JUAN RODRÍGUEZ CABRILLO: EXPLORADOR DE LA COSTA CALIFORNIANA
En
el mes de septiembre de 1542, Juan Rodríguez Cabrillo, soldado y explorador
español encuentra un “puerto muy bueno y seguro” para su flota, formada por
tres pequeñas naves, en lo que hoy es la Bahía de San Diego (California).
Seis
días después proseguirá su viaje de exploración en aguas desconocidas, el 6 de
octubre estará en San Pedro (el Puerto de Los Ángeles) y el 9 en Santa Mónica,
ambas poblaciones forman parte en la actualidad del área metropolitana de Los
Ángeles, Estados Unidos.
Natural
de la villa cordobesa de Palma de Río, Cabrillo aprendió muy joven el oficio de
carpintero de ribera y maestro calafatero para la construcción de barcos y poco
después, en 1514, partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda en la expedición
de Pedrarias Dávila a Castilla del oro formada por 22 naves y más de mil
hombres.
Ya
en 1519 y encontrándose en Cuba, se unió a la expedición de Hernán Cortés, y
fue Cabrillo junto al carpintero Martín López quien construyó en Tlaxcala los
13 bergantines, que desmontados fueron trasladados a hasta Tezcoco y llevados
por un canal hasta la laguna para la conquista definitiva de Tenochtitlan.
Posteriormente
inicia junto a Pedro de Alvarado la conquista de Centroamérica y participa en
1524 en la fundación de Santiago de los Caballeros de Guatemala. Será en las
tierras guatemaltecas donde conseguirá hacer fortuna desarrollando diversas
actividades económicas: constructor de barcos, comerciante y minero.
La preparación
Dada
su buena amistad, Alvarado le encargó la supervisión de la formación de una
escuadra que pensaba construir en Acajutla con destino a la Especiería y que se
convertiría en la mayor flota —trece naves— que jamás se había visto en el
Pacífico. Uno de aquellos barcos —el San Salvador— era propiedad de Cabrillo.
Cuando los barcos estuvieron a punto, Alvarado le pidió a Cabrillo que navegará
con el San Salvador, nombrándole almirante de la flota y, sin duda para
compensarle la entrega del barco, le concedió algunas encomiendas.
No
obstante, la empresa, que contaba como socio con el virrey de Nueva España,
sufrió numerosos tropiezos – entre ellos la muerte del propio Alvarado – que
obligarían a Mendoza a modificar el proyecto inicial: la mayor parte de la flota, al mando de Ruy
López de Villalobos, zarparía rumbo a las Molucas mientras que Cabrillo era
confirmado en su cargo y puestas bajo su mando dos de aquellas naves para
realizar la proyectada exploración de las costas californianas hacia el norte.
La expedición
Finalmente,
el 24 de junio de 1542 parten dos naves del puerto de Barra de Navidad
(Jalisco). Acompañaban a Cabrillo marineros, soldados, indios, alimentos para
dos años, animales, mercancías y un sacerdote. Cabrillo comandaba la pequeña
flota a bordo del navío San Salvador como nave capitana; la otra nave era un
pequeño bergantín, el Victoria, mejor preparado para explorar parajes angostos
y difíciles.
Tras
alcanzar el puerto de Santa Cruz y doblar el cabo de San Lucas, navegaron por
toda la costa occidental de la península de la Baja California hasta la isla de
los Cedros – ya conocida gracias a Francisco de Ulloa – desde donde continuaron
su singladura costeando y levantando mapas. Descubrieron los puertos de San
Pedro y San Diego, así como las islas de San Miguel, que bautizaron de
Posesión, y Santa Rosa. En la primera, se detuvieron para dar descanso a la
tripulación, y Cabrillo se fracturó un brazo, lo que no le impidió seguir al
frente de las naves.
