La caída de Babilonia a manos del Imperio Persa



Guerreros Persas en el museo de Berlín. Fuente, Wikipedia.


La conquista persa de Babilonia en el año 539 a.C., marca el final del Imperio neo babilónico, que se había fundado en el año 626 a.C. cuando el rey Nabopolasar se sentó en el trono.

Antecedentes.

Nabonido, hijo de la sacerdotisa asiria Adda Guppi, había llegado al trono de Babilonia en el 556 a. C., después de derrocar al joven rey Labashi Marduk. Sin embargo, luego de unos años de reinado el pueblo empezó a rebelarse. Por una parte, el clero dedicado a Marduk odiaba a Nabonido debido a que había suprimido el culto a ese dios y favorecido al del dios de la luna. Por otro lado, el rey le confiaba demasiado el gobierno a su hijo, el príncipe Baltasar, que a pesar de ser un militar destacado no tenía los mismos dones como político y diplomático.


Reconstrucción artística de Babilonia, efectuada en el cuadro del pintor Martin Hackenbruch. Fuente, Wikipedia.


Mientras tanto, el imperio aqueménida estaba en plena expansión con Ciro II, que había conquistado lo que luego serían Turquía, Armenia, Azerbaiyán, Irán, Kirguistán y Afganistán. El imperio neo babilónico, era la única amenaza que seguía en pie ya que Babilonia había estrechado alianzas con enemigos de Ciro en otros lugares. Además, Ciro afirmaba ser el sucesor legítimo de los antiguos reyes de Babilonia, volviéndolo popular en ese lugar a diferencia de Nabonido.

Hechos.

Fue durante el mes de octubre del año 539 a.C. que el Rey Persa Ciro invadió finalmente Babilonia. Lamentablemente, las fuentes históricas de este evento difieren mucho dependiendo de quién las cuente. Por un lado, las Crónicas mesopotámicas como el Cilindro de Ciro describen que Babilonia se rindió sin batalla, mientras que los historiadores griegos Heródoto y Jenofonte reportaron que la ciudad tuvo que ser tomada por las fuerzas de Ciro. El Libro de Daniel, por otro lado, relata que Babilonia fue tomada en una sola noche, y que el príncipe Baltasar fue asesinado en el proceso.


Yo soy Ciro, el Rey. Un aqueménida. Tallado en la tumba de Ciro el Grande, en Pasagarda. Fuente, Wikipedia.

Tanto Jenofonte como el libro de Daniel describen la desaparición de Baltasar en la noche en que la ciudad fue tomada. A su vez, Jenofonte, Heródoto y Daniel coinciden en que la ciudad fue tomada por sorpresa durante una festividad con pocas vidas perdidas. La Ciropedia cuenta que un padre y su hijo reinaban sobre Babilonia cuando la ciudad cayó, y que el gobernante más joven fue asesinado.

Cronología de la caída.

La Crónica de Nabonido declara que después de la batalla en Opis (ciudad que luego formaría parte del Camino Real Persa), «en el decimocuarto día (6 de octubre) Sippar fue capturado sin batalla y Nabonido huyó». Esto implica que Nabonido habría estado presente en Sippar cuando llegaron los persas.

Ciro no participó en el avance, pero «el decimosexto día (12 de octubre) Gobrias, gobernador de Gutium, y el ejército de Ciro entraron sin batalla en Babilonia». Nabonido fue capturado poco después cuando regresó a Babilonia. Su destino final no se conoce con exactitud, pero según Berossus, historiador babilónico del siglo III a. C., Nabonido fue salvado y se exilió en Carmania, donde murió años más tarde. La crónica hace notar que el ejército conquistador protegió los templos más importantes de la ciudad. Finalmente, Ciro entra en Babilonia el 29 de octubre y es proclamado rey. Enseguida emite proclamas reales y nombra gobernadores de su reino recién conquistado.


Consecuencias.

Fue la primera vez que Babilonia se encontró bajo dominio extranjero. Se estableció un nuevo sistema de gobierno que llegó a su apogeo luego de la conquista de Egipto por Cambises II y se desarrolló un estado multinacional persa.

Uno de los primeros actos de Ciro fue permitir que los judíos cautivos en Babilonia volvieran a Israel, llevando consigo las imágenes de sus dioses y sus vasijas sagradas. Este permiso se emitió en una proclama real con la cual el conquistador se esforzaba por justificar su reclamo al trono de Babilonia. Se dice que los judíos inicialmente asumieron a los persas como libertadores.


Grabado de Gustavo Doré, en la biblia de Tour sobre la visión de Isaías de la caída de Babilonia.


Entre los babilonios los sentimientos de que nadie tenía derecho a gobernar sobre Asia occidental continuaron, hasta que Bel y sus sacerdotes consagraron en el cargo de Rey a Ciro. Este afirmó ser el sucesor legítimo de los antiguos reyes de Babilonia y el vengador de Bel Marduk, describiéndose a sí mismo como el salvador elegido por Marduk para restaurar el orden y la justicia.

Fuente: Wikipedia
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