El astronauta espía que encontró tesoros desde el espacio
El experto en
descubrimiento de naufragios Darrell Miklos, sigue buscando tesoros submarinos
siguiendo un mapa hecho desde el espacio por el astronauta estadounidense
Gordon Cooper.
Era 1963 y Gordon Cooper,
considerado uno de los pioneros espaciales de la NASA, rompía el récord del
vuelo espacial más largo de la historia tras orbitar la tierra 22 veces y
completar 122 horas en una misión secreta.
Durante una de sus
misiones clave, Cooper estaba recorriendo el planeta para detectar posibles
emplazamientos de misiles nucleares, cuando descubrió algo más: restos de
barcos hundidos.
Trabajando por décadas en
secreto y usando información que recogía mientras orbitaba la tierra, Cooper
creó un documento que pensó podría
conducirlo a una riqueza inimaginable.
Fue durante esa travesía,
a bordo de la cápsula Faith 7, que el instrumental de Cooper detectó anomalías
en la Tierra y que eran muy pequeñas para corresponder a armas nucleares y que
por su locación, coincidían con las rutas usadas por los antiguos comerciantes
españoles, a lo largo del Atlántico.
Eran naufragios coloniales
que podían albergar una fortuna inestimable, y tras varias décadas, logró
diseñar un mapa con todos esos naufragios.
Durante años, investigó
los datos hasta armar un "mapa del tesoro", que revelaría las
ubicaciones de esos puntos, y finalmente, poco antes de su muerte en 2004, lo
compartió con Darrell Miklos, un explorador profesional y amigo cercano del
astronauta.
El cazador de tesoros
profesional
El trabajo de Cooper,
apoyado por el propio Miklos, antes de la muerte del astronauta, debido a un
ataque cardiaco y afectado por Parkinson, ha dado resultados, puesto que el
explorador asegura que hasta ahora han revisado cinco de los sitios descritos y
en todos han encontrado restos de barcos.
Según sus últimas
investigaciones, aún quedan más de cien locaciones por explorar, y en
cualquiera de ellas es muy posible que se puedan encontrar más tesoros, como un
ancla hallada recientemente que podría pertenecer a uno de los barcos de Cristóbal
Colón.
Los arqueólogos también
encontraron piezas rotas de cerámica y una jarra de aceite pintada a índigo,
que indica el origen español.
También encontró una olla en
la isla española de Mallorca, que también data de un naufragio del período
comprendido entre 1492 y principios de 1500.
Fuente: Adolfo Finocchio,
TARINGA!
Revisión y Diseño:
elcofresito.
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