OPERACIÓN GOMORRA, EL INFIERNO EN HAMBURGO
Estamos
acostumbrados a leer las grandes barbaridades cometidas por los alemanes/nazis
durante la II Guerra Mundial utilizando cualquier medio a su alcance, pero no
lo estamos tanto a las del bando contrario que por mucho que nos pese también
las hubo.
Vamos
a contar una de estas historias que ya sea por casualidades del destino, exceso
de confianza o simple venganza se llevó la vida de decenas de miles de civiles.
Para ponernos en situación describiremos un par de antecedentes.
En
el primero nos vamos a trasladar al verano de 1940, durante la Batalla de
Inglaterra. Los alemanes lanzan una ofensiva aérea bombardeando puntos
estratégicos británicos. Estos se defienden con lo que tienen, dando lugar a
grandes combates en el cielo. Había una norma de combate que prohibía el
bombardeo de población civil hasta que un error de la aviación alemana que dejó
caer sus bombas en un ataque nocturno sobre Coventry sirvió como excusa para
echarla por tierra por parte de Londres.
El
siguiente antecedente nos sitúa en el este de Europa. Alemania lanza su gran
ofensiva contra la URSS en el verano de 1941. Avanzan implacables llegando a
las puertas de la capital, Moscú. Pero son frenados en su intento de tomar la
ciudad de Stalingrado y se ven inmersos en una guerra de desgaste en la que
acaban siendo copados. En 1943 comienza el contraataque soviético. En estos
momentos Stalin solicita a sus aliados, Gran Bretaña y EEUU, la apertura de un
frente occidental que haga desplazar tropas y armamento del frente del este.
Británicos y americanos aun no estaban preparados para una invasión terrestre
de Europa. Se comprometieron con el líder soviético a suministrar todo el apoyo
aéreo posible en forma de bombardeos. Así llegamos a la Operación Gomorra.
Esta
misión fue encomendada al mariscal del aire británico Arthur Harris, jefe del
grupo de bombarderos y apodado “Bomber” Harris por su falta de escrúpulos a la
hora de utilizar toda la potencia de fuego posible de sus bombarderos. Harris,
era un acérrimo defensor del bombardeo de ciudades ya que según su opinión esto
socavaría la moral de la población civil alemana, estos presionarían a los
líderes nazis provocando que estos se rindiesen para evitar sufrimientos a la
población, ahorrándose así una invasión por tierra.
La
Operación Gomorra dio comienzo el 24 de julio de 1943 con el lanzamiento por
primera vez de contramedidas antirradar, Window. Estas contramedidas consistían
en unas simples tiras de papel metálico las cuales al ser detectadas generaban
falsos positivos confundiendo a los radares alemanes.
Durante
la noche de ese mismo día se produjo el primero de los bombardeos sobre
Hamburgo por parte de 791 aparatos de la Real Fuerza Aérea británica. El objetivo principal era la iglesia de San
Nicolás en pleno centro de la ciudad de Hamburgo. La iglesia quedo totalmente
destruida y la mayor parte del centro de la ciudad arrasado, pero muchos de los
proyectiles cayeron en otras partes de la ciudad causando numerosos incendios.
La defensa antiaérea alemana cifró el número de víctimas en 20.000.
El
25 de julio entraron en acción los estadounidenses. Estos eran partidarios de
lanzar los ataques por el día. Atacaron el puerto de Hamburgo con 40 aparatos
logrando hundir varios buques. Al día siguiente atacaron el mismo objetivo
logrando destruir la central eléctrica. Los estadounidenses con sus ataques
provocaron 150 bajas civiles.
Llegamos
a la noche del 27 de julio. Los británicos se presentan en la ciudad de
Hamburgo con 739 aparatos y concentran sus ataques en el este de la ciudad. Las
condiciones climatológicas, había sido el mes de julio más seco de la década, y
el uso de bombas incendiarias provocaron la gran tragedia. El bombardeo causo
innumerables incendios creando una gran hoguera que emanaba su calor hacia el
cielo. Este calor empujo violentamente el aire hacia el suelo lo que provocaba
que se avivaran más los incendios, este fenómeno se denomina Tormenta ígnea.
Como consecuencia de este fenómeno las personas perdían la ropa y se les
prendía el cabello, la carne se le secaba asemejándola a la cecina, muchos
morían asfixiados por la falta de oxígeno o envenenados por el dióxido de
carbono en los refugios antiaéreos, el asfalto se derretía dejando atrapadas en
él a la gente pereciendo con gran sufrimiento. Unos 30.000 civiles perecieron
víctimas del bombardeo británico. Estos trasladaron toda la responsabilidad a
los alemanes ya el líder político nazi o Gauleiter Kaufmann prohibió la salida
de cualquier civil que no estuviese autorizado.
La
noche del 29 de julio los británicos volvieron a bombardear la ciudad con 726
bombarderos. También se produjeron grandes incendios, pero por “suerte” no se
produjo ninguna tormenta de fuego. El número de bajas civiles alemanas se
estima en torno al millar. Los británicos perdieron en este ataque 28 aparatos
víctimas de los cazas alemanes que habían evolucionado en sus tácticas de
ataque.
El 2
de agosto por la noche se produjo el último ataque. Los británicos utilizaron
en esta ocasión 740 bombarderos. Esa
noche caía sobre Hamburgo una gran tormenta eléctrica, a causa del mal estado
de la meteorología, los británicos no podían asegurar sus objetivos esto se
tradujo en un bombardeo indiscriminado sobre la ciudad provocando grandes
incendios y la pérdida de 30 bombarderos por parte de los británicos.
Se
estima que los siete ataques de la Operación Gomorra realizados por las fuerzas
aéreas británicas y estadounidense se cobraron la vida de más 40.000 civiles y
provocaron 150.000 heridos y cerca de un millón de desplazados. La ciudad de Hamburgo quedó prácticamente
arrasada y el efecto psicológico en la población fue tremendo dándose casos de
personas que recogían los cuerpos de sus hijos carbonizados y los guardaban en
maletas que transportaban con ellos a otros lugares donde eran acogidos por sus
compatriotas.
Este
episodio de barbarie de la II Guerra Mundial es una muestra del daño causado
por los bombardeos de grandes núcleos de población, lamentablemente no fue ni
la primera ni la única vez como fueron los casos de Colonia y Dresde.
Fuente:
Ignacio Pérez Pascual, Revista de Historia
Revisión
y Diseño: elcofresito
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