Crímenes y sangre por los diamantes de "Sierra Leona".



Los alemanes que llevaron la primera máquina de rayos X a África en 1908 no pretendían detectar enfermedades, sino radiografiar el cuerpo de los mineros de Kolmanskop para que no ocultaran los diamantes que luego se vendían en el primer mundo.


La extracción de estas valiosas gemas sigue hoy importando más que la vida de aquellos que las extraen, como demuestra el conflicto religioso de República Centro-africana.


Lo único que no se ha detenido por la guerra son las minas. Para visitarlas, sólo hay que pagarles 20 dólares a los soldados que las custodian, a los que no les importa lo más mínimo que el extranjero fotografíe a los niños que trabajan en ellas.


Amnistía Internacional revela cómo las grandes empresas mineras (y cita a las belgas Sodiam y Badica/Kardiam) han alimentado los mercados de joyería de Amberes y Dubai, por valor de muchos millones de euros, con diamantes de sangre.


Su extracción y venta estaba prohibida por la guerra desde mayo del 2013 ya que contribuyen a financiar el conflicto, pero ahora se obtienen más diamantes que nunca.


Esta actividad ilegal, así como el control del país por parte de las milicias (la rebelión Seleka, de mayoría musulmana, y los grupos Antibalaka, de mayoría cristiana) ha provocado matanzas, violaciones masivas y trabajo infantil en las explotaciones mineras.


Niños de 10 y 11 años excavan de sol a sol en estas explotaciones a cielo abierto sin seguridad alguna y a precios de esclavitud.


Estos grupos armados, que emplean a miles de menores como soldados para hacer la guerra, "han obtenido grandes beneficios de este tráfico de diamantes" al exigir tasas o protección a mineros y empresas de extracción.


Las minas se encuentran, sobre todo, en las zonas de Bria, Berberati, Boda y Carnot, y están gestionadas desde hace años por milicias de nombres ridículos: Convención de Patriotas por la Justicia y la Paz (CPJP) o la Unión de Fuerzas Democráticas por la Unidad (UFDR).


Cuando más presumen en sus siglas de democracia, libertad o sentimiento popular, más crueles resultan con las 100.000 personas que trabajan en las minas.


Tradicionalmente, los mineros suelen ser cristianos, mientras que el tráfico en primera instancia pertenecía a los musulmanes. Desde hace unos años estos últimos han huido hacia el norte por culpa de la guerra sectaria.


El país, que está dividido y sufre brotes de limpieza étnica, se encuentra en un punto ideal para empresas con pocos escrúpulos y saqueadores de la más diversa índole.


Las compañías, según Amnistía Internacional, no tienen problemas en seguir exportando oro y diamantes pagando a estos señores de la guerra o saltándose cualquier auditoría, como el Proceso Kimberly, el programa internacional que lucha contra la exportación y venta de diamantes de sangre.


A pesar de sus esfuerzos, el de los diamantes sigue siendo en estas zonas del mundo un negocio opaco de precios criminales, atraso aberrante y tráfico mafioso.

De momento, se han sacado 210.000 kilates de diamantes a países vecinos como Camerún y República Democrática del Congo, que también posee explotaciones en Mbuyi Mayi. Así se blanquea su origen.

Este tráfico se realiza hoy por carretera, ya que las avionetas en las que desde hace décadas viajaban las sacas de piedras preciosas sirven hoy de hogar improvisado a más de 18.000 desplazados cristianos que malviven en los hangares del aeropuerto de M'Poko, en Bangui.


Países como Canadá explotan y exportan diamantes con la etiqueta "Conflict Free" (libres de conflicto), pero otros países como Bélgica, según el mismo informe, venden piedras 'blanqueadas'.


En República Centroafricana, estos depósitos de gemas preciosas se encuentran en los ríos Kotto, Mambéré y Lobaye, y se extrae de manera artesanal, en agujeros en los que, a veces, sólo cabe un minero.


Cuando encuentran un diamante se lo llevan a un 'collecteur' (el traficante) que lo pone en manos de compañías pantalla camino de algún aeropuerto. De ahí viajará a Bélgica o Emiratos Árabes para acabar en cualquier anillo de bodas.



Encuentran el Diamante Más Grande Del Mundo

En Marzo pasado los trabajadores de una mina fluvial han encontrado uno de los diamantes más grandes del mundo en la región de Kono, en Sierra Leona.


El diamante, de 706 quilates en bruto, ha sido transferido a las autoridades del Estado y guardado en las bóvedas del Banco Central de la nación africana. Tras el hallazgo, el presidente del país, ha agradecido a las autoridades locales y al pueblo de Kono "por no traficar" con la piedra preciosa.


Este diamante viene a ser el hallazgo más relevante de los últimos 40 años en su territorio. En 1972, fue descubierto en la nación un diamante de 969 quilates, conocido como la "Estrella de Sierra Leona".


Fuentes: Alberto Rojas, El Mundo. Adolfo Finocchio, Taringa! Revisión y Diseño: elcofresito.

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