EL TRAIDOR ALEMÁN QUE ENTREGÓ SECRETOS DE ENIGMA A LOS ALIADOS: HANS-THILO SCHMIDT
Rudolph Schmidt fue un general de la Wehrmacht, laureado con la Cruz de Hierro con Hojas de Roble y que comandó el 2º Ejército Panzer en el frente del este. Había combatido en el ejército imperial alemán durante la Primera Guerra Mundial y, a pesar de la purga tras la derrota en la guerra, pudo mantener su vida como militar, promocionando durante los años 1920 y 30. Su hermano no tuvo la misma suerte tras la Primera Guerra Mundial, en la que también había participado, fue expulsado del ejército. Su hermano era Hans-Thilo Schmidt, el traidor alemán que entregó secretos de Enigma a los aliados.
Hans-Thilo Schmidt
Tras
poco éxito en los negocios que emprendió, Hans-Thilo se vio obligado a pedir
ayuda a su hermano, que era el jefe de personal del Cuerpo de Señales del
ejército alemán. Rudolph tuvo mucho que ver en la adopción de la máquina Enigma
por parte del ejército alemán. El empleo que consiguió para su hermano
Hans-Thilo estaba en la Chiffrierstelle, la oficina responsable de las
comunicaciones cifradas alemanas. Un lugar donde se manejaban secretos, por
donde se movía información sensible y donde la discreción y la confianza eran
valoradas como las más importantes que la propia capacidad de trabajo.
Hans-Thilo Schmidt estaba en el lugar y en el momento apropiado para solucionar
sus problemas económicos y para cobrarse la venganza contra su patria. Tenía
acceso a secretos alemanes, y lo sabía, y también sabía que esos secretos
valían dinero.
Hans-Thilo Schmidt, el traidor alemán que entregó secretos de Enigma a los aliados fue colocado por su hermano en la oficina de cifrado alemán
El 8
de noviembre de 1931, Hans-Thilo Schmidt se citó en un hotel de Verviers, en
Bélgica, con un agente secreto francés cuyo nombre en clave era Rex. Hans-Thilo
había llevado hasta allí dos documentos que había distraído de su oficina. Eran
las instrucciones para utilizar la máquina Enigma, que permitiría a los
franceses conocer en detalle cómo era usada por los alemanes. A cambio de dejar
a Rex fotografiar aquellos documentos, Schmidt consiguió 10.000 marcos de la
época, una cantidad más que importante. Se convertía así en Asché para los
franceses, ya que este fue el nombre en clave que le asignaron a Schmidt como
espía.
Los franceses tenían una conexión con el corazón de la oficina criptográfica de Alemania a través de Schmidt, pero no sabían muy bien cómo sacarle partido a la información que conseguían. Tenían otra conexión internacional, de un tipo totalmente diferente, con otro país europeo, con Polonia. Desde comienzos de los años 20 existía un acuerdo de cooperación militar entre Francia y Polonia, y se abrió un flujo de información. Los documentos fotografiados gracias a Schmidt acabaron en poder del Biuro Szyfrów, la oficina de cifrado polaca. Estos abrieron el camino para que Enigma finalmente fuera rota, con todo lo que eso significó.
Su
motivación principal era material, el dinero que conseguía vendiendo secretos
Según parece, la motivación material del traidor alemán era más importante que el interés de venganza o el resentimiento. Probablemente, lo que deseaba Hans-Thilo Schmidt era el dinero, y la falta de patriotismo hizo que no tuviera reparos en aprovecharse de su situación. Según el capitán Gustave Bertrand, uno de los miembros del equipo de criptógrafos franceses de la época y el hombre que aceptó en última instancia la oferta de Schmidt de pasar información: era un playboy y el dinero que provenía de su traición le permitía vivir de un modo que nunca hubiera podido disfrutar con el sueldo de funcionario.
Durante
los siete años que duró su relación con Francia, al espía alemán también le
consiguieron mujeres. A cambio, más de 300 documentos secretos salieron
directamente de corazón de la oficina de cifrado alemana, con destino a los que
más tarde serían sus enemigos en la guerra. Llegaron en primera instancia a
Francia, pero pronto viajaban hasta Polonia e incluso acabaron en las mesas de
trabajo británicas. Entre ese caudal de documentos había, además de fotos de
las máquinas, instrucciones de uso, textos en claro y su equivalente cifrado,
junto con la configuración que se había utilizado en la máquina para el
cifrado.
Hans-Thilo Schmidt no sólo se limitó a pasar información sobre criptografía, sino que, con el paso del tiempo, además de ello, que ya era casi una rutina, comenzó a informar a Francia también de otro tipo de detalles, como los planes de rearme nazis o incluso las intenciones que tenían con respecto a Europa.
Con
la guerra ya en marcha, Asché seguía pasando información a Francia
En
marzo 1940, con la guerra ya en marcha, el espía alemán seguía siendo una
fuente de información desde el mismo centro del nazismo. Avisó de las
intenciones alemanas de lanzar un ataque a través de las Ardenas. Un combate en
el que su hermano Rudolph comandaría el 39º Cuerpo Panzer. Cuando Francia fue
ocupada, llegaría el fin de Schmidt.
Su agente
francés de contacto, Rex, fue capturado por la Gestapo, desveló el nombre de
algunos de sus colaboradores, con el objetivo de salvar su propia vida. Lo
consiguió, pero a cambio Hans-Thilo Schmidt fue detenido a finales de marzo de
1943 y acusado de espionaje. En septiembre de ese mismo año murió, aunque no se
sabe con certeza si fue ejecutado o si se suicidó.
Acababa así la vida de Asché, cuya traición a Alemania fue importante, si no clave, para que arrancara uno de los caminos que llevaría a la victoria aliada. Un camino de los muchos que confluyeron en aquel destino final. Ese camino fue la ruptura de Enigma y por lo tanto el conocimiento aliado del contenido de muchas de las comunicaciones de su enemigo.
La
historia completa de Hans-Thilo Schmidt, el traidor alemán que entregó secretos
de Enigma a los aliados, los trabajos polacos y la ruptura de Enigma, está
contada en Historia de la Criptografía.
Fuente:
Curistoria, Curiosidades y anécdotas históricas
Revisión
y Diseño: elcofresito
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