El misterioso ‘Experimento Filadelfia’
Invisibilidad y
teletransportación. Dos grandes anhelos de la humanidad que durante la
Segunda Guerra Mundial, militares y científicos, intentaron llevar a cabo. ¿Éxito
o fracaso? no sabemos, lo que sabemos es que ha pasado a formar parte de los cientos de misterios que
envuelven a aquella época bélica. Libros, documentales y películas, se han
encargado de mantener viva esta leyenda.
Pero, ¿en qué consistió dicho
experimento?
El suceso de mayor
gravedad tuvo lugar el día 28 de octubre de 1943, pues se hicieron varias
pruebas, desde el verano de ese mismo año. El Experimento Filadelfia, llamado
originalmente Proyecto Arcoíris, fue un supuesto ensayo secreto urdido por la
marina de EE.UU. en los astilleros navales de Filadelfia, en el estado de
Pensilvania. Con él, se pretendía conseguir la invisibilidad total, tanto para el ojo
humano como para los radares del destructor escolta de la Armada USS Eldridge.
Fotograma de la película ‘El Experimento Filadelfia’, de 1984.
Pero en ese día, se repitió casualmente una fecha en la que han sucedido diversos acontecimientos en la
historia estadounidense: la inauguración de la Estatua de la Libertad, el Lunes
Negro, que desembocó en el Crack del 29 de Octubre o gran depresión, el fin de la crisis de los misiles con
Cuba. También ocurrió algo más, aunque no se sabe si de manera premeditada
o por el efecto del azar; el gigantesco buque bélico USS Eldridge, no solo que desapareció, sino
que se tele transportó de un lugar a otro en cuestión de segundos. Dos potentes
logros que, de haber salido bien, hubieran cambiado el curso de la contienda mundial
casi dos años antes de su finalización.
El destructor USS Eldridge. Imagen tomada en 1944.
Fue un único testigo quien
develaría todo el entramado años más tarde. Un señor llamado Carlos M. Allende,
quien dijo haber estado presente durante estas pruebas ultra secretas aprobadas por el presidente Roosevelt, quién mandó una serie de cartas a un científico, experto en astronomía y
matemáticas. Un tipo algo controvertido para la época, por sus estudios y
libros sobre OVNIs: Morris Ketchum Jessup. Pero este profesor universitario
también era un gran estudioso de la Teoría del Campo Unificado. Una teoría
física, introducida por Einstein, que viene a ser como la búsqueda del santo
Grial de la Física y según la cual explica, entre otras hipótesis, la
posibilidad de volver invisible un objeto o tele transportarlo. De ahí que fuese
el ‘elegido’ por el tal Allende.
Morris Ketchum Jessup, moriría en extrañas circunstancias.
En enero de 1956 este
profesor recibió dos cartas en las que se hablaba del peligroso experimento.
Aquel misterioso informante aseguraba que durante las investigaciones llevadas
a cabo por la Marina, al barco ni se le veía. Consiguieron de algún modo
volverlo transparente a la vista de todos aunque, eso sí, envuelto en una
espesa y tenebrosa niebla. Afirmaba, que el destructor desapareció al instante
casi por arte de magia tras lo que denominó como “un relámpago azul”,
transportándolo ipso facto de un punto a otro de la geografía. Desde el puerto
de Filadelfia al de Norfolk, en Virginia, situados a 450 kilómetros de
distancia.
Tras un cuarto de hora,
aproximadamente, la embarcación volvería a esfumarse del segundo emplazamiento
para hacer de nuevo acto de presencia en su lugar de origen. Fue entonces
cuando gran parte de la tripulación acabó muriendo o con horribles
malformaciones. Aquellos que presenciaron el fenómeno, aseguraba el remitente,
perdieron la cordura hasta tal punto de que jamás recordaron qué pasó
realmente. Unos grotescos efectos que podemos ver con mucha precisión en la
versión cinematográfica de 1984. Ese sería pues el último ensayo. Tras aquellos
incidentes el proyecto se canceló por el temor de las autoridades a que se
volvieran a repetir los malos resultados y, sobre todo, porque pudieran saltar
a la luz pública.
“El experimento fue un
completo éxito. Sin embargo, para los tripulantes, fue un rotundo fracaso”,
decía la ‘garganta profunda’ del científico en su primera misiva.
¿Quién era verdaderamente
el testigo del ‘Experimento Filadelfia’?
Poco se sabe de él. Fue un
enigma viviente hasta el final de su vida. Nació en 1925 y se alistó en el ejército en 1942. Acabó sus días como un profesional en la marina mercante, en 1952
y tras dejarla, vivió como un vagabundo. Su verdadero nombre era Carl Meredith
Allen y murió en un sanatorio –como la mayoría de testigos- de Colorado, en
1994.
