POR QUÉ LOS INCAS CONSTRUYERON MACHU PICCHU EN UN LUGAR TAN INACCESIBLE, AQUÍ UNA HIPÓTESIS
El santuario se levantó deliberadamente sobre una zona de fallas para aprovechar las características del terreno. Una nueva investigación sugiere que red subyacente de fallas y fracturas sirvió de base para la cantería, facilitó el suministro de agua y protegió el lugar de avalanchas y desprendimientos de tierra.
La
fabulosa ciudad inca de Machu Picchu es considerada como uno de los mayores
logros arquitectónicos de la humanidad. El sitio arqueológico, construido en un
remoto entorno andino, sobre una estrecha cresta situada encima de un cañón, es
famoso por su perfecta integración con un paisaje inhóspito. Sin embargo,
precisamente su imposible ubicación ha traído de cabeza a la comunidad
científica, incapaz de explicarse por qué extraña razón los incas habían
construido este poblado en un lugar tan inhóspito. Un nuevo estudio sugiere que
la ubicación podría estar relacionada con las características geológicas del
terreno, en concreto, con las fallas tectónicas.
El
estudio fue presentado esta semana en la Sociedad Geológica de América por el
geólogo de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, en Brasil, Rualdo
Menegat, quien aseguraba que esta antigua civilización construyó el Machu
Picchu, así como algunas de sus ciudades, en lugares asentados sobre fallas
tectónicas.
"La
ubicación de Machu Pichu no es una coincidencia", asegura Menegat, quien
sostiene que "sería imposible construir un sitio así en las altas montañas
si el sustrato no se fracturara”
Utilizando una combinación de imágenes de satélite y mediciones de campos electromagnéticos, el geólogo mapeó una densa red de fracturas y fallas que subyacen bajo este Sitio. Su análisis indica que estas características varían ampliamente en escala, desde pequeñas fracturas visibles en piedras aisladas hasta líneas principales de 175 kilómetros de longitud que coinciden con las cuencas de los ríos de la región.
El
geólogo descubrió que estas fallas y fracturas ocurren en varios conjuntos, y
que algunas de estas formaciones corresponden con las responsables de la
formación de los Andes centrales a lo largo de los últimos ocho millones de
años. Debido a que algunas de estas fracturas están orientadas hacia el
noreste-suroeste y otras tienden hacia el noroeste-sureste, el conjunto crea
una forma de "X" donde se cruzan debajo de Machu Picchu.
El
mapeó de Menegat sugiere que la zona poblada del santuario y los campos agrícolas
circundantes, así como las construcciones y escaleras individuales, están
orientados en función de las fallas más importantes, una disposición que, según
el geólogo, también se siguió en otras ciudades antiguas incas, como
Ollantaytambo, Pisac y Cusco, que, como el Machu Picchu, se levantaron en
intersección de las fallas.
Mampostería inca
Los
resultados de Menegat sugieren que la red subyacente de fallas y fracturas
también formaron el extraordinario trabajo de mampostería del Machu Picchu, cuya
construcción presenta piedras tan perfectamente juntas que es imposible
deslizar una tarjeta de crédito entre ellas. Como maestros trabajadores de la
piedra, los incas aprovecharon los abundantes materiales de construcción en la
zona en la que encuentran las fallas. "La intensidad de las fracturas
predispuso rocas a romperse a lo largo de los mismos planos, lo que redujo en
gran medida la energía necesaria para tallarlas", afirma.
Los incas aprovecharon las fracturas preexistentes en las rocas del lugar para reducir al mínimo los trabajos previos de mampostería.
Fuente
de agua
Además
de ayudar a dar forma a las piedras individuales, la red de fallas en Machu
Picchu probablemente ofreció a los incas otras ventajas, como una fuente de
agua de fácil acceso. Según el científico, las fallas tectónicas del área
canalizaron agua de deshielo y agua de lluvia directamente al sitio. Del mismo
modo, construir el santuario desde una percha tan alta sirvió a sus ocupantes
para resguardarlo de las avalanchas y los deslizamientos de tierra, unos
riesgos muy comunes en esas latitudes.
La red de fallas y fracturas del lugar es visible en los bloques de roca integrados en las estructuras de Machu Picchu.
Por
si fuera poco, la investigación sugiere que la construcción del santuario en un
lugar tan alto ayudó a drenar el sitio durante las intensas tormentas que
prevalecen en la región, "Alrededor de dos tercios del esfuerzo para
construir el santuario involucraba la construcción de drenajes subterráneos",
afirma Menegat, quien culpa a las fracturas y fallas como parte de la
responsabilidad de la extraordinaria conservación del sitio arqueológico.
Fuente:
Arqueología, National Geographic
Revisión
y Diseño: elcofresito
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