Catal Huyuk: ¿la primera ciudad de la historia?



Catal Huyuk fue una ciudad de Anatolia, que constituye uno de los asentamientos urbanos más antiguos y cuyos orígenes se remontan aproximadamente al año 7200 antes de Cristo

A finales de la década de 1950 se produjo un acontecimiento que modificó la teoría que establecía que la ciudad más antigua del mundo había nacido en Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates, con ciudades como Ur o Babilonia. Al sur de la región central de Turquía, bajo un cerro situado en la llanura de Konya, a unos 320 kilómetros de distancia de la ciudad Ankara, se descubrieron los restos de Catal Huyuk, urbe que data aproximadamente del año 7200 antes de Cristo.


En ella se encontraron los elementos característicos básicos de una ciudad; una religión organizada, una sociedad constituida por clases sociales y fuerzas laborales especializadas, y una población relativamente numerosa, con unos 6.000 habitantes.


La urbe tenía una ubicación ideal, en la llanura de Konya, que había sobre un lago hasta el decimosexto milenio a.C. Cuando se secó, quedó un terreno fértil en el que se podía cultivar cereales y en el que había ricos y húmedos pastos, en comparación con lo que era habitual en la Anatolia central.


Sin embargo, aquella región era bastante salvaje y en sus proximidades existían zonas pantanosas en las que abundaban animales como leones, gacelas y onagros; en cuanto a las montañas de Taurus, que se extendían por el sur y por la zona oeste, estaban pobladas de leopardos y osos, aunque sus bosques también proporcionaban abundante madera.

Urbanismo de adobe

En Catal Huyuk las casas eran de adobe, con vigas de madera, verticales en las esquinas y horizontales bajo la techumbre, que era plana, con canalones de yeso para que el agua de lluvia desaguara por el patio más cercano. En este sentido no eran muy distintas de las casas de otras ciudades antiguas.


Pero lo que sí es diferente es que los edificios estaban completamente pegados unos a otros, sin calles entre medias y con muy pocos espacios abiertos entre ellos. Es curioso que sus habitantes pasaran de una casa a otra por la azotea y entraran en las casas por la parte de arriba, bien por una trampilla, bien por la puerta de un cuartucho construido en la propia azotea.


La mayoría de los edificios eran de ladrillo, todos ellos del mismo tamaño. De hecho, los habitantes de Catal Huyuk utilizaban un sistema de medidas basado en las dimensiones de la mano (unos ocho centímetros) y del pie (unos 32 centímetros) También las viviendas tienen medidas normalizadas: por lo general tienen seis metros de largo por 4,5 de ancho, y las habitaciones, los huecos de las puertas, los hogares y los hornos son del mismo tamaño.


Esta curiosa disposición de la ciudad tenía una ventaja primordial, ya que al hallarse la entrada de las casas en la parte superior, se impedía el acceso de fieras y enemigos sin tener que construir una muralla para fortificar la ciudad y defenderse de un posible ataque. Sin embargo, resulta significativo que no existan pruebas de que Catal Huyuk haya sido jamás conquistada o saqueada.


El interior de las casas, aunque escasamente ventilado, tiene que haber sido muy fresco. En las viviendas, de reducidas dimensiones, había unas plataformas que, además de servir de nichos donde se guardaban los cadáveres de los miembros de la familia, se utilizarían como bancos de trabajo durante el día y como camas durante la noche. A pesar de su modestia, las viviendas estaban muy cuidadas y se enjalbegaban todos los años.

Orígenes desconocidos

Los habitantes de Catal Huyuk eran analfabetos, por lo que no nos queda ningún documento escrito suyo, y como las excavaciones no son todavía suficientemente profundas, no se conocen con exactitud sus orígenes. Es posible que procedan del sur de Anatolia, donde se encontraron pinturas rupestres de características semejantes a las de Catal Huyuk. Los habitantes eran relativamente altos. Los hombres solían medir 1,70 metros de altura y llegaban a vivir una media de 34 años. Por su parte, las mujeres alcanzaban los 1,55 metros y prolongaban su existencia hasta los 31 años.


Es de suponer que un gran número de personas se dedicaban a las artes decorativas, ya que muchas de las paredes estaban cubiertas de pinturas que se han podido reconstruir parcialmente. Los habitantes de Catal Huyuk también sobresalían en otra técnica. En esta región de Anatolia abundan los yacimientos de cobre, y se especializaron en la explotación metalúrgica.


Catal Huyuk es una ciudad de santuarios. De los 139 edificios excavados hasta la fecha, 40 se utilizaban, al parecer, para fines religiosos. Estos edificios estaban adornados con pinturas murales y frisos de barro, fundamentalmente con motivos animales. Las decoraciones más notables son las cabezas de toro con cuernos de verdad que se encuentran en las paredes de muchos santuarios.


También se han encontrado estatuillas de diosas que representan la maternidad, con los rasgos exagerados comunes en las diosas-madre de la antigüedad. Algunas están pariendo, en pie, con las manos y las piernas separadas, y otra lo hace sentada; algunas dan a luz a toros o carneros y otras a seres humanos.

Turquía no para de deparar sorpresas para el viajero amante de la historia. Al sur del país, emerge un erial en cuyo estómago se oculta uno de los mayores enigmas a los que se ha tenido que enfrentar la arqueología. El santuario de Göbekli Tepe lleva al viajero hasta la época oscura en que el hombre salía de la era el hielo, hasta hace ni más ni menos que 12.000 años.


Fuente: Javier Ramos, Lugares con Historia
Fotografías: Wikipedia, la enciclopedia libre.
Revisión y Diseño: elcofresito.

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