Ecuador y su pasado con los duelos de honor (Segunda parte - Final)
En el Ecuador son dos los
únicos casos de personas que llegaron a la Presidencia y que se hayan batido en
duelo: el general Alberto Enríquez Gallo y el doctor Rodrigo Borja Cevallos.
Detalles que están consignados en esta obra.
Cabe indicar que los duelos
se hicieron, exclusivamente, para los hombres; sin embargo, las mujeres también
los adoptaron para zanjar sus diferencias. Así aparece, en Europa, un sinnúmero
de casos de duelos femeninos, algunos de personajes de alta alcurnia y también
de mujeres de vida airada pero se distinguían por su elegancia y talento.
Una de ellas, quizá la más
célebre duelista entre las mujeres, es la actriz de teatro y cantante de ópera
conocida como Mademoiselle de Maupin. Llegó a dominar el manejo de la espada al
tener como amante a un maestro de esgrima y una vez mató en un mismo duelo a
tres varones.
En nuestro país no se
conoce que haya existido un duelo de honor entre mujeres.
Los duelos en Ecuador
comenzaron a realizarse con la llegada de los españoles. Un caso es el de Fray
Hernando de la Cruz, cuya vocación sacerdotal no la tuvo hasta que ultimó la
vida de un importante caballero quiteño. En la misma época ocurrió la muerte de
uno de los académicos franceses, don Juan Senierges.
También conocemos un duelo
trágico que se dio en las islas Galápagos en 1812. Además, el duelo de José
María Camacaro, a quien llamaban ‘La primera lanza de Colombia’, y el rival, un
pundonoroso militar peruano, Domingo Nieto y Márquez, que se enfrentaron al
concluir la Batalla de Tarqui, un duelo de dos militares expertos en el
complicado lance a caballo y lanza, con la presencia de sus tropas.
No se puede precisar desde
cuándo se exige entre los deberes militares, el mantener y cuidar el honor. En
el gobierno de Aurelio Mosquera Narváez (1938 -1939) ya se emitió un reglamento
para el Cuerpo de Carabineros, que en la parte pertinente advierte: “Conservar
incólume el honor y dignidad personales, no solo porque el honor perdido no se
recupera, sino también porque esta cualidad moral conduce al estricto
cumplimiento de los deberes para con sus semejantes y para consigo mismo”.
Ya en la época
republicana, los lances de honor proliferan. Juan José Flores le corrió a José
Antonio Elizalde. García Moreno, de 27 años, insultó y retó a duelo al ministro
de Hacienda del gobierno de Vicente Ramón Roca, don Manuel Bustamante. En 1892
don Nicolás Ribadeneyra fue apresado y acusado de asesinato por un duelo
efectuado en El Ejido de Quito.
En la presidencia de
Alfaro, este fue retado, públicamente, por su antiguo copartidario y amigo, don
Luis A. Martínez Holguín, un duelo al que él llamó “Duelo a muerte con
emplazamiento ante Dios”.
Y en el siglo XX nos
encontramos con decenas de duelos, con el antecedente de que la mayoría de
ellos no se llegaron a efectuar. Para nombrar solo a unos pocos: César Borja
Cordero, Nicolás López, Luciano Coral, Carlos Flores Guerra, Emilio Uzcátegui,
coronel Carlos Andrade Rodríguez, coronel Filemón Borja, Alejandro Camón,
Manuel Araujo Hidalgo, Camilo Ponce, Ramiro Silva del Pozo, Juan Carlos
Faidutti, Asaad Bucarám, Luis Salas Mancheno, Raúl Clemente Huerta, Alfredo
Chiriboga, Diego Oquendo y general Frank Vargas Pazzos.
El duelo en Ecuador no fue
una actividad que se pueda llamar frecuente y, por supuesto, no fue el único
medio que usaron los caballeros para definir sus conflictos. En la mayoría de
los casos, las ofensas han sido limpiadas de inmediato con la agresión física
de las partes. Estos constituyen los duelos sin ritual.
Me da enorme pena ver, en
la actualidad, la pérdida de ciertos valores. La palabra ‘honor’ ha caído en
desuso. Me he preguntado si acaso en las generaciones actuales tiene todavía
algún contenido. Aspiro que el libro que he escrito sobre el tema pueda
rescatar en alguna forma la virtud que representa y enaltece la estima y el
respeto de la dignidad propia.
Fuente: El Comercio. Diego
Moscoso Peñaherrera, Académico de Número y Secretario de la Academia Nacional:
Revisión y Diseño:
elcofresito.
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