La República de Cospaia.
La antigua república de Cospaia, hoy perteneciente a la comuna de San Giustino. Foto de dominio público.
Anteriormente hablamos de
Goust, un pueblo francés de los Pirineos, que la leyenda afirma ser una
república independiente desde el siglo XVII. A pesar de lo atractivo de la
situación, en realidad la historia es falsa y fruto de un error de
interpretación en una conversación informal.
Sin embargo, si hay
ejemplos muy parecidos, esta vez totalmente verídicos y contrastados, y no por
ello menos sorprendentes: el Coto Mixto gallego, que duró nueve siglos, y cuya
historia ya contamos hace tiempo; o la República de Cospaia en Italia, que se
mantuvo independiente durante casi cuatro siglos.
Ésta es especialmente
curiosa porque su nacimiento fue fruto de un error, su extensión no llegaba a
los 3 kilómetros cuadrados, y prosperó gracias a actividades más o menos
discutibles y al cultivo del tabaco.
Escudo de armas de la República de Cospaia. Foto de dominio público en Wikimedia Commons.
Todo empezó con el
Concilio de Basilea, convocado en la ciudad suiza el 1 de febrero de 1431 por
el papa Martín V, quien muere 19 días después. Su sucesor, Eugenio IV, viendo
que empiezan a imponerse las tesis conciliaristas frente a la autoridad del
Papa, decide disolverlo el 18 de diciembre. Sin embargo, los participantes se
niegan y mantienen las reuniones del concilio.
Ante esto Eugenio IV,
ordena el traslado del concilio a Ferrara en 1437. Sin embargo, muchos quedan
en Basilea y declaran depuesto al papa. Dos años más tarde el concilio vuelve a
trasladarse, esta vez a Florencia, donde el papa tenía establecida su
residencia. Por su parte en Basilea, eligen un nuevo papa (antipapa), Félix V.
Señal a la entrada del pueblo en la actualidad. Foto Myitalianissimo.
Antes de todo esto, ya en
1430 Eugenio IV, se quedó sin fondos y había recurrido a los Médici, a quienes
pide un préstamo de 25.000 florines de oro, una suma considerable para la
época. Tanto que como aval el pontífice ofrece una pequeña porción de
territorio de los Estados Pontificios en la Umbría, la localidad de Borgo
Sansepolcro (hoy Sansepolcro en la Toscana) y sus alrededores junto con sus
habitantes.
Diez años después, en
1440, al vencimiento del préstamo el papa no puede hacer frente al pago a la
banca Médici y entrega el territorio ofrecido como aval. Y aquí es donde viene
el problema.
El acuerdo entre las dos
partes establecía como nueva frontera entre Florencia y los Estados Pontificios
un pequeño río tributario del Tiber. Pero los enviados por ambas partes para
realizar las mediciones pertinentes eligieron erróneamente un río distinto cada
uno, ambos cercanos y afluentes del Tiber en la zona. Los florentinos el río
más occidental, y los enviados papales el más oriental.
Situación de Cospaia, entre los dos ríos. Foto de dominio público.
Entre ambos ríos quedó una
franja de tierra con la aldea de Cospaia. En cuanto los habitantes del lugar se
enteraron del malentedido no tardaron en proclamarse como república
independiente, con su propia bandera y consejo de ancianos. Había nacido la
República de Cospaia mientras que tanto Cosimo de Médici como Eugenio IV se
desentendían del asunto. Probablemente tenían cosas más importantes de que
preocuparse o les beneficiaba contar con un estado bisagra entre ambos.
El caso es que la
República de Cospaia prosperó durante casi 4 siglos, con apenas un centenar de
casas y en torno a 300 habitantes, como una zona de libre comercio, sin
impuestos. Seguían utilizando los servicios de molienda de trigo y el médico de
sus vecinos de San Giustino al sur y Borgo Sansepolcro al norte, y en lo
religioso seguían dependiendo del obispo de ésta última localidad.
Cospaia, a principios del siglo XX. Foto de dominio público.
Sería precisamente al
obispo a quien su tío el cardenal Niccolo Tornabuoni, nuncio apostólico en
París, enviaría las semillas de una planta medicinal traída de América: el
tabaco. Con la llegada del tabaco Cospaia, se convirtió en el primer lugar de
Italia donde la nueva planta se cultivó. Y lo hizo en cantidades tan grandes
que pronto el negocio (y el contrabando) se convirtieron en un monopolio, ya
que estaba prohibido en los estados circundantes (el uso del tabaco fue abolido
por el papa Benedicto XIII en 1724 y los fumadores excomulgados).
El lema de Cospaia, en la moderna iglesia. La inscripción antigua está en el museo de Anghiari. Foto de Bill Thayer.
A Cospaia, acudían
mercaderes desde Génova, Venecia, Nápoles y otras ciudades, para realizar
intercambios y negocios, siendo los comerciantes judíos, marginados en muchos
lugares, bienvenidos en la pequeña república, que por otra parte no tenía
ejército ni policía, ni siquiera cárceles o sistema judicial. La única ley
escrita era la frase que había en la puerta de la iglesia: Perpetua et Firma
Libertas (Firme y eterna libertad), hoy guardada en el museo de Anghiari.
Cospaia, en la actualidad. Foto Controradio.
Pero en 1826, apenas 50
años antes del comienzo de la unificación italiana, los cospaienses vieron como
el papa Leon XII y el duque de la Toscana, les obligaban a firmar el Acta de
Subyugación, por el cual se sometían voluntariamente y sacrificaban 385 años de
independencia. El territorio se dividió entre el Gran Ducado de Toscana y los
Estados Pontificios. A cambio cada uno de los 14 representantes del territorio
firmantes (los cabezas de las 14 familias que todavía vivían en Cospaia)
recibió una moneda de plata y el permiso para cultivar medio millón de plantas
de tabaco al año.
Hoy en día en la localidad
se celebra cada año el Banquete de Cospaia, para recordar las libertades de las
que una vez disfrutaron.
En cuanto al Concilio
cuyos gastos indirectamente supusieron la independencia de Cospaia, finalizó
con la unificación de las iglesias Ortodoxa y Católica (además de las iglesias
armenia, copta, siria, la de los caldeos y la de los maronitas de Chipre) en
1445. Todo un éxito para Eugenio IV, que consiguió ver su autoridad reconocida
por toda la cristiandad. Los de Basilea siguieron reunidos a lo suyo hasta 1449
en que, probablemente por aburrimiento, abdicó el antipapa Félix y se fueron a
sus casas.
La unión, que había sido
más teórica que práctica, duró hasta la conquista de Constantinopla por los
turcos, volviendo a separarse ortodoxos y católicos definitivamente en 1472.
Fuentes: The Tobacco
Fields of Freedom: Cospaia / Bill Thayer’s Web Site / Umbria Touring / Los dos
concilios / Ex Repubblica di Cospaia / Wikipedia. Guillermo Carvajal, LBV
Magazine Cultural Independiente. Revisión y Diseño: elcofresito.
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