LOS ADOLESCENTES REBELDES EN LA ALEMANIA HITLERIANA
Desde que Hitler llegó al poder en Alemania en 1933, una de sus misiones fue adoctrinar a las nuevas generaciones de ciudadanos para que fueran crueles, intrépidos e inquebrantables en las creencias nacionalsocialistas. Las Hitlerjugend (Juventudes Hitlerianas) ya habían estado realizando este trabajo desde que fueran creadas en 1926 y que desde 1933 sería la única organización juvenil legal. La inscripción en las Hitlerjugend era obligatoria y los miembros practicaban deportes y entrenamiento militar, al igual que adoctrinamiento político y racial.
Pero
no todos los adolescentes alemanes estaban dispuestos a unirse a la causa. Un
pequeño número, pero subversivo, rompió sus lazos con las organizaciones
juveniles aprobadas por el estado y se rebelaron tanto cultural, como
políticamente, escuchando música estadounidense y dejando crecer su cabello.
Uno de estos grupos eran los Piratas del Edelweiss, y su
"delincuencia" se convertiría en una piedra en el zapato del estado
alemán.
Un
informe del Partido nazi de Dusseldorf, dijo sobre ellos en 1943:
Estos
adolescentes, de entre 12 y 17 años, se quedaban hasta tarde en la noche con
instrumentos musicales y mujeres jóvenes. Como esta chusma era en gran parte
ajena a las Juventudes Hitlerianas y adoptaba una actitud hostil hacia la
organización, representaba un peligro para otros jóvenes.
Con
independencia de la clase social, los niños y niñas menores de 14 años se
afiliaban al Deutsches Jungvolk (Juventud Alemana). De los 14 a los 18 años a
las Hitlerjugend, donde se les preparaba para el servicio militar. En el caso
de las chicas estaba la Bund Deutscher Mädel (Liga de Muchachas Alemanas),
donde estaban las niñas desde los 10 años hasta los 18. Bien por lealtad o por
temor, se calcula que más del 90% de los niños alemanes se inscribieron en estos
grupos.
Con
el paso del tiempo y con sus padres en la guerra, un número creciente de
muchachos y muchachas comenzaron a sentir el tirón de la rebelión adolescente.
Como a cualquier joven de cualquier tiempo no les gustaba que les dijeran, como
pensar, que ponerse, o a dónde y con quien.
Los
Piratas del Edelweiss. Se llamaron así después de que la flor de alta montaña
se usara de forma encubierta como una señal de resistencia, y curiosamente, era
utilizada como emblema por las tropas de montaña alemanas. Esta resistencia de los
adolescentes rebeldes comenzó poco organizada en los barrios de clase
trabajadora de ciudades como Colonia o Essen. Las camisas a cuadros, los
calcetines blancos y los pañuelos al cuello los diferenciaba de los uniformes
pardos de los Hitlerjugend, así como el peinado; corto para los seguidores del
Reich y largo para los Piratas del Edelweiss.
Otro
modo de rebeldía era con la música. En las acampadas o los paseos por la
campiña, lejos de la Gestapo, las guitarras y otros instrumentos acompañaban
canciones que parodiaban a las marchas marciales de las Hitlerjugend.
Como
se veía en el informe del Partido Nazi de Dusseldorf, los Piratas tan solo eran
considerados un mal ejemplo, pero poco a poco a las SS y a la Gestapo les
empezó a preocupar que sus actividades "poco alemanas" pudieran
influir en los jóvenes que estaban a punto de ser llamados a las filas. Según
la región, para la policía eran tan solo una molestia, mientras que en otras
eran detenidos y torturados, para después ponerlos en libertad con la cabeza
rapada para enviar un mensaje contra la subversión. Las Juventudes Hitlerianas
los provocaban para pelear.
Los
Piratas cada vez mostraban una respuesta más activa. Realizaban pintadas anti-nazis
en las paredes o repartían por los buzones folletos lanzados desde el aire por
los aliados. Incluso se corrió la voz de que en sus casas y escondites podrían
encontrar refugio seguro los desertores del ejército o los fugitivos de los
campos de concentración. También saboteaban vehículos vertiendo azúcar en el
depósito de la gasolina.
Mientras
los Piratas del Edeweiss, eran cada vez más hostiles y combativos, otro grupo,
los Chicos del Swing, se rebelaban abrazando la cultura y la música de los
enemigos estadounidenses. La música de las Big Bands se escuchaban en los
salones de baile donde cientos de jóvenes se dejaban llevar por el baile del
Swing y el Lindy Hop.
En
contraste con los Piratas, estos rebeldes eran de clase media-alta que podían
permitirse discos, tocadiscos y vestimenta norteamericana de contrabando.
Cuando la Gestapo cerro las salas de baile, se trasladaron a sus propias casas.
Sobre ellos decía un informe de las Juventudes Hitlerianas de Hamburgo, en 1940:
La
música de baile era inglesa y norteamericana. Solo había bailes de swing y
jitterbugging. Los bailarines daban una imagen espantosa. Ninguna de las
parejas bailaba normalmente, a veces dos chicos bailaban con una chica. Cuando
la banda tocaba la rumba, los bailarines entraban en un éxtasis salvaje. Todos
bailaban como animales salvajes.
Después
de lidiar con los Piratas o los Chicos del Swing, las SS se decidió a enviar un
mensaje mucho más serio a cualquiera que pensara en seguir con esas actividades
o que estuviera pensando en unirse a su movimiento. La primera medida fue
enviarlos a "campos de reeducación", donde algunos siguieron con su
rebeldía. El peor momento fue cuando una orden directa de Himmler, emitida en
octubre de 1944, llevó a la detención en Colonia de 13 adolescentes agitadores,
de los que siete eran Piratas. Todos fueron colgados públicamente.
Estos
grupos de adolescentes, que fueron etiquetados por los nazis como delincuentes,
fueron oficialmente reconocidos en el año 2005 como combatientes de la
resistencia y se honró a los supervivientes que quedaban en Colonia.
Otro
caso de adolescentes rebeldes, y el más conocido, es el de la Rosa Blanca que
durante menos de un año redactaron, imprimieron y distribuyeron seis pasquines
en los que se animaba a la resistencia no-violenta contra el régimen nazi. Tras
una farsa de juicio, tres de sus miembros fueron acusados de alta traición y
sentenciados a la guillotina. Poco después otros miembros fueron sentenciados a
muerte o a penas de cárcel.
El
último de sus pasquines terminaba diciendo:
Nuestro
pueblo se alza contra la esclavización de Europa a manos del nacionalsocialismo
en una nueva irrupción de libertad y honor.
Fuente:
El Cajón de Grisom
http://www.elcajondegrisom.com/2020/03/adolescentes-rebeldes-contra-hitler.html
Revisión
y Diseño: elcofresito
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