Las 5 prácticas del Plan Cóndor recreadas hoy en Latinoamérica
Se cumplen 44 años desde que las dictaduras de
Suramérica se unieron para exterminar a la izquierda de la región. Hoy, el Plan
Cóndor vuelve a atacar a los Gobiernos progresistas.
En el año 2015 ya lo dijo el expresidente del Ecuador,
Rafael Correa: En América Latina hay "todo un Plan Cóndor del siglo XXI
(...) es un boicot a la integración regional, una arremetida feroz para
destruir los movimientos progresistas".
Independiente de si se está o no de acuerdo con esta
persona, lo cierto es que resulta difícil no reparar en la similitud de las
maniobras contra los países latinoamericanos ejercidas por Estados Unidos
(EE.UU.) en las décadas de los años 1970 y en los tiempos actuales. ¿Comparemos?
¿Qué fue el Plan/Operación
Cóndor?
En las décadas de los años 1970 y 1980, las dictaduras
de Suramérica se coordinaron en un plan de acciones y apoyo mutuo, organizado y
liderado por EE.UU. para exterminar a la izquierda de la región.
Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia
y, esporádicamente, Perú, Colombia y Venezuela, se unieron para torturar,
asesinar, detener y reprimir a los opositores en lucha contra el fascismo. Fue
creado el 25 de noviembre de 1975.
Cinco prácticas del Plan Cóndor
recreadas hoy en América Latina
1. Asesinatos de líderes y
dirigentes políticos
Los crímenes homicidas contra el general chileno
Carlos Prats (1974), el exministro de Gobierno de Salvador Allende, Orlando
Letelier (1976) o el expresidente de Brasil João Goulart (1976) fueron parte de
la operación Cóndor. Asimismo, el intento de asesinato de Bernardo Leighton y
su esposa (1974), o la sospechosa muerte del expresidente chileno Eduardo Frei
Montalva, quien falleció en extrañas circunstancias mientras se encontraba
internado en una clínica.
Hoy, el exterminio de líderes, tanto cercanos a los
Gobiernos progresistas, como de organizaciones sociales, forman parte de la
agenda represiva con que EE.UU. intenta controlar la región.
En el año 2014 fue asesinado en Venezuela el joven
político y líder del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Robert
Serra. Y en el 2017, durante la escalada de violencia derechista en ese país,
fue ultimado el dirigente estudiantil chavista Juan López.
Desde 2016 hasta la fecha, grupos de derecha han
asesinado a más de 500 líderes sociales en Colombia. En el 2016, 200 activistas
ambientales de Honduras fueron asesinados, según cifras de Global Witness. Asimismo,
la ley anti-terrorista impuesta en Chile contra el pueblo Mapuche -varios
dirigentes indígenas han sido asesinados- es también parte de la aplicación de
una nueva Operación Cóndor.
2. Golpes de Estado
Los golpes de Estado armados contra Gobiernos
democráticos fueron la herramienta para hacerse rápida y violentamente del
poder en las décadas pasadas. Hoy, el objetivo es el mismo pero el modo de
empleo varía.
Así, también de manera rápida y violenta, pero sin
costos políticos ni derramamiento de sangre, en el año 2016 se ejecutó en
Brasil un golpe parlamentario contra la presidenta democráticamente electa,
Dilma Rousseff, siendo sustituida por el actual presidente de facto, Michel
Temer.
Un caso similar sucedió en 2009 en Honduras, contra el
presidente de izquierda Manuel Zelaya, quien fue apartado de su cargo en un
movimiento liderado por parte del Parlamento del país. Y en 2012, el presidente
paraguayo, Fernando Lugo, representante del pueblo popular, corrió la misma
suerte bajo un operativo del senado.
Asimismo, el pasado 10 de noviembre se ejecutó un
golpe de Estado contra el presidente legítimo de Bolivia, Evo Morales, en el
cual tanto EE.UU. como sus aliados derechistas y la Organización de Estados
Americanos (OEA), no demoraron en reconocer al Gobierno de facto pese a la
fuerte represión contra los que expresaban su rechazo.