Reconocieron
varios puertos y cabos hasta que a los 40° avistaron algunos montes cubiertos
de nieve, y más adelante descubrieron un cabo al que Cabrillo llamó Mendocino
en honor del virrey don Antonio de Mendoza. En enero de 1543 llegaron al cabo
de la Fortuna, y finalmente, en marzo subieron hasta los 44° de latitud, en
donde todos sufrieron mucho frío. Este fue el término de aquella navegación,
porque no hallándose los navíos en estado de continuarla y comenzando a
faltarles las provisiones, se vieron obligados a volver al puerto de la Navidad,
de donde habían salido diez meses antes.
Durante
el regreso y debido a los fuertes vientos contrarios, las naves se resguardaron
en la isla de San Miguel frente a San Buenaventura en el canal de Santa
Bárbara, y desde allí, sin poder avanzar durante varios días, el 11 de
noviembre llegaron a Santa María y alcanzaron el cabo de San Martín (Condado de
Monterey).
Las
naves se separaron nuevamente debido a los fuertes vientos y tormentas y
después de varios días de búsqueda se reunieron el 15 de noviembre y navegaron
sin rumbo, descubriendo la Bahía de los Pinos, conocida actualmente como
Monterey Bay. El 18 de noviembre navegaron hacia el sur, buscando el resguardo
de la bahía de la Isla de San Miguel, adonde arribaron el día 23. Los
siguientes tres meses los pasaron allí a la espera de que terminasen las
tormentas de invierno, y será ese también el lugar donde morirá Juan Rodríguez
Cabrillo, al parecer como consecuencia de las heridas sufridas durante una
escaramuza con los nativos. El mes de febrero de 1543, la escuadra pondrá
nuevamente rumbo al norte bajo el mando del piloto Bartolomé Ferrelo.
La
climatología adversa impidió a Ferrelo proseguir la navegación exploratoria
hacia el norte, por lo que regresaron a la isla de San Miguel, donde llegaron
el 5 de marzo, y desde allí partieron hacia el puerto de Navidad, arribando el
14 de abril de 1543.
Legado y consecuencias
Durante
la expedición se reseñaron continuas referencias costeras y sus peculiaridades,
vientos, corrientes, latitud, distancias recorridas y otros pormenores; lo
habitual tratándose de una expedición exploratoria, pero también se reflejaron
aspectos culturales de los indígenas con los que establecieron contacto, así
como anotaciones de la zoología y botánica de las tierras visitadas. Cabrillo
es recordado hoy en día en Las Californias a través de los topónimos con que
bautizó islas, bahías y demás accidentes, así como con un monumento en San
Diego.
La
expedición de Cabrillo ha de ser entendida dentro del proceso expansivo de la
Nueva España iniciado por Hernán Cortés hacia el Pacífico Norte con el fin de
descubrir si California era isla o península y si existía o no un paso
interoceánico al Norte – el mítico paso del noroeste – que uniera los océanos
Pacífico y Atlántico. La expedición de Cabrillo superaría los previos fracasos
de Cortés y abriría la puerta a la exploración española de la costa oeste de
América del Norte y al establecimiento de la famosa ruta del Galeón de Manila.
En
1541 el conquistador Pedro de Alvarado, que participó en la conquista de
México, en la de Centroamérica y también lo intentó con el Perú, y que en ese
momento era gobernador de Guatemala, firmó dos capitulaciones con la corona
española que le capacitaban para realizar una navegación por la costa de Nueva
España hacia el norte para buscar el paso al Atlántico, pero esta vez desde el
otro lado, es decir, de oeste a este. Y otra navegación hacia la isla de las
Especias, es decir, Asia, y posteriormente encontrar el tornaviaje, la ruta de
retorno a Nueva España.
“Primeramente,
vos damos licencia, poder y facultad para que por Nos e en nuestro nombre, y de
la Corona Real de Castilla, podais descubrir, poblar y conquistar cualesquier
yslas que ay en la mar del Sur de la Nueva España, questá en su paraje, y todas
las demás que hallardes hazia el poniente della no siendo en el paraje de las
tierras en que oy ay proveídos gobernadores. Y ansímismo vos damos la liçencia
y facultad para que podais descubrir cualquier parte de tierra firme que
hallardes por la dicha costa del Sur hazia el poniente que no se aya hasta
agora descubierto ni entre en los límites y paraje norte – sur de la tierra
questá dada en gobernación a otras personas”.
