Sexo, drogas y religión: La increíble historia de un gurú llamado Bhagwan Shree Rajneesh, OSHO.
La salida de Rajneesh, en unos de sus coches de lujo es recibida por una fila de Rajneeshees. Wikimedia Commons.
Septiembre de 1984 en un pueblo de Oregón. Una mujer llega
al hospital arrastrándose con vómitos. Se suman más tarde decenas de personas.
Al final del día, se calcula que más de 700 habían caído presas de algún tipo
de intoxicación. ¿Qué demonios había pasado?
Unos años antes de este extraño suceso, un gurú llamado
Bhagwan Shree Rajneesh y sus cientos de seguidores se habían mudado de la India
a un enorme rancho (el Big Muddy) en el condado de Wasco, un área rural de
aproximadamente 20.000 personas a una hora al este de Portland. Desde la
llegada del grupo se habían registrado varios altercados con los locales.
¿Quién era aquel tipo que llegaba desde tan lejos con tanto poder de
convocatoria?
El gurú del sexo
Rajneeshees. Ap
En 1970, Rajneesh, conocido como Osho, comenzó un nuevo
movimiento espiritual en la India. Las enseñanzas del hombre eran una extraña
mezcla donde cabía un poco de todo: capitalismo, meditación, chistes étnicos,
abundancia de drogas y una sexualidad extremadamente abierta, tanto, que el
hombre se ganó el título de “gurú del sexo”.
Rajneesh, escandalizaba a los líderes hindúes por hacer
un llamamiento a una aceptación más libre del sexo. Según el hombre, “cualquier
religión que considera una vida sin sentido, sexo y llena de miseria, y que
enseña el odio a la propia vida, no es una religión real. La religión es un
arte que muestra la forma de disfrutar la vida, y con ella del sexo”.
Rajneeshees. Ap
A principios de la década de 1980 el movimiento había
aumentado a decenas de miles, con más de 30.000 personas visitando la comuna de
Osho en la India cada año. Para entonces, el público predominante en los
discursos diarios eran europeos y estadounidenses. Sin embargo, con el aumento
de poder adquirido por Rajneesh, las presiones de las autoridades indias
aumentaron, y el gurú quería establecer una especie de utopía.
Con la ayuda de su discípula, Ma Anand Sheela, y su
acaudalado marido estadounidense, Marc Silverman, el grupo compró por 5,7
millones de dólares el rancho Big Muddy, una propiedad de 260 km2 de Oregón.
Renombraron el rancho como Rajneeshpuram (sus seguidores eran los Rajneeshees)
y comenzaron a construir su utopía.
El rancho Big Muddy
Rajneesh en el rancho. AP
Más de 7.000 seguidores se mudaron al rancho. Todos se
pusieron una vestimenta de color rojo (similar a la carcelaria), trabajaron en
las tierras y ayudaron a construir la comunidad. De hecho, la ciudad creció
para incluir una pista de aterrizaje, un cuerpo de bomberos, restaurantes, un
sistema de transporte público con autobuses e incluso una planta de
recuperación de aguas residuales. Para que nos hagamos una idea, Rajneeshpuram, tenía su propio código postal, el 97741.
Sin embargo, la afluencia masiva de “extranjeros” con
sus vestimentas rojas no sentó bien a las comunidades locales de la pequeña
ciudad. Tampoco ayudó que los Rajneeshees establecieran la denominada “Fuerza
de Paz”, que consistía en algunos miembros patrullando la comuna con
metralletas Uzi o conduciendo jeeps con ametralladoras del calibre 30 por la
ciudad.
Pasó lo más probable. Los altercados comenzaron a
sucederse entre los Rajneeshees y los locales de forma regular. El nivel de
tensión llegó a tal punto, que una revista local de caza llegó a declarar que
“la temporada de caza se abría contra las Ratas Rojas o Bichos Rojos”. Por su
parte, los Rajneeshees, comenzaron a tomar el control de ciudades enteras,
incluyendo Antelope o parte de la misma Oregon, donde iban arrinconando poco a
poco a la comunidad local, haciéndose fuertes y votando en masa para incluir o
derrocar leyes.
