Mesalina y su injusta fama
Valeria Mesalina es
una de las más famosas emperatrices romanas. ¿Por qué motivo? En el lenguaje
corriente «Mesalina» significa una mujer desvergonzada; así, Mesalina ha dado
su nombre a un insulto. La emperatriz es recordada por su vida privada. Los
responsables de esta fama son los autores antiguos, esencialmente hombres,
rencorosos frente a una mujer influyente sobre su marido y la Corte imperial.
Desde hace años, las historiadoras han reestudiado las fuentes antiguas y
presentado un nuevo retrato de Mesalina.
Mesalina, una
princesa Imperial
La fecha de
nacimiento de Mesalina es desconocida, pero probablemente nació en los años 20
del primer siglo después de Cristo. Valeria Mesalina es la hija de Domitia
Lepida y Marcus Valerius Messala Barbatus. Si la familia de su padre pertenece
a la nobleza romana, la de su madre es todavía más ilustre: en efecto,
desciende de Augusto, el fundador del imperio romano. Mesalina es la biznieta
de Octavia, hermana de Augusto y esposa del famoso Marco Antonio.
No conocemos la
infancia de la princesa, pero parece que pierde a su padre muy pronto. Nace
durante el reinado de Tiberio (14-37 d.C.) y los autores antiguos odian tanto a
este emperador que no se dedican a la joven princesa. Calígula sucede a Tiberio
en el año 37. Mesalina se casa con Claudio, un pariente cercano. Como otras
mujeres de la nobleza, se casa entre los doce o catorce años, con un hombre que
podría ser su padre. Sin embargo, este matrimonio acerca Mesalina a la Corte imperial:
Claudio es el tío de Calígula y reside en la Corte, dónde su esposa lo sigue.
Los autores nos describen al emperador como un monstruo: muy joven igualmente
cuando sucede a Tiberio, Calígula tiene malas relaciones con el Senado. Por
eso, las fuentes, favorables al Senado, se ceban en el sobrino de Claudio, y en
consecuencia también con Mesalina de cuya vida poco se conoce hasta el año 41.
Podemos solo señalar que ha dado a luz a una hija, Octavia, futura emperatriz.
Mesalina, la gloria
En el año 41, el
emperador Calígula es asesinado con su esposa y su hija. Los conjurados piensan
en restablecer la República, desposeyendo a la familia de los/las
Julio-Claudianos/as, pero los soldados deciden entregar el poder a Claudio, tío
del difunto, a cambio del pago de un donativo. Mesalina se vuelve emperatriz
con menos de veinte años. Según las fuentes, la elección de Claudio es
inesperada porque su familia lo consideraba como un «idiota»; pero Claudio era
el tío de Calígula, padre de varias niñas, con una esposa joven y fértil. Los
otros miembros de la familia del difunto estaban en exilio o muertos
(asesinados o no). Para los soldados, la opción de hacer emperador a Claudio
era la más evidente. Más, otra circunstancia favorecía a Claudio: Mesalina
estaba embarazada por segunda vez. Algunos meses después del asesinato de
Calígula, da a luz a un hijo, Británico. La nueva pareja imperial tiene dos
hijos, sin contar a las otras hijas de Claudio.
Mesalina, tan joven,
será emperatriz durante siete años: pero sólo su última etapa ha sido descrita
por los autores antiguos. ¿Qué podemos deducir de su reinado? Su situación es
dudosa. En primer lugar, Claudio es un marido débil. Mesalina tiene que hacer
frente a sus rivales, princesas imperiales intentan usar la flaqueza del
emperador para sustituir a su esposa. Esta última busca apoyos entre el
ejército, los familiares de sus hijos y los aristócratas. ¿De qué manera?
Probablemente otorgando dinero, generosamente aceptado, sobre todo por los aristócratas;
las relaciones íntimas con miembros de este grupo, atribuidas a Mesalina, son
incomprobables.
Estas precauciones
están justificadas pues la emperatriz desmantela varias conspiraciones que la
amenazan. Dos princesas imperiales, emparentadas con Claudio, lo seducen para
llegar a ser emperatrices. Mesalina tiene influencia suficiente sobre su marido
para convencerlo del peligro que esa situación llevaría sobre sus hijos. Una
historiadora sugiere que la pareja imperial estaba unida frente a las
ambiciones de los miembros de la Corte: Mesalina vigilaba a los hombres,
mientras Claudio hacía lo mismo con las mujeres.
Sabemos que Mesalina
recibe varios honores, en calidad de esposa del emperador y madre del heredero.
En cambio, Claudio niega el título de Augusta a la emperatriz. Esta limitación
modera las acusaciones a propósito de la tiranía de Mesalina sobre su marido.
Retratos y estatuas de la emperatriz jalonan el mundo romano, presentándola
como esposa y madre, valores fundamentales en la sociedad romana.
Esta joven mujer
desempeña sin duda su papel de emperatriz con dignidad y clarividencia.
Mesalina, la caída
Todos los autores han
evocado la muerte trágica de Mesalina, en el año 48. Pero este acontecimiento
permanece en el misterio; los estudiosos han reinterpretado los sucesos. En el
año 48, Mesalina vigila a una princesa imperial, Agripina, madre de Nerón y
sobrina de Claudio. Su hijo amenaza a Británico pues Agripina es ambiciosa y
está decidida a casarse con el emperador, haciendo de Nerón el heredero al
imperio. De repente, Mesalina parece desinteresarse de su rival; se enamora de
un joven y hermoso aristócrata, Caio Silio. Se vuelven amantes y conspiran
pronto contra Claudio. Como nuevo esposo de Mesalina, adoptaría al joven
Británico. La actitud de Mesalina, tan reflexiva, es sorprendente: ante las
artimañas de Agripina, quizás la emperatriz se sienta amenazada. Cuando
pensamos en los sucesos siguientes, la alternativa de Mesalina parece
claramente política. Ya que no puede exiliar a Agripina, la emperatriz resuelve
sustituir el emperador. Cuando Claudio sale Roma, Mesalina se casa con Caio
Silio, según el rito romano. Pero los libertos, aliados de Mesalina avisan a
Claudio. Este último, asustado, deja a los libertos organizar el asesinato de
la emperatriz. Al corriente del regreso de Claudio, Mesalina va a su encuentro
para justificarse. Pero los libertos la alejan. Caio Silio y sus cómplices son
ejecutados. Abandonada por todos y todas, menos su madre, Domitia Lepida,
Mesalina se retira a sus jardines. El liberto Narciso envía a un soldado a
asesinar a su ama.
Mesalina, una leyenda
injusta
Agripina sucede a
Mesalina, volviéndose otra famosa emperatriz romana. Las dos mujeres, esposas
de Claudio, sufren las consecuencias de la mala fama de su marido. En efecto,
desde el fin del siglo, la nueva dinastía de los Flavios hace de los/las
Julio-Claudianos/as emperadores y emperatrices indignos/as, haciendo bueno el gobierno de estos nuevos emperadores
(Vespasiano y Tito). Las fuentes de esta época describen a Mesalina como una
víctima de Claudio, pero también como una mujer poderosa, responsable de su
caída.
El ataque más
virulento es debido a Juvenal, autor de sátiras. En la sátira VI, describe a
Mesalina como una mujer dominada por sus sentidos, una emperatriz frecuentando
los lupanares cuando su marido está dormido. La descripción, muy precisa,
mancha la fama de la madre de Británico. En adelante, todos los autores recogen
las acusaciones de Juvenal y Mesalina se vuelve la cortesana imperial para
varias generaciones de lectores/as. Tácito odia también a Mesalina: en sus
Anales, la emperatriz está cercana a la locura; no se interesa por la política,
solamente en el dinero y los hombres. Los autores siguientes nunca recuerdan la
sangre ilustre de Mesalina, concentrándose en su vida privada y los asesinatos
atribuidos a ella.
¿Por qué tal oleada de odio? Hemos mencionado
el prejuicio de las fuentes y de las dinastías siguientes. Esta explicación
concierne a los hombres tanto como a las mujeres. Por lo que se refiere a
Mesalina, es víctima de la misoginia de los autores antiguos (ningún escrito de
mujeres hablando sobre ella se ha conservado). Ahora bien, el ideal romano
sobre el rol de las mujeres se basa en la matrona, madre y esposa; la
literatura romana sanciona las mujeres abandonando la esfera privada para
reunirse con hombres. Mesalina era muy influyente sobre Claudio pero los
autores han transformado a este último en muñeco, sumiso a su mujer,
invirtiendo así el esquema romano dónde el hombre es activo y la mujer pasiva.
Todas sus acciones están deformadas: las conspiraciones desmanteladas se hacen
asesinatos premeditados, su relación con Caio Silio es atribuida a su
comportamiento libertino…
Mesalina es uno de
los ejemplos más claros sobre la deformación de un personaje histórico. Entre
todas las emperatrices romanas, fue la más duramente considerada.
Fuente: Estelle
Berlaire Gues, Revista de Historia:
Revisión y Diseño:
elcofresito
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