, razón por la que podemos ver a uno de los acompañantes a los pies del señor de Sipán, y otro a uno de sus lados, enterrados al revés, por citar algunos ejemplos.

Sala Real Mochica

La visión de la tumba del señor de Sipán, está acompañada por 35 figuras con movimiento que representan el modo de vida y la forma que tenía la corte de un guerrero mochica, así como también de vitrinas que contienen casi medio centenar de joyas, trajes y objetos diversos que fueron encontrados tanto en la tumba del señor de Sipán, como en las del sacerdote y la del antiguo señor de Sipán. Por último, en este museo también podemos ver otros objetos y representaciones artísticas de la cultura mochica que han sido hallados en otros lugares. Así, también podemos ver unas magníficas orejeras de oro y turquesa o un precioso pectoral de caracoles, por citar otros ejemplos.

El Señor Sipán, en el museo

La construcción/museo de la tumba del señor de Sipán, sigue en proceso, pues, aunque las zonas vinculadas a la exposición de dicho hallazgo y de objetos relacionados ya están abiertas y reciben visitantes, se pretende convertir este lugar en un inmenso centro de estudio que contenga también un lugar de interpretación, una biblioteca y, sobre todo, un jardín y un pequeño zoológico donde se cultiven plantas de todo tipo y se críen animales según se hacía durante la época de esplendor de la cultura mochica.

El Señor de Sipán, parte de su ajuar

Además, también se pretende convertir en un inmenso centro de estudio no solo de la cultura mochica (aunque este continuará siendo su foco principal) sino también de todas las culturas antiguas del norte del Perú, entre otros planes vinculados a esta idea principal. Este ambicioso proyecto sigue en construcción y sus resultados solo serán visibles en los próximos años, aunque la atracción que sigue ejerciendo el señor de Sipán, ha hecho, que éste sea ya uno de los museos más visitados de todo el país.

Parte del Museo



Fuente: Marimar, SOBREHISTORIA. Revisión y Diseño: elcofresito. 

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