Rajneesh, conduciendo uno de sus Rolls Royce. Wikimedia Commons.
¿Y Rajneesh? El gurú del sexo seguía ejerciendo como
tal. Además, desde su llegada a Estados Unidos, había añadido algo más de
ostentación a su armario. Relojes, vestidos de diseñadores y, sobre todo, una
pasión desmedida por los Rolls Royce. De hecho, en su mejor época se le
recordaba con uno diferente cada día (llegó a tener 93).
La preocupación inmediata del líder de esta secta era
construir más casas para acomodar a su cada vez más nutrido número de
Rajneeshees. Para ello requeriría de permisos de construcción que los
funcionarios del condado, preocupados por su creciente poder, eran reacios a
conceder.
Rajneesh dando una charla en el rancho con su “seguridad” privada. AP.
Su venganza llegó en 1982, cuando los Rajneeshees
votaron en las elecciones locales de Antelope para ganar la mayoría de los
escaños del ayuntamiento. Poco después, los nuevos concejales cambiaron el
nombre de la ciudad a “Rajneesh”, de esta forma aumentaron los impuestos sobre
la propiedad para extraer dinero de los pocos residentes locales restantes y
aprobaron otra serie de iniciativas extrañas. Por cierto, incluida el cambio de
nombre del centro de reciclaje local a: centro de reciclaje Adolf Hitler.
Las tensiones se mantuvieron entre los Rajneeshees y el
Condado de Wasco a lo largo de 1983 y 1984, con las dos partes en total
desacuerdo sobre los esfuerzos de expansión de la secta. Finalmente, en el
verano de 1984, los Rajneeshees decidieron que la única manera de obtener los
permisos de construcción que necesitaban era hacerse cargo del Condado de Wasco
en las elecciones de noviembre.
¿El problema? Que el grupo no creía demasiado en la
democracia.
El primer y más grande ataque bioterrorista en Estados
Unidos
Algunos de los restaurantes contaminados. Wikimedia Commons.
Los seguidores del grupo representaban menos del 10% de
la población del condado. Desbancar al menos a dos de los tres comisionados y
reemplazarlos por Rajneeshees requeriría medidas más drásticas. Por ello
tramaron un plan doble.
En primer lugar, los Rajneeshees tratarían de oprimir
la participación de los votantes locales intoxicando a miles de residentes con
Salmonella, lo que los incapacitaría el día de las elecciones. En segundo
lugar, el grupo reunirá a miles de personas sin hogar de las ciudades más
cercanas, los atraería con promesas de comida y refugio, y los registraría para
votar.
Comenzaron poco a poco, cuando dos de los tres comisionados
del condado visitaron el complejo un día caluroso del mes de agosto. Un
residente vestido con atuendo hospitalario les ofreció vasos de agua a los dos
hombres.
Uno de los restaurantes contaminados. Wikimedia Commons.
Ambos bebieron. A la mañana siguiente, cayeron
fulminados, estaban tan enfermos que no podían moverse. Uno de ellos fue al
hospital y estuvo ingresado durante cuatro días. De hecho, el hombre habría
muerto sin tratamiento. El ataque de salmonella había comenzado.
Aunque los Rajneeshees negaron cualquier participación
sobre dicha intoxicación, investigaciones posteriores demostraron que esperaban
crear el suficiente temor en los comisionados del condado como para asegurarse
el futuro. Sin embargo, cuando los permisos de construcción continuaron siendo
denegados, la secta lanzó una operación a gran escala.
Empezó una mañana de septiembre, cuando varios equipos
de a dos salieron del complejo, viajaron a restaurantes cercanos a The Dalles y,
cuando nadie miraba, vertieron líquido contaminado con salmonella en paquetes
de ensaladas. Usando una bolsa de plástico llena de un líquido marrón que
apodaron “la salsa”, vertieron el líquido lleno de salmonella directamente en
los aderezos para las ensaladas. Se calcula que alcanzaron a un total de 10
restaurantes, así como un puñado de otras áreas públicas.