El día 28 de octubre de
1943, con 18 años, este marinero estaba embarcado en el buque SS Andrew
Furuseth, que se encontraba en el puerto virginiano de Norfolk -recordemos, a
cientos de kilómetros de donde estaba el USS Eldrige-. Tres décadas después,
Allen, le concedió un exclusivo vis a vis a los investigadores William Moore y
Charles Berlitz, quienes acabarían escribiendo el libro The Philadelphia
Experiment: Project Invisibility (Ballantine Books, 1979), y por el que se
popularizó todo el fenómeno:
“Vi que el aire que
rodeaba al Eldrige, se volvía un poco más oscuro que el resto de la atmósfera. A
los pocos minutos observé que se levantaba del agua una bruma verdosa, similar
a una nube muy tenue. De pronto, el barco desapareció completamente y nosotros
experimentamos una gran sacudida. Varios de nuestros hombres se desmayaron y a
muchos comenzó a salirles sangre de la nariz. En pocos segundos, el flamante
barco de guerra ya no estaba en su sitio, pero en la superficie del mar podía
verse claramente la marca de su peso al desplazar el agua. Sencillamente se
había vuelto invisible y no quedaba rastro ni de él ni de los hombres que iban
a bordo. Antes de que se esfumara del todo vi que un par de marineros que
estaban en estribor se desintegraban por completo. Se podía escuchar un
desagradable zumbido, que fue aumentando de volumen hasta convertirse en un
silbido inaguantable, que culminó en una violenta explosión. En el puente donde
yo estaba reinaba una confusión absoluta y las órdenes se sucedían unas tras
otras (…) Transcurrieron varios minutos cuando aquella bruma verdusca comenzó a
dispersarse y sin zumbidos ni manifestación alguna que lo anunciase, el crucero
comenzó a materializarse de nuevo, desde la popa a la proa, como había ocurrido
en el instante en que se hizo invisible. Pude observar que los hombres que
estaban en cubierta padecían fuertes convulsiones (…) Lo más terrorífico fue
ver a cinco miembros de la tripulación que se fundieron completamente con la
estructura metálica del buque, mientras que otros sufrieron
desmaterializaciones de algunas partes de sus cuerpos”.
Se sabe que tras los
contactos mantenidos entre el científico Jessup y su informante, el Gobierno
norteamericano interrogó al primero para interesarse por lo que el tal Allende, le había contado. Como era de esperar dijeron que este marinero estaba loco y
que había montado una gran farsa para sacar dinero, ya que vivía prácticamente
en la indigencia. Al profesor universitario le
dieron una simple razón para desmontar la mentira: tanto el USS Eldrige, como el SS Andrew Furuseth, no estaban por esas fechas en ninguno de los puertos
mencionados. Ambos tenían unos destinos distintos a los comentados.
En esta imagen del film de 1984, se puede ver como los marineros quedaron fusionados con el barco.
Lo inexplicable vino
después. Jessup, no cesó en su interés por el asunto e incluso, transcurrido un
tiempo, llegó a comentar en sus círculos más cercanos que había conseguido
evidencias físicas que corroboraban todo lo sucedido. Pero, de manera
sospechosa, se suicidó en extrañas circunstancias en 1959. Fue hallado muerto
en el interior de su coche, en una carretera perdida. Nada más se sabe al
respecto.
Y hay más. Tanto las
cartas de navegación como la bitácora del buque implicado en el Experimento
Filadelfia, se perdieron durante la Segunda Guerra Mundial. El Instituto Naval
norteamericano no tiene fotos en sus archivos de este barco y los tripulantes
del mismo se esfumaron de la faz de la Tierra, al igual que sus fichas
personales. Incluso 300 toneladas de instrumentos que llevaba a bordo el
Eldridge, también se evaporaron cuando el barco fue vendido a Grecia en 1951. La
nave serviría en la Marina griega bajo el nombre de Leon HS, hasta su
desmantelamiento definitivo en 1992. Sería finalmente destruida para chatarra
en el año 1999. Lo que nunca pudo ocultar la Armada norteamericana fue la
existencia del denominado Proyecto Arcoiris, como un conjunto de experimentos
bélicos secretos que no podían desvelarse y que buscaban la derrota de la
Europa del Eje.
La última pregunta que nos
hacemos es ¿se paralizó por completo el Experimento Filadelfia? Parece que no.
Años más tarde comenzaría lo que muchos han denominado como la segunda fase de
aquel: el Proyecto Montauk. Pero esa ya es otra historia.
Fuente: David Rodríguez
C., El Reto Histórico. Revisión Y Diseño: elcofresito.
Comentarios
Publicar un comentario
Todos los comentarios deberán guardar el respeto y la consideración hacia los demás, así como el uso de términos adecuados para explicar una situación. De no cumplirse con estos requisitos los comentarios serán borrados.