3. Guerra Económica
Desde que Hugo Chávez asumió la Presidencia en 1999,
Venezuela ha sido blanco sistemático de las agresiones internacionales del
imperialismo, sin embargo, tras la partida física del comandante y el triunfo
electoral de Nicolás Maduro como presidente, los ataques se intensificaron,
sobre todo a través de la llamada Guerra Económica, se intensificaron.
Inflación de precios, desabastecimiento inducido,
acaparamiento de productos y paros sistemáticos por parte de grupos económicos,
son parte de la agenda contra Venezuela, fórmula casi calcada a la aplicada
contra el Gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende, dio grandes
resultados para la derecha.
Venezuela en 2017 y Chile en 1972
Tanto en el Chile de 1970 como en la Venezuela de la
actualidad se repitieron las colas para adquirir un producto de primera
necesidad; asimismo, al igual que hace años atrás, los sectores pudientes
pueden sin embargo consumir sin contratiempos los mismos alimentos que
escasean.
El ataque a través de los medios de comunicación, con
el objetivo de infundir el terror, generar caos e incentivar la presión social,
también son parte de la re-implementación del Plan Cóndor.
Comparación de los medios de comunicación de oposición
durante el Chile de Allende y la Venezuela de Chávez y Maduro
4. Detenciones arbitrarias,
torturas y persecuciones: control social
Muchas de las víctimas de la represión en las
dictaduras latinoamericanas no tuvieron, necesariamente, que ser asesinadas o
desaparecidas para ser acalladas. Las detenciones arbitrarias, las torturas
sistemáticas, el asedio en lugares públicos fueron un arma efectiva para
generar el control social de muchos militantes o simpatizantes de izquierda.
Actualmente, las policías de los Gobiernos de derecha
actúan con profunda violencia sobre los manifestantes. Si bien las
organizaciones de derechos humanos internacionales y nacionales velan por la
integridad de la ciudadanía, el abuso de poder permanece.
En el año 2017, en Perú, cientos de profesores fueron
agredidos por protestar por un salario digno. En Colombia, seis campesinos
fueron asesinados por la policía durante una protesta. En Chile, los niños
Mapuche son constantes blancos de golpizas por parte de Carabineros.
En Argentina, la dirigente social Milagro Sala tiene
54 años, de los cuales casi dos los ha vivido detenida por causas que aún no
son comprobadas. En Chile, la religiosa y médica mapuche, Francisca Linconao de
62 años, permaneció casi un año encarcelada mientras duró la investigación que
finalmente la declaró inocente de participar en el asesinato de una pareja de
ancianos.
Denuncias de abuso sexual por parte de policías contra
algunas detenidas, golpizas brutales y acoso y amenaza policial son frecuentes
por parte de los estudiantes chilenos que desde 2011 demandan educación
gratuita en su país.
5. Privatizaciones y reducción de
derechos sociales
Tal como lo hiciera el dictador chileno Augusto
Pinochet durante el llamado régimen cívico-militar (1973-1989), Mauricio Macri
en Argentina y Michel Temer (como presidente de facto) en Brasil, han mermado
los planes sociales en favor de medidas privatizadoras.
Esto, no solo con el objetivo de modificar la política
económica de sus países para favorecer intereses internacionales, sino también
para inhabilitar y debilitar cada vez más a organizaciones sociales, populares
y sindicales.
Despidos masivos, reducción de derechos sociales, la
privatización de recursos naturales y empresas estatales, reformas laborales
anti-sindicales, alteración de los servicios básicos de la ciudadanía, y
ataques contra países que no comulgan con sus políticas son parte de las
medidas coercitivas contra los pueblos latinoamericanos.
Fuente: Plan Cóndor, Telesur
Revisión y Diseño: elcofresito
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