La historia de James Shields, emigrante irlandés, senador de EEUU por tres estados distintos y además, retó a duelo a Abraham Lincoln.


James Shields en 1865, tras la Guerra de Secesión. Foto de dominio público en Wikimedia Commons.

Carrollton es un pueblo del estado norteamericano de Missouri. Es pequeño, ya que su población se queda muy por debajo de cuatro mil habitantes, y joven, pues se fundó en 1833. Eso provoca una curiosa paradoja: a pesar de esa corta historia, presume de tener un buen puñado de hijos predilectos, entre los cuales figura uno que otro deportista importante (de atletismo y fútbol americano), el inventor del LCD, un par de artistas, un obispo y varios militares. De estos últimos merece una atención especial James Shields, que además de general de la Unión llegaría a ser senador por tres estados distintos y tiene en su rocambolesco currículum el haber estado a punto de batirse en duelo con el mismísimo Abraham Lincoln.

En realidad Shields no era nativo de Carrollton, sólo está enterrado allí, en el cementerio de St. Mary; de hecho, ni siquiera era estadounidense de nacimiento, pues su localidad de origen fue Altmore, un pueblo del condado irlandés de Tyrone. Descendiente del clan Ó Siadhail, que etimológicamente es el origen de la versión inglesa de su apellido, como tantos otros compatriotas decidió emigrar a EEUU aprovechando que un tío suyo se había establecido allí y era congresista por Ohío, una región desgajada del llamado Territorio del Noroeste que se incorporó al país en 1803 como decimoséptimo estado.

Ese familiar podía acogerle así que James se embarcó hacia allí en 1822. Ese viaje se convirtió en el primer episodio destacado de su biografía, ya que el navío naufragó y sólo hubo tres supervivientes, siendo él uno de ellos. Eso hizo que no pudiera pisar la que sería su tierra de adopción hasta cuatro años más tarde, para encontrarse con la noticia que su tío había fallecido. Se esfumaba así la aspiración que tenía para salir adelante inicialmente y no le quedó más remedio que buscar un trabajo que le permitiera afrontar la situación. Eligió la mar porque se ahorraba el gasto en vivienda. Enrolado en un mercante como sobrecargo, navegó hasta convertirse en un veterano que superaba en conocimientos a los oficiales de carrera, lo que le permitió obtener el mando de un barco.

Altmore House, la casa natal de James Shields. Foto de Altmore House.

Pero la vida de marino era dura y un accidente le obligó a ingresar en un hospital durante varios meses. Al salir no retomó la actividad y prefirió entrar en el ejército, participando en la Segunda Guerra Semínola, desatada contra esa tribu por la negativa de algunos de sus grupos a obedecer la orden de Andrew Jackson, de que se trasladasen al este del Mississipi. La contienda se prolongó durante años porque el campo de batalla elegido por los indios para combatir -pantanos y selvas- era imposible de superar por los soldados: decenas de miles de hombres se enviaron sin conseguir nada y muchos morían de enfermedades tropicales. Finalmente, en 1842 se firmó una paz que les dejaba quedarse en su sitio a los Seminolas. Para entonces hacía tiempo que Shields ya se había licenciado con el grado de teniente.

Marchó entonces a Illinois, estableciéndose en Kaskaskia, para estudiar Derecho. De esta forma dejó atrás aquellos azarosos años de juventud, para convertirse primero en abogado -aunque también impartía clases de francés- y después en juez de la Corte Suprema, llegando a ser Auditor del Estado. También entró en la política en 1836 como miembro de la Illinois House of Representatives, la cámara baja de la Asamblea General del Estado. Curiosamente aún no poseía la ciudadanía norteamericana, pero la ley de Illinois permitía presentarse a quién hubiera residido al menos seis meses en el lugar; al fin y al cabo, EEUU era un país en formación y el que era vigésimo primer estado de la Unión no se había declarado tal hasta poco antes, el 3 de diciembre de 1818. Ya era, pues, un ciudadano de bien cuando en septiembre de 1842 se produjo el incidente que le hizo pasar a la historia anecdótica del país.

Abraham Lincoln y Mary Todd en esa época. Fotos Abraham Lincoln Research Site.

Fue su choque frontal con un prestigioso abogado que ejercía en Springfield y que también daba sus primeros pasos en el proceloso mundo político: Abraham Lincoln. Era éste del partido Whig, que tenía carácter liberal y se había fundado como oposición a Andrew Jackson, pero que estaba muy dividido y no era capaz de presentar un candidato de consenso, de manera que fueron ocho los que rivalizaron entre sí. Lincoln estaba entre ellos y consiguió entrar en la Cámara de Representantes, empezando a hacerse un nombre por expresar personales postulados ideológicos: especialmente en el tema de la esclavitud, al que era contrario, pero sin creer que el abolicionismo radical solucionaría el problema; asimismo, abogaba por conceder la ciudadanía a todos los blancos, fuera cualquiera su nivel de renta y proponía medidas económicas proteccionistas con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los estadounidenses.

El año citado, Lincoln, que ya había tenido un fuerte debate con Shields (que era del Partido Demócrata), publicó en el Sangamon Journal, una carta muy crítica contra su labor al haber apoyado el cierre por quiebra del Illinois State Bank. La cosa no hubiera pasado de ahí, de un mero enfrentamiento político, de no ser porque su novia Mary Todd (con la que se casaría dos meses más tarde), junto con una amiga, continuaron enviando cartas contra Shields por iniciativa propia. El aludido, consideró un insulto aquella insistencia y retó a su rival a duelo creyendo que era cosa suya, porque la firma era Cahtleen y la anterior misiva salió con el pseudónimo Rebecca. Como los lances de honor estaban prohibidos en Illinois, se decidió llevarlo a cabo en Bloody Island, un islote en el río Misisipi que pertenecía a Missouri y que por eso se solía utilizarlo para batirse a duelo.

