LOS GRANADEROS A CABALLO DE SAN MARTÍN
La
historia del nacimiento de los Granaderos a Caballo de José de San Martín,
forma ya parte de la historia militar y social de todo un país.
Sus
combates y hechos, configuran una manera muy particular de ver un mundo que
estaba naciendo junto con ellos.
En
la América hispano-colonial de principios del siglo XIX se vivía una situación
compleja en la que se unían el descontento por la situación de territorios de
segunda del imperio español, una economía subsidiaria de los intereses
metropolitanos, así como también una pujante sensibilización como pertenencia a
una región independiente de España.
Sería
el 16 de marzo de 1812, cuando el Primer Triunvirato de las denominadas
Provincias Unidas del Río de la Plata, le encomendaría al teniente coronel José
de San Martín, la organización de unas tropas de caballería para la defensa del
Paraná, tarea para la que el propio militar se había postulado. De esta manera,
y tan solo tres días después, el 19 de marzo de 1812, el secretario de Guerra,
don Bernardino Rivadavia, le comunicaba al jefe de Estado Mayor, don Francisco
Javier de Viana, que:
“se forme la base y creación del expresado
escuadrón bajo los principios y maniobras de la nueva táctica francesa de
caballería”.
El
hecho de que el comandante escogido para dicha tarea fuese el teniente coronel
San Martín era entonces lógico. ¿Pero quién era San Martín?
José
de San Martín y Matorras había nacido el 25 de febrero de 1778 en la población
de Yapeyú, en aquel momento Virreinato del Río de la Plata, y era hijo de Juan
de San Martín Gómez, un español que había sido teniente gobernador en el
Departamento de Misiones; y, de Gregoria Matorras. Posteriormente, San Martín
se trasladaría a España junto a sus padres a la edad de tres años. a la edad de
once años se iniciaría en la carrera militar, luchando con posterioridad contra
las tropas napoleónicas en la guerra de independencia hispánica, donde llegaría
a destacar hasta alcanzar el grado de teniente coronel, siendo incluso
condecorado por sus méritos en el campo de batalla. Posteriormente, en 1811, y
debido a sus convicciones políticas, acabaría renunciando a su carrera militar
en España para trasladarse a Londres, desde donde finalmente llegaría a Buenos
Aires a principios del mes de marzo de 1812.
Para
la realización de la misión encomendada, San Martín se basaría en su
experiencia pasada en el ejército español, donde regían desde el año 1768 las
Reales Ordenanzas, redactadas bajo el reinado de Carlos III, y que eran el
manual fundamental de funcionamiento del ejército español. Dentro de estas
ordenanzas, por ejemplo, se recalcaba que los cuerpos de infantería de
granaderos debían ser escogidos entre hombres de talla elevada y fuerte físico,
además de tener estos unas intachables cualidades morales.
De
tal forma, el futuro general adaptó todos los preceptos aprendidos en su
carrera militar, a la concepción de un cuerpo de caballería moderno, por lo que
acabaría dotando a su recién nacido regimiento de una superioridad de choque
realmente significativa.
Una
vez aceptado el reto, se constituyó como centro de entrenamiento el cuartel de
la Ranchería, para posteriormente trasladarse a los cuarteles de la zona de El
Retiro, lugar definitivo donde se entrenarían los futuros granaderos de San
Martín. De la primera estructura conocida del Regimiento de Granaderos a
Caballo, se sabe que lo debían componer cuatro escuadrones, aunque debido al
exhaustivo entrenamiento y selección que imponía San Martín, solo pudo
conformar en un principio uno de dichos escuadrones, que pasaría a estar
organizado de la siguiente manera:
Una
plana mayor, que estaría conformada por cuatro oficiales, que en un primer
momento consistieron en un comandante, cargo que ostentaría el mismo San
Martín, un Sargento Mayor (Carlos de Alvear), un Ayudante Mayor (Francisco
Luzuriaga), y un Porta Estandarte (Manuel Hidalgo). El nuevo regimiento también
contaba con otros seis oficiales entre capitanes, tenientes y alférez, cinco
sargentos, una corneta, y tres cabos. Finalmente, la tropa, compuesta por tres
compañías de granaderos rasos.
Posteriormente
a la creación del primer escuadrón en marzo de 1812, se aprobaría la formación
de un segundo escuadrón de Granaderos el once de septiembre de 1812, así como
también un tercero el cinco de diciembre de ese mismo año. Con este tercer escuadrón San Martín pudo dar
como formalmente constituido el Regimiento de Granaderos a Caballo.
De
esta manera, San Martín tuvo preparado su Regimiento de Granaderos para actuar
en su primera batalla, su bautismo de fuego, el 3 febrero de 1813.
Aquel
día San Martín, al mando de 125 hombres, atacó por sorpresa a las tropas
españolas que buscaban aprovisionarse de víveres para resistir el bloqueo
establecido por el ejército secesionista de José Rondeau y José Artigas sobre
la ciudad de Montevideo, declarada en aquel momento capital provisional del
Virreinato del Río de la Plata, para lo cual habían desembarcado cerca del
convento de San Carlos Borromeo, en la localidad de San Lorenzo, en la
provincia de santa Fe.
Una
vez en tierra, las tropas españolas se dirigieron al convento en busca de
provisiones, siendo sorprendidos por el regimiento de San Martín. Este dispuso
a sus tropas, escondidas en la parte trasera del convento, en formación de
pinza, saliendo el propio Teniente Coronel al frente del ala izquierda,
mientras que el capitán de caballería Justo Bermúdez lo haría con el ala
derecha.
Finalmente,
la acción acabaría con la victoria de las tropas de San Martín, produciéndose
en los tan solo quince minutos de refriega cuarenta bajas entre los soldados
españoles por catorce entre los argentinos, además de varios heridos. También
se incautaron por parte de la caballería argentina cuarenta fusiles, cuatro
bayonetas, una bandera y dos cañones españoles.
Fuente:
Juan J. Carrasco, Revista de Historia
https://revistadehistoria.es/nacimiento-granaderos-caballo-san-martin/
Revisión
y Diseño: elcofresito
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