Suicidios famosos de la historia (Segunda parte)
Arthur Koestler
Su
nota de suicidio decía lo siguiente: "El propósito de esta
nota es dejar inequívocamente claro que tengo la intención de
suicidarme tomando una sobredosis de drogas sin el conocimiento o la
ayuda de ninguna otra persona". El escritor húngaro de origen
judío tomó una sobredosis de barbitúricos y alcohol.
Fue uno de los intelectuales anticomunistas más importantes del
mundo y el motivo de quitarse la vida fue porque no quería
convertirse en lo que el párkinson y el cáncer que padecía le
transformarían. Se suicidó el 1 de marzo de 1983.
Robin Williams
“No
puedo más. Es hora de marcharse”. Esta era una de las múltiples
notas que dejó el actor y
comediante estadounidense Robin Williams antes de suicidarse. La
autopsia posterior a su muerte reveló que padecía un trastorno
cerebral relativamente desconocido llamado demencia de cuerpos de
Lewy cuyos síntomas son similares a los de la enfermedad de
Alzheimer o el párkinson. La causa de la muerte fue “asfixia por
ahorcamiento”. Era el 11 de agosto de 2014.
Ernest Hemingway
Una
mañana de julio, a primera hora de la mañana, el escritor
estadounidense Ernest
Hemingwayse
metió el cañón de su escopeta en la boca y apretó el gatillo. Ahí
terminó todo. El escritor que amaba el boxeo, las corridas de toros,
la caza, la vela y beber en exceso, se quitó la vida sin que nadie
entendiera por qué. ¿Estaba predispuesto al suicidio teniendo en
cuenta que su padre, sus hermanos y posteriormente su nieta se
suicidaron? Las pesquisas del FBI no arrojaron luz al asunto. Se
suicidó el 2 de julio de 1961 y los psiquiatras que estudiaron el
caso creen que debajo de esa fachada de hiper masculinidad
y personalidad arrolladora
se escondían trastornos mentales, traumas infantiles, miedos e
inclinaciones al suicidio.
Yukio Mishima
El novelista y
poeta japonés Yukio Mishima, considerado uno de los más grandes
escritores de Japón del siglo XX, estaba plagado de contradicciones,
sexuales, sociales y políticas; no en vano, sus últimos trabajos
están llenos de sangre y muerte. Había planeado su muerte durante
más de un año, había terminado su última novela y había ordenado
sus finanzas. Murió mediante el seppuku o harakiri, el método
japonés tradicional de suicidio. Fue el 25 de noviembre de 1970.
Cleopatra
El
12 de agosto del año 30 a.C., Cleopatra,
reina de Egipto, amante de Julio César y Marco Antonio, se quitó la
vida tras la derrota de sus fuerzas contra el ejército de Octavio en
Alejandría. Y es que decidió suicidarse antes de que su vencedor la
condujera a Roma para exhibirla como un trofeo de guerra. Cleopatra
fue la última reina del Antiguo Egipto y se suicidó bebiendo una
mezcla de venenos. Un tóxico elixir que contenía cicuta, acónito y
opio. Y no, no murió por la mordedura de un áspid.
Nerón
El
emperador artista se suicidó a las afueras de Roma con
la ayuda de un sirviente. Sus extravagancias personales, sus
múltiples derroches y su violencia le perseguían por doquier pero,
cuando fue condenado a muerte por el Senado mientras permanecía
escondido en una villa lo tuvo claro. No podría soportar el suplicio
al que le habían condenado, por lo que decidió suicidarse con su
daga. Como no pudo o no supo, Nerón pidió
a Epafrodito, su liberto, que lo hiciera por él. Tras decir
'¡Júpiter, qué gran artista muere conmigo!', le clavó el puñal
en la garganta hasta matarle. Era el 9 de junio de 68 d. C.
Eratóstenes
El astrónomo y
filósofo griego Eratóstenes, famoso por su medición del radio de
la Tierra, decidió suicidarse a los 79 años el 194 a.C. Y es que se
cuenta que siendo ya bastante mayor (casi 80 años para esa época
era todo un logro), se quedó ciego o casi ciego. Ante la
imposibilidad de poder leer (era el director de la Biblioteca de
Alejandría) decidió suicidarse de una forma un tanto particular:
dejando de comer hasta la muerte.
Demóstenes
El político y
gran orador ateniense Demóstenes murió
el 12 de octubre de 322 a. C. El emperador Antípatro de Macedonia
consiguió que se aprobara un decreto con la condena a muerte de los
agitadores políticos, entre los que se encontraba Demóstenes. Por
ello, antes de ser capturado, se suicidó en el templo de Poseidón
de Calauria tomando veneno escondido en una caña. Cayó al lado del
altar y murió. Como curiosidad, para superar su tartamudez,
Demóstenes ejercitaba su discurso por la noche, llenándose la boca
con piedras y poniéndose un cuchillo afilado entre los dientes para
forzarse a hablar sin tartamudear. El poder de su oratoria no
encontró límites.
Sócrates
En
el caso de Sócrates hablamos
de un suicidio forzado. Probablemente el más famoso de la historia.
El filósofo griego fue condenado a morir bebiendo cicuta por tratar
de 'corromper' a los jóvenes atenienses y haber expresado sus ideas
en contra de la creencia en los dioses ancestrales.
Séneca
Su
“proceso” de suicidio fue largo y bastante accidentado. El
filósofo romano Séneca sufrió
un intento de envenenamiento, frustrado gracias a la sencilla dieta
que el filósofo seguía en estos días. Tras ser acusado de estar
implicado en la famosa conjura de Pisón contra Nerón, fue, junto a
muchos otros, condenado a muerte. Cuando Séneca recibió la carta de
su sentencia, decidió abrirse las venas, cortándose en brazos y
piernas. Sin embargo, al ver que su muerte no llegaba, pidió a su
médico Eustacio Anneo que le administrase cicuta y así lo hizo.
Pero no le hizo efecto. Su última idea fue solicitar que le
trasladaran a un baño caliente, donde finalmente murió asfixiado a
causa del vapor, pues era asmático. Se suicidó el 65 d.C.
Vladimir Mayakovsky
El
protagonista de la revolución bolchevique,
el iniciador del futurismo ruso, Vladimir Mayakovsky, redefinió el
papel del poeta en la sociedad del siglo XX. Su poesía era pura
angustia; quería romper los grilletes de la tradición. Se
desilusionó con la burocracia estalinista y la única salida era
quitarse la vida. Jugó la ruleta rusa, ganó dos veces pero perdió
el 14 de abril de 1930.
Cesare
Pavese
El escritor italiano,
poeta y crítico Cesare Pavese fue una de las grandes figuras
literarias e intelectuales de la primera mitad del siglo XX. Había
lidiado con muchas desgracias en su vida, como perder a su padre a
una edad temprana. Luego estaban las batallas políticas contra los
fascistas. Y para un escritor, ¿qué podría ser peor que la
censura? Al igual que muchos artistas del siglo XX, Pavese también
sufría de ansiedad existencial. La idea del suicidio se hizo más
pronunciada en sus últimos trabajos. El 27 de agosto de 1950 se
suicidó en una habitación de un hotel de Turín por una sobredosis
de barbitúricos.
Continurá.............
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