Palacio de Justicia del Condado de Wasco. Wikimedia Commons.
En este punto regresamos a esa escena descrita al
comienzo. En cuestión de horas, las salas de emergencia se inundaron de
pacientes enfermos. Un total de 751 personas estaban intoxicadas por salmonella
en lo que sigue siendo el mayor ataque de bioterrorismo en la historia de
Estados Unidos. Milagrosamente, nadie murió ese día.
Sin embargo, los Rajneeshees también habían considerado
un plan de ataque mucho peor: envenenar el suministro de agua local y estrellar
un avión cargado con bombas en la corte del condado. En última instancia,
decidieron que aquello era ir demasiado lejos.
Mientras tanto, comenzaron a implementar la segunda
parte de su esquema: explotar a las personas sin hogar para utilizarlas en los
votos. Así llegó un programa humanitario llamado “Share-a-Home”: fletaron una
docenas de autobuses y prometieron alimentos, ropa y refugio a las personas sin
hogar si acudían al complejo.
La llegada de cientos de seguidores a The Dalles. AP.
Sus esfuerzos fueron un éxito, con más de 2.000
personas congregadas, todos, obviamente, obligados a inscribirse para votar
cuando bajaron del autobús. Porque podrían quedarse con una única condición:
tenían que votar por los candidatos de los Rajneeshees.
La secta no tardó en darse cuenta de que atraer a miles
de forasteros, muchos de los cuales tenían discapacidades mentales bastante
serias, sería un problema. Los documentos posteriores mostraron que algunos de
los recién llegados fueron obligados a despertarse a las 5 de cada mañana,
normalmente con los ojos vendados, y obligados a escuchar horas de cantos
religiosos. Los Rajneeshees llegaron a introducir tranquilizantes en barriles
de cerveza para someter a sus invitados.
Los funcionarios del Estado que vigilaban de cerca las
actividades del complejo se enteraron del esquema de fraude electoral poco
después. Debido a las irregularidades, se detuvo la inscripción de votantes en
el condado de Wasco y se invocó una ley de emergencia el 10 de octubre: se
exigía que cualquier persona que se inscribiera para votar en el condado compareciera
personalmente en una audiencia local.
Placa commemorativa en Antelope ante la “resistencia contra la secta”. Wikimedia Commons.
Entre los requisitos se pedía demostrar la residencia
de al menos 20 días en Oregon para votar. Los Rajneeshees presentaron una orden
judicial, pero un juez federal falló rápidamente a favor del estado.
Así fue como la secta abandonó su intento de hacerse
cargo del gobierno del condado y retiró a sus candidatos. Después de cientos de
residentes enfermos y miles de personas sin hogar desplazadas hasta la zona, el
intento de los Rajneeshees por perpetrar un fraude electoral masivo había
fracasado.
La secta pagó 400.000 dólares en multas y fue deportada
en masa a la India. El 28 de octubre de 1985, Osho y un pequeño número de
seguidores que lo acompañaban fueron arrestados sin una autorización legal a
punta de pistola en Carolina del Norte. De acuerdo a las autoridades, el grupo
estaba camino a Bermudas para evitar ser procesados.
Detención de Rajneesh. AP.
Al gurú se le concedió una sentencia suspendida de 10
años, 5 años de libertad condicional y una multa de 400.000 dólares. Acordó
salir de Estados Unidos, regresó a la India y fue recibido como un héroe
denunciando a Estados Unidos, y diciendo que el mundo debía “poner al monstruo
de Estados Unidos en su lugar” o que “a Estados Unidos se le calla o Estados
Unidos constituirá el fin del mundo”.
Rajneesh, murió en su país el 19 de enero de 1990 a los
58 años de edad. Con la muerte del “gurú del sexo” se ponía fin a una historia
real y de lo más peliculera, el primer, mayor y peor ataque bioterrorista en la
historia de Estados Unidos.
Fuente: Wikipedia, TIME, OregonLive, AtlasObscura. Miguel
Jorge, Gizmodo. Revisión y Diseño: elcofresito.
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