Historia del Ecuador: La batalla del Panecillo - 7 de Noviembre de 1.812.
El Panecillo, aproximadamente en 1857.
Breve reseña histórica
Vencidas las fuerzas libertadoras en Verdeloma el 24 de
Junio de 1.812, las fuerzas del general Toribio Montes, se enfilaron con dirección
a Quito, el teniente coronel Montúfar, jefe patriota, inicia los combates desde Riobamba
con un contingente de 2.000 hombres, sale al encuentro del realista Arredondo, que en ese momento estaba acantonado en Guaranda, intercambiando “un par de
disparos” con las fuerzas de Montúfar; en su huida el jefe realista
peruano abandonó una serie de pertrechos y armamento que a la postre servirían
a las fuerzas libertarias.
Mientras esto sucedía en el Sur, en el Norte el jefe
realista Miguel Tacón, capturaba una fuerza de vanguardia de las huestes
libertarias, esta derrota sería a su vez revertida por Pedro Montúfar, que
vencería a Tacón y que luego tomaría la ciudad de Pasto, que en ese tiempo
constituía un enclave de vital importancia para el control realista de la Real
Audiencia de Quito.
Pero a pesar de las victorias, el avance realista se
volvía a cada instante incontenible por lo que Montúfar, decide
replegarse hacia el Norte, a Quito, con el fin de atrincherarse en la ciudad y
resistir el ataque español.
EL COMBATE
Coronel Carlos de Montúfar y Larrea.
Llegado a Quito, Carlos Montúfar, manda a construir una
fragua en su hacienda del valle de los Chillos, con el fin de fabricar cañones
pequeños para disparar municiones de piedra, Montúfar, una vez instalada esta
pequeña fundición dispone que traigan varias campanas de algunas iglesias de la
ciudad ante la falta de bronce para la fabricación de los cañones en mención,
finalmente, Montúfar, llega a contar con 24 de estas armas y según relatan
algunos autores con los restos del bronce fundido fabricaron una especie de
“granadas de mano”.
Solucionada la falta de artillería, Montúfar, se
enfrentaba a otro problema como lo era la falta de cartuchos, para lo cual se
requirió del concurso de toda la población y de toda la papelería disponible en
la ciudad, porque de este material se fabricaban los cartuchos, finalmente y
ante la escasez de balas, el jefe patriota mandó a fundir todos los tinteros de
plomo de Quito, que eran fabricados en este material. Preparados de esta manera
los quiteños, aguardaron la llegada de los españoles.
El general Montes, llega hasta Chillogallo y se encuentra
con una fuerza armada desplegada en el sitio, además, de una serie
dispositivos defensivos en los ingresos a la ciudad, exactamente en Chimbacalle,
San Sebastián y, al otro lado, en San Diego y el Panecillo, donde
Montúfar, mandó emplazar su artillería; disparaban “cargas de
altura” con la intención de mantener lejos a los españoles del centro de la
ciudad.
Ante esta estrategia el general Montes, resuelve tomar el
cerro El Panecillo, como la única forma posible para llegar a la ciudad, Montes, da la orden y sus fuerzas inician la escalada llegando rápidamente a la cumbre, desbandando a los artilleros improvisados y apoderándose de los cañones de Montúfar.
Montes decide fortalecer su posición en el Panecillo, esperando el momento oportuno para atacar la ciudad porque frente a él y a sus
tropas, tenía una ciudad fortificada con barricadas en todas y cada una de sus
casas y calles.
Mientras tanto Montúfar, toma posición en la
Plaza Mayor, en espera del ataque del jefe español, pero súbitamente el jefe
patriota ordena el repliegue de las fuerzas hacia Ibarra.
Montes saboreando su victoria entra a Quito, el 8 de
Noviembre de 1.812, encontrando una ciudad vacía, que terminaría siendo saqueada
por las tropas realistas; acto seguido Montes, dispone al coronel Juan de Sámano, perseguir a Montúfar, que se había dirigido hacia Ibarra.
Sámano, al mando de 600 soldados sigue a
Montúfar y lo alcanza a la altura de Atuntaqui, pero al constatar que las
fuerzas patriotas son superiores en número a la vanguardia realista, decide entablar conversaciones con los patriotas que terminaría con la
firma de un pacto de amistad.
Con esta estratagema el coronel Sámano, consigue ganar el
tiempo necesario para atrincherarse en San Antonio de Ibarra, pero se ve rodeado
por las fuerzas libertarias que en ese momento eran superiores. El combate se prolonga hasta el anochecer cuando Sámano, que se encontraba
fortificado dentro de la iglesia del pueblo, comienza a contemplar la
posibilidad de pedir una tregua a los patriotas, pero una información falsa
empieza a circular entre las huestes patriotas, indicando la inminente cercanía
de una fuerza de apoyo enviada por el general Montes, en auxilio de Sámano, provocando la desbandada de los soldados quiteños.
Sámano, recuperado casi milagrosamente, persigue a los
milicianos quiteños hasta Ibarra y Yahuarcocha, en donde toma gran número de
prisioneros entre ellos al coronel Francisco Calderón, que es fusilado junto a
otros patriotas, “pacificando de esta forma los territorios de la Real Audiencia
de Quito” y dando por terminado este período de la historia independentista del
Ecuador.
Fuente: Independencia.ec. Revisión y Diseño: elcofresito.
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