El oro de los miserables: La Rinconada.
En La Rinconada, la
población situada a más altura del planeta, los sueños de prosperidad conviven
con las realidades más duras y miserables. En esta ciudad del Perú, miles de
hombres trabajan en las minas de oro en condiciones infrahumanas a cambio de lo
que puedan recoger en un día al mes. Aunque nadie los conoce, la leyenda dice
que hubo mineros que se hicieron ricos así. Lo que sí sabemos de seguro es que
esta es una de las zonas más duras y hostiles de la Tierra.
Cinco siglos después de la
fiebre del oro, por la que los conquistadores derramaron ríos de sangre nativa,
la mina de La Rinconada sigue siendo un mito alimentado por lo apartado y por
su difícil acceso en los inmensos Andes. RT ha explorado las calles de esta
localidad situada a más de 5.000 metros sobre el nivel del mar para hablar con
sus gentes y entender cómo se vive en el asentamiento humano más alto del
planeta.
El problema de la
contaminación
Con sus 400.000
habitantes, Juliaca es la ciudad cercana más grande, además de principal punto
de partida hacia la mina de La Rinconada. En sus terminales operan unas 20
empresas de combis que entre las 3 de la madrugada y las 8 de la noche ofrecen
viajes continuos. Los vehículos salen repletos de mineros y comerciantes que,
tras un viaje de unas cuatro horas, bajan hasta la población situada a mayor
altura del planeta. Además de por su peligro, este es un lugar tristemente
famoso por su hostilidad, pues se trata de una zona en la que suelen
registrarse atracos debido a la ausencia de policías.
El paisaje de cerros
nevados de la cordillera contrasta con las montañas de basura. Según Edgard
Quispe Medonza, ingeniero de minas, el problema radica en la despreocupación y
el completo desarraigo de las personas que habitan o visitan el lugar. "El
problema es que acá todos vienen, sacan algo aprovechable y no les interesa
mejorar lo que es la población", lamenta.
Y no es de extrañar, pues
hace cuarenta años este lugar apenas estaba habitado por un grupo de mineros
que comenzaba a extraer artesanalmente el oro del Cerro Nevado. Al día de hoy,
en determinadas épocas del año la población supera los 70.000 habitantes, que
en su mayoría son mineros que trabajan temporalmente en la zona.
Rica en oro, pobre en
condiciones
La localidad de Cerro
Lunar es uno de los asentamientos que se encuentra junto a La Rinconada. Pese a
la riqueza mineral del lugar, las condiciones de vida son miserables. Los
habitantes no disponen de agua potable ni de desagües. Asimismo, el único medio
del que disponen para combatir el frío es la ropa, ya que tampoco hay
calefacción. Otro de los problemas es que los lugareños arrojan los residuos
directamente a las calles y el resultado es un ambiente antihigiénico que
acarrea todo tipo de enfermedades.
Según el testimonio del
único médico del lugar, Hilmer Cutipaca Huina, el principal problema de salud
son las enfermedades diarreicas. "Las personas se contaminan. Bueno, los
niños tocan el agua, ingieren el alimento con eso y de ahí el problema",
explica. A ello se unen "enfermedades infecciosas" como la sífilis y
la gonorrea, que provienen en su mayoría de los locales de prostitución.
El clima tampoco es el
mejor, ya que los habitantes de La Rinconada deben soportar bajas temperaturas.
Otro inconveniente es el alto índice de delincuencia, que hace que la zona se
convierta en un lugar inseguro. La Policía, que apenas cuenta con una veintena
de efectivos, carece de efecto disuasorio frente a los atracos y actos de
violencia se registran a diario.
¿Pero qué alimenta este
gran sueño de encontrar grandes cantidades de oro y qué destino tiene ese
rincón 'dorado' del país?
Fuente: RT. Revisión y
Diseño: elcofresito.
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