La muerte de Pedro de Alvarado
Alvarado
organizó una gran expedición con 11 embarcaciones y unos 800 hombres; partió de
Acajutla en las costas de El Salvador y tomó rumbo hacia el norte. A llegar al
puerto de la Purificación en Jalisco (Nueva España) para hacer aguada y recoger
bastimentos y más soldados fue a recibirle el virrey de la Nueva España, don
Antonio de Mendoza, y a pedirle ayuda por unos problemas que habían surgido con
los indígenas en Nueva Galicia. Se produjo una rebelión conocida como la Guerra
del Mixtón que fue durísima para los españoles y el virrey le pidió que
interviniese para sofocarla. Realizaron un par de incursiones contra los
indígenas, pero fueron rechazados. En una de esas retiradas mientras iban de
camino por un cerro un caballo de un compañero se encabritó y cayó por la
pendiente arrastrando con él a Alvarado que quedó tan mal herido que murió a
los pocos días.
La expedición de Cabrillo
A
pesar de la muerte de Alvarado, el virrey Mendoza era parte de la expedición
por lo que continuó adelante con los planes elaborados por Alvarado y él mismo.
Comisionó al capitán Rodríguez Cabrillo como comandante de la nueva expedición
y se le asignaron dos buques. Los objetivos siguieron siendo los mismos:
encontrar de una vez la mítica ciudad de Cíbola que se pensaba que estaría más
al norte y buscar el estrecho de Anián que se suponía que unía el Mar del Sur
(Océano Pacífico) con el Océano Atlántico y permitiría una mejor navegación entre
Europa y Asia, el viejo sueño de Colón.
La
expedición partió el 27 de junio de 1542 del puerto de Navidad (Jalisco). En
ella iban marineros, soldados, indios, esclavos africanos, un sacerdote,
alimentos para dos años, animales en pie y mercancías. Cabrillo comandaba desde
el navío San Salvador, la nave capitana.
El 3
de julio, tan solo una semana después enfilaron la costa sur de la península de
Baja California. Siempre con rumbo norte fueron costeando y descubrieron la
bahía de Magdalena y la isla de Cedros. A mediados de septiembre y tras una
tranquila navegación llegaron al actual puerto de Ensenada al que nombran San
Mateo y a finales de mes llegan a la que llamaría Bahía de San Miguel que es la
actual Bahía de San Diego.
San Diego
El
primer barco europeo que tocó tierra en la costa oeste de lo que hoy es EE.UU.
lo hizo en un punto de la bahía de San Diego, en el sur de California, el 28 de
septiembre de 1542. El barco era español, se llamaba San Salvador, y el lugar
aproximado es hoy un agradable parque municipal a la orilla del mar llamado
Spanish Landing (literalmente, Parque del Desembarco Español). Precisamente
ahí, el Museo Marítimo de San Diego está construyendo una réplica de aquel
barco. Para San Diego, el San Salvador es un símbolo fundacional de California
como el Mayflower lo es de Nueva Inglaterra.
Al
frente de la expedición, con 170 tripulantes españoles y portugueses, estaba
Juan Rodríguez Cabrillo, el primer europeo que pisó el oeste, más de dos siglos
antes de que el fraile mallorquín Junípero Serra comenzara a pie la expansión
de Nueva España hacia el norte. Cabrillo exploró la costa hasta San Francisco y
murió durante la expedición. No construyó puertos fijos para las rutas entre
América y Asia. Un monumento a Cabrillo, corona el cabo de San Diego donde se
cree que fue el lugar exacto del desembarco.
