ECUADOR: ENIGMAS EN CUENCA

- junio 02, 2021

“En el año 2011 yo fui a Cuenca a constatar: Después de la muerte del padre Carlo Crespi, esta colección fue robada en su mayoría: las láminas, las pinturas fueron distribuidas en todo el país. Solo la arqueología en piedra y arcilla quedan en el museo de los aborígenes ubicado en la Calle Larga de la ciudad”. Erich von Däniken.

Enigmas en Cuenca-Ecuador

La ciudad de Cuenca está ubicada en los Andes de Ecuador y en el año 2006 su población ya superaba los 300.000 habitantes o más. El centro antiguo está catalogado como una herencia cultural mundial por la UNESCO desde 1999.

El sacerdote Carlo Crespi en su museo de Cuenca, murió en 1982. Los indígenas le trajeron objetos de culturas antiguas. Dicen que una parte fue comprada por el Banco Central de Ecuador y está expuesta. Mayormente son pedazos de cerámicas y de huesos, iconos "cristianos" y pinturas al óleo. Otra parte de los objetos - sobre todo las láminas de metal - afirman que están en un depósito de la iglesia María Auxiliadora, sin acceso para el público.

Crespi y sus tesoros

El padre Carlo Crespi, milanés de origen, llevaba más de 50 años en la pequeña ciudad ecuatoriana de Cuenca, trabajando como pastor de almas en la parroquia de los Pobres María Auxiliadora. Crespi fue bien aceptado por los indígenas, que le consideraron un verdadero amigo y, como a tal, le hicieron numerosos regalos que extraían de algún misterioso escondite (Muchos dicen que provenían de la Cueva de los Tayos). Así llegó un día en el que el padre Crespi contaba con tantos tesoros que su vivienda y la propia iglesia no bastaban para mantenerlos, por lo que solicitó al Vaticano el permiso para formar, con ellos, un museo.

El museo fue instalado en el colegio salesiano de Cuenca, el que con el tiempo creció, hasta el punto de que en el año 1960 era ya, un gran museo. Entre tanto fue reconocida, oficialmente, la autoridad arqueológica del padre Crespi, cosa que resultó incómoda a los ojos de ciertas jerarquías eclesiásticas, ya que el sacerdote sostenía con vehemencia que podía probar la existencia de un vínculo directo entre el Mundo Antiguo de Babilonia y el Nuevo de las culturas preincaicas. Esto contradecía, de plano, la opinión reinante.

Incendio del museo en 1962

El 20 de julio de 1962 el museo se quemó y se habló mucho sobre su provocación con el objeto de apoderarse de las piezas extraordinarias que contenía, hubo muchos sospechosos. Lo que el padre Crespi logró salvar se conserva en dos largas y estrechas estancias donde impera el desorden. Objetos y tallas en latón, cobre, hojalata, zinc, piedra, madera. El mismo caos, se supone que ocurrió en los objetos de oro, plata maciza y plata laminada, si es que no se quemaron o desaparecieron.

Era frecuente escuchar que algunos visitantes decían que el padre Crespi, de 90 años en ese entonces, presentaba síntomas evidentes de senilidad y que era incapaz de distinguir entre el latón y el oro; decían también que sus "tesoros" eran pura pacotilla fabricada AD-HOC por sus feligreses para tomarle el pelo. Es cierto que Crespi no estaba en plena posesión de sus facultades mentales, pero si lo estuvo cuando, en la flor de la vida, montó su museo, gozando de una merecida reputación como arqueólogo.

Los objetos del museo en Cuenca: Seres de un tiempo anterior al diluvio

Tampoco el museo se hizo famoso por su dizque "pacotilla". Casi todos los objetos proceden del Museo Crespi. Se trata de ejemplares salvados del incendio, no de copias o falsificaciones modernas. En su mayoría provienen de lugares subterráneos, sólo conocidos por los indios, que guardan celosamente ese secreto. Todos los motivos apuntan a épocas incaicas o preincaicas, donde podemos anotar, que no se encuentra entre ellos, ningún símbolo cristiano. En la colección del padre Crespi abundan las representaciones en metal o piedra, de animales totalmente desconocidos, monstruos antediluvianos, héroes fabulosos de mitos y leyendas, serpientes con varias cabezas, pájaros de seis patas. En las láminas de oro y plata aparecían también elefantes; de hecho, se han encontrado en Norteamérica y México huesos de elefantes. En los años más remotos del indigenado, ya no quedaban elefantes en Suramérica. "O los incas fueron visitados por elefantes africanos", o dichas representaciones se remontan a épocas muy antiguas.

¿Son los caracteres que figuran en las láminas de metal de Cuenca más antiguos que cualquier otra escritura conocida?

Dioses alados en el museo de Crespi en Cuenca

Colección Crespi, dioses alados – año 2012 en el museo de los aborígenes

Dios con cabeza de un sol.

Dios en una rara postura.

Von Däniken indica sobre esos dioses:

“Ocho ejemplares de la colección de Crespi. Cada una de las figurillas plantea sus interrogantes, a los que hasta ahora nadie ha sabido dar respuesta. Observándolas con detenimiento, descubrimos algunos motivos comunes”.

Dios con tres serpientes

Dioses con cabezas triangulares

Dios con aves y figura rectangular-triangular

Dios con cara trapezoide con casco y antenas

Tres dioses con una estela

Diosa con antenas y soles

Lámina grande en el Museo Crespi en Cuenca

Lámina con caras y soles

La cara principal de la lámina, primer plano

Dios con antenas en la lámina, primer plano

Cara con antenas en la lámina, primer plano

Soles en la lámina, primer plano

Von Däniken indica sobre la lámina grande:

<Esta lámina de metal relata probablemente una historia continua. En desordenada profusión de imágenes, cada uno de los sectores presenta escenas que se complementan con el resto. Crespi, arqueólogo de gran prestigio en sus años mejores, tenía la convicción de que estas imágenes hacen referencia a épocas preincaicas. Para estimulo de la fantasía del lector, reproducimos al detalle algunos de los motivos de la lámina:

-- Rostro humano rodeado de un nimbo de pequeños soles y signos indescifrados.

-- Cabeza como de jirafa con rayos, entre los cuales se aprecia de modo particular la delicadeza del trabajo en metal.

-- Cabeza de simio con ojos que salen de la misma por arriba, a manera de pólipos.

-- Unión, sin duda, de tres cabezas cercadas de rayos.

Todo ello constituye un fascinante jeroglífico.>

Escritura de tiempos antiguos

Piedra con inscripciones, con elefante y con cara trapezoide

Von Däniken indica:

<Inscripción en piedra con caracteres que denotan una transición del ideograma a la escritura propiamente dicha.>

Lámina con pirámide en el Museo Crespi en Cuenca

Lámina con una pirámide y dos gatos

Lámina con pirámide, dos gatos y serpientes

Von Däniken indica:

<Lámina de oro representando una pirámide egipcia, desconocida en Sudamérica. La inscripción al pie de la pirámide ha sido ampliada en la foto.>

La inscripción en la pirámide, primer plano

Cerámica con 25 caracteres de la escritura india.

Von Däniken indica:

Pirámide de piedra con letras y con un elefante.

Von Däniken indica:

<