El caso de las gemelas Pollock, las niñas que actuaban como sus hermanas fallecidas: ¿Reencarnación?
El caso de las gemelas
Pollock, fue objeto de muchas investigaciones por la sorprendente cantidad de
coincidencias; sin embargo, hasta hoy la ciencia no encuentra una respuesta
clara sobre la teoría de la reencarnación.
Muchas veces se habla de
reencarnación. Algunas personas son escépticas, pero muchas otras creen que al
morir, el espíritu reencarna en el cuerpo de un nuevo ser que está por llegar
al mundo.
Existen muchos casos de
niños que recuerdan vidas en las que fueron personas adultas y existen también
diversos libros, así como estudios referentes a la reencarnación.
La historia a la que nos
referiremos es sobre la familia Pollock, una historia trágica y a la vez
intrigante, que dio la vuelta al mundo debido a sus misteriosas vivencias.
La familia estaba
compuesta por John Pollock y Florence Pollock, los padres y sus dos hijas
Jacqueline de 6 años y Johanna de 11. Ellos tenían una vida tranquila y feliz
en Hexham, un antiguo pueblo de Inglaterra; felicidad, que se vio truncada un
día 5 de mayo de 1957.
Era el medio día de un
domingo como otro cualquiera, en el que toda la familia se dirigía a la misa en
el templo del pueblo. Las niñas se habían adelantado muy ansiosas por encontrar
lugares privilegiados durante la ceremonia, pero estaban tan distraídas que no
se dieron cuenta del auto que cruzó la calle y las embistió arrojándolas sobre
el asfalto en el que quedaron tendidas sin vida.
Aunque esta fue una
terrible tragedia para la familia, John, tenía la creencia de que un día sus
hijas regresarían a la familia, reencarnadas como gemelas, pues creía
fervientemente en la reencarnación.
A pesar de que nadie
prestó atención a las palabras de John, casi un año y medio más tarde, el 4 de
octubre de 1958, Florencia, trajo al mundo a dos lindas niñas, gemelas
monocigóticas pues eran producto de la fecundación de un solo óvulo. Las niñas
nacieron con una diferencia de 10 minutos y las bautizaron con los nombres de
Guillian y Jennifer.
Los padres se sentían muy
alegres con la llegada de sus hijas que eran idénticas; sin embargo, ya cuando
empezaron a observarlas con más detenimiento, encontraron grabadas en sus
pequeños cuerpos unas marcas de nacimiento que coincidían con otras que tenían
sus hijas mayores.
Jennifer, tenía una mancha
en la frente, en el mismo lugar que Jacqueline su hermana mayor tenía una
cicatriz, a la vez que coincidían con una marca en la cintura; sin embargo,
Guillian, no presentaba ningún tipo de marca y sus padres pensaron que era algo
que tal vez podría haberse formado durante la gestación.
Cuando las niñas contaban
con tres meses, la familia decidió mudarse a Whitley Bay, buscando dejar atrás
un triste pasado y tratando de encontrar la paz que tanto necesitaban.
A los tres años de edad,
las niñas que hablaban más fluidamente, sorprendieron a sus padres con
recuerdos que correspondían a vivencias de sus hermanas fallecidas años atrás.
Guillian, recordaba la vida
de Johanna, la hermana que había fallecido a los 11 años de edad; mientras
Jennifer, tenía recuerdos de la vida de Jacqueline, que tenía 6 años al momento
del accidente. Las dos eran capaces de recordar nombres y circunstancias sobre
las cuales no podían tener información.
En una ocasión –
refirieron los padres – encontraron las muñecas de sus hermanas fallecidas e
inmediatamente reconocieron los juguetes y resolvieron qué le pertenecía a cada
cual, incluso las nombraron Mary y Susan, los mismos nombres con los que las hermanas
mayores las habían bautizado.
Las gemelas empezaron a
comportarse de manera diferente entre ellas, asumiendo los roles que habían
tenido sus hermanas mayores. Así, Guillian, en el papel de su hermana mayor
fallecida, asumió un rol de liderazgo sobre Jennifer, que seguía las
indicaciones de su hermana sin protestar.
El asombro de los padres
llegó al límite, cuando a la edad de cuatro años decidieron regresar a Hexham,
pues los indicios sobre la reencarnación eran cada vez más fuertes; sin embargo,
ellos nunca lograron entender la dimensión de lo que estaba ocurriendo.
Una vez en Hexham, las
gemelas de una manera instantánea y al unísono pidieron visitar un parque de
diversiones que siempre había obsesionado a las hermanas mayores fallecidas y lo describían como
si ellas alguna vez lo hubieran visitado.
En la casa, reconocían
cada rincón e incluso a los vecinos, los padres contemplaban asombrados cómo
sus gemelas hablaban y actuaban del mismo modo que lo hicieran sus hijas
mayores.
El caso de las gemelas
llegó a oídos de Ian Stevenson, médico interesado en la parapsicología, quien
estudió el caso de las gemelas Pollock y lo incluyó en su libro “Veinte casos
que hacen pensar en la reencarnación”.
Los padres nunca
entendieron que las niñas de apenas cuatro años le tuvieran tanto temor a los
autos que circulaban en las calles; incluso, tenían temor de cruzar la calle y
si aparecía algún carro, gritaban “¡El auto viene a buscarnos!” y se abrazaban
fuertemente entre ellas o buscaban la protección de sus padres.
Incluso en una ocasión,
las escucharon hablar sobre el fatídico accidente en el que fallecieron las
hermanas, mencionando cada detalle como si hubiera sido vivido por ellas
mismas.
– No quiero que me vuelva
a pasar -decía Jennifer a su hermana– fue horrible, mis manos estaban llenas de
sangre, igual que mi nariz y mi boca, no podía respirar.
– No me lo recuerdes
–decía Guillian– parecías un monstruo y algo rojo salió de tu cabeza.
Las coincidencias eran
para Ian Stevenson, indicios ciertos de que Guillian y Jennifer Pollock, eran
reencarnaciones de sus hermanas Johanna y Jacqueline.
Al parecer y según lo
reportado por los medios, las niñas dejaron de actuar como sus hermanas
fallecidas, luego de cumplir cinco años, cuando sus recuerdos de vidas
anteriores se borraron de una vez y para siempre, como si nunca hubieran
existido.
El caso de las gemelas
Pollock, fue objeto de muchas investigaciones por la sorprendente cantidad de
coincidencias, sin embargo hoy, casi 60 años después, la ciencia no encuentra
una respuesta clara, sobre la teoría de la reencarnación.
Ian Stevenson
Stevenson, realizó
múltiples viajes para llevar a cabo su investigación de campo sobre la
reencarnación, investigando casos en África, Europa, India y América del Norte
y del Sur.
El especialista informó
que los niños que estudió normalmente empezaban a hablar de sus supuestas vidas
pasadas entre los dos y los cuatro años y dejaban de hacerlo hacia los siete u
ocho años, con frecuentes menciones de haber fallecido de muerte violenta y lo
que parecían ser claros recuerdos de la forma en que murieron.
Muchos de los niños
también incorporaban elementos de su declarada profesión anterior en sus
juegos, mientras que otros representaban y exteriorizaban la muerte que
afirmaron tener en repetidas ocasiones.
Fuente: La Gran época.
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