El 3
de julio, tan solo una semana después enfilaron la costa sur de la península de
Baja California. Siempre con rumbo norte fueron costeando y descubrieron la
bahía de Magdalena y la isla de Cedros. A mediados de septiembre y tras una
tranquila navegación llegaron al actual puerto de Ensenada al que nombran San
Mateo y a finales de mes llegan a la que llamaría Bahía de San Miguel que es la
actual Bahía de San Diego. De todos estos puntos recogían buena nota en sus
cartas marítimas y los mapas geográficos que iban levantando. En la primera
semana de octubre recorren la actual costa de Los Ángeles, llegan hasta Santa
Bárbara y alcanzan punta Concepción. En este punto se levantaron unos fuertes
vientos que les hicieron retroceder a la isla de San Miguel en donde se
refugian esperando que el temporal se temple. Finalmente, a principios de
noviembre continúan su ruta norte llegando hasta la actual bahía de Monterey o
bahía de Pinos.
La
mayoría de expediciones españolas de colonización y conquista de Norteamérica
se centraron en la zona sur, con el Golfo de México y la Florida, y la costa
este. Se destinaron muchos hombres y recursos a la colonización de dichos
puntos principalmente por su valor estratégico militar para no poner en riesgo
a las islas Antillas y las flotas que pasaban por ellas. Pero pasados los años
la costa del Océano Pacífico, llamado Mar del Sur por aquel entonces, también
tuvo su valor.
¿Portugués o español?
Según
algunos documentos históricos Juan Rodríguez Cabrillo o João Rodrigues Cabrilho
nació en Portugal, en 1499, aunque otras fuentes afirman que era oriundo de
Sevilla. De hecho, el gobierno portugués llego a sufragar un monumento en su
honor a la entrada de la bahía de San Diego
De
joven, Juan se embarcó a La Habana y acompañó a Hernán Cortés en la conquista
de Tenochtitlan. Llegó a ser muy rico gracias a la apertura de minas de oro en
Guatemala (país que exploró junto a Pedro de Alvarado), y fue nombrado alcalde
de la ciudad salvadoreña de Acajutla.
Su
nacionalidad fue tratada por primera vez por el cronista español contemporáneo
Antonio de Herrera y Tordesillas, que, en su “Historia General de los hechos de
los Castellanos en las Islas y tierra firme del Mar Oceano”, se refiere a
Cabrillo como Juan Rodríguez Cabrillo, Portugués. Por esta razón, la mayoría de
las biografías lo describen como portugués. Sin embargo, después del estudio
realizado por el historiador Harry Kelsey en 1986, éste concluyó que lo más
probable es que Cabrillo hubiera nacido en España,
“probablemente
en Sevilla; sin embargo, es posible que haya nacido en Cuéllar”
Su
fecha de nacimiento y familia son desconocidos, pero algunos sucesos en la vida
de Cabrillo hicieron pensar a Kelsey que Cabrillo nació en una familia humilde
«alrededor de 1498 o 1500», y que sus padres trabajaban en la casa de un
importante comerciante sevillano. El misterio sobre Cabrillo ronda también
sobre el lugar donde fue sepultado. Murió el 3 de enero de 1543, frente a la
costa del sur de California. Sin embargo, se desconoce el sitio exacto de su
tumba.
La
Revista de Historia de San Diego (San Diego Sociedad Histórica, verano 1973,
Volumen 19, número 3, editada por E. Moss) publicó el estudio del profesor Michael
W. Mathes titulado “El descubridor de la Alta California: ¿João Rodrigues
Cabrilho o Juan Rodríguez Cabrillo?” en el que afirma rotundamente su origen
español.
Hay,
por tanto, versiones para todos los gustos, pero las más fundamentadas se
inclinan por su origen español, lo cual tampoco aclara en demasía el motivo por
el que su nombre aparece en portugués en gran cantidad de documentos. Los
estadounidenses se refieren a él siempre por su nombre español (en monumentos,
sellos, etc.) pero, caso de que hubiera sido español, en España siempre ha sido
un gran desconocido y otro olvidado más.
Fuente:
Ignacio del Pozo Gutiérrez, Revista de Historia
Revisión
y Diseño: elcofresito
Comentarios
Publicar un comentario
Todos los comentarios deberán guardar el respeto y la consideración hacia los demás, así como el uso de términos adecuados para explicar una situación. De no cumplirse con estos requisitos los comentarios serán borrados.