El duelo en una ilustración. Imagen de J. Mark Powell.

Siendo el desafiado Lincoln, tenía derecho a elegir el arma y sabiendo que su oponente era un experto tirador de pistola, él optó por el sable de caballería. Eso le otorgaba una enorme ventaja gracias a su envergadura (medía un metro noventa y tres), así que trató de disuadir a Shields del enfrentamiento: lo hizo de forma muy ostensible, cortando de un sablazo una rama que estaba muy alta. Fue entonces cuando intervinieron los padrinos y les convencieron para poner fin a la discordia, aduciendo que las cartas no fueron mandadas por Lincoln. Aunque éste tenía las de ganar, resulta interesante pensar cómo hubiera sido la historia de EEUU de haber muerto en aquel lance.

Shields, siguió ejerciendo de magistrado hasta el verano de 1846, en que organizó un cuerpo de voluntarios para luchar en la guerra contra México, en el contexto del expansionismo estadounidense y la ambición de arrebatar Texas a su vecino del sur. Estuvo en Río Grande a las órdenes de Zachary Taylor, dirigiendo la Tercera Brigada y tomando parte en las batallas de Veracruz y Cerro Gordo. En esta última fue herido pero se repuso y volvió para combatir en las de Contreras y Churubusco. En septiembre de 1847, durante el asalto al Castillo de Chapultepec, en la capital mexicana, le hirieron otra vez.

James Shields, con uniforme de brigadier general durante la guerra con México. Imagen de dominio público en Wikimedia Commons.

Tras el conflicto retornó a la política por la puerta grande y en agosto de 1848 le ofrecieron ser gobernador del recién creado Territorio de Oregón, una enorme zona ubicada entre las Montañas Rocosas y el Océano Pacífico, que abarcaba desde California hasta Alaska con la Columbia Británica de por medio. Shields, rechazó la oferta porque su intención era presentarse al Senado por Illinois, pero ahí volvió a surgir el viejo problema de que aún carecía de la ciudadanía, ya que la Constitución de EEUU exigía nueve años de residencia y él no se había naturalizado hasta 1840. Así, aunque hizo la campaña y ganó las elecciones, no pudo obtener su escaño.

Se presentó de nuevo en 1855 pero le derrotaron, así que se trasladó a Minnesota, donde le habían concedido unas tierras como recompensa por sus servicios militares. Minnesota todavía no era estado y había formado parte de diversos territorios hasta que en 1849 el Congreso le otorgó el constituir el suyo propio; por entonces era un poco más grande que hoy en día, incluyendo buena parte de las actuales Dakota del Norte y Dakota del Sur, y experimentando un vertiginoso crecimiento demográfico gracias a la expulsión de los sioux en 1851. Shields, fundó un pueblo que bautizó con su apellido, Shieldsville, para favorecer la inmigración de irlandeses y en 1858, cuando Minnesota se convirtió en el trigésimo segundo estado, se presentó como candidato a senador, siendo elegido.

James Shields, poco antes de su muerte. Foto de dominio público en Wikimedia Commons.

Entonces estalló la Guerra Civil y, como en 1859 no había logrado la reelección, una vez más decidió empuñar las armas en nombre de la Unión. Participó en la Campaña del Valle en 1862 al mando de la 2ª División del V Cuerpo del Ejército del Potomac, siendo herido en la Batalla de Kernstown, la que fue la única derrota táctica del general confederado Thomas Stonewall Jackson, mano derecha de Lee, en dicha campaña (que estratégicamente se inclinó hacia el Sur). Eso le valió el ascenso a mayor general; se lo concedió su viejo adversario, ahora presidente, demostrando que no había rencor entre ambos. Pero fue sólo de forma temporal porque luego se revocó el ascenso debido a que, en realidad, Shields sólo había tenido que cubrir la retaguardia; además, el resto del conflicto no estuvo a la altura de las circunstancias y finalmente, irritado, presentó la renuncia.

Esquema de la Batalla de Kernstown. Imagen de Hal Jespersen en Wikimedia Commons.

La guerra siguió sin él, que se marchó a México para probar en la minería. Pasó por Wisconsin y en 1866 volvió a Missouri para trabajar en el sector ferroviario. Allí formó parte de la Cámara de Representantes y trece años más tarde se convirtió otra vez en senador al suplir al titular, que había muerto. Era el tercer estado al que representaba, tras Illinois y Minnesota, un caso único en la historia de EEUU. Ese mismo 1879 falleció en Ottumwa (Iowa). Actualmente se honra su memoria con una estatua de bronce (obra del artista Leonard W. Volk) en el National Statuary Hall Collection del Capitolio (el mismo lugar donde hay una de Fray Junípero Serra); le muestra con uniforme de general y para la inscripción se eligió ponerle como senador… de Illinois.

Fuentes: General James Shields: soldier, orator, statesman (Henry Cason Castle)/Abraham Lincoln’s duel (Kelsey Johnston en Civil War Trust)/The heroic and the notorious. U.S. senators from Illinois (David Kenney y Robert E. Hartley)/The encyclopedia of the Mexican-American War. A Political, Social and military history (Spencer C. Tucker, ed)/Wikipedia. Jorge Álvarez, LBV. Revisión y Diseño: elcofresito.

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