LAS AMAZONAS GRIEGAS
Las amazonas griegas fueron un pueblo de mujeres
guerreras, hijas de Ares, dios de la guerra, y la ninfa Harmonía y consagradas
al dios y a la diosa Ártemis. Nacieron en Frigia, desde donde se trasladaron
hacia el Mar Negro, fundando allí sus principales ciudades como Temiscira.
Según Estrabón, las amazonas no permitían a ningún
hombre vivir o tener relaciones sexuales con ellas; por ello, y para preservar
su raza, sólo se unían a los varones una vez al año, escogiéndolos de entre los
pueblos vecinos. Si de esa unión tenían un hijo varón, este era sacrificado, mutilado
o, en ocasiones, entregado a su padre o abandonado; si era una hembra, era
acogida y educada como una más de ellas.
Se las suele representar en su faceta de guerreras,
llevando una túnica corta, con un pecho descubierto y sus armas preferidas: el
arco de bronce y el hacha de doble filo. También aparecen con un escudo en
forma de media luna, llamado pelta, a menudo con dos muescas de media luna en
uno de sus lados, y vestidas con piel de leopardo o de pantera en la cerámica.
Cronología de las amazonas
griegas
Cuando las amazonas vivían a orillas del río Amazonio
Lisipe, hija de Ares y Harmonía, dio a luz a un hijo a quien puso por nombre
Tanais, quien despreciaba el matrimonio y prefería las artes de la guerra, por
lo que Afrodita le infundió una pasión incestuosa y trágica por su madre que
llevó el joven a arrojarse a las aguas del río. Su madre y las demás guerreras
abandonaron entonces su territorio y se dirigieron a las costas del Mar Negro,
donde formaron tres tribus y donde cada una de ellas fundó una ciudad.
Cuando Lisipe muere, es sucedida en el trono por sus
hermanastras: Marpesia, Lampedo e Hipo (también llamada Otrera). Esta última se
unió con el propio Ares, y de esa unión tuvo cuatro hijas: Hipólita, Melanipa,
Antíope y la primera Pentesilea.
Servidora de Ártemis, fue la encargada de levantar en
Éfeso la estatua de la diosa que más tarde ocuparía el altar mayor del Templo
de Artemisa y de crear una serie de rituales en su honor. Durante esta
expedición, se apoderaron de Troya, de donde fueron expulsadas por las tribus
bárbaras perdiendo en la contienda a su reina Marpesia, que fue sucedida por
Hipólita, Antíope y Oritía.
La reina Oritía, gran estratega militar, había logrado
que su pueblo fuera temido y admirado al mismo tiempo, y este hecho va a ser el
que decidió al rey Euristeo a intentar deshacerse de ellas. Por ello encomienda
a Heracles su noveno trabajo: conseguir para su hija el cinturón de oro de
Hipólita, el cual se saldó con una masacre en la que fallecieron numerosas
guerreras. Otras corrieron distinta suerte, como Antíope, la hermana de
Hipólita, quien acabaría en manos de Teseo.
Cuando Oritía supo que su hermana Antíope había sido
secuestrada, juró vengarse, y para ello acudió a Escitia en busca de ayuda,
pues tenían con ellos una estrecha alianza. De esta manera, Oritía se puso al
frente de su ejército y se dirigió a Atenas. Durante un tiempo, ni los
atenienses ni las amazonas se decidían a iniciar las hostilidades, hasta que
Teseo decide consultar al Oráculo y este le dice que debe sacrificar a Fobo,
hijo de Ares, y presentar batalla el séptimo día del mes de Boedromión. Tras
cuatro meses de lucha, las amazonas ofrecieron la paz, que fue firmada cerca
del templo de Teseo. Según otras fuentes, Antíope luchaba al lado de su esposo
Teseo con tal mala fortuna que una flecha de Molpadía la alcanzó acabando con
su vida. Molpadia murió a manos de Teseo, las amazonas fueron expulsadas a
Escitia y Oritía, con unas pocas compañeras, huyó a Megara, donde murió de
pena. Como no dejó descendencia, pues fue virgen durante toda su vida, fue
sucedida en el trono por Pentesilea.
Ya bien avanzada la guerra de Troya, con Héctor y
Patroclo muertos, Pentesilea y doce de sus guerreras acudieron en ayuda de los
de Ilión, protagonizando numerosas hazañas hasta que se produce su
enfrentamiento con Aquiles, el cual atravesó su pecho con una lanza. Su cadáver
fue arrojado al río Escamandro, de donde fu rescatada, bien por Aquiles, bien
por los troyanos, y enterrada con grandes honores.
Pentesilea fue sucedida a su muerte por ANTIANIRA, de
la que apenas se tienen datos. Se sabe que ordenaba la castración de sus
sirvientes, pues consideraba que así serían mejores amantes, y que tuvo dos
hijos con el dios Hermes. Posteriormente, destaca la figura de TALESTRIS, de
quien se cuenta que con trescientas de sus mujeres se dirigió al campamento de
Alejandro Magno con el único objetivo de tener un hijo con él, fracasando en el
intento y falleciendo poco después en un enfrentamiento con tribus vecinas.
Fuente: Yolanda Barreno, Revista de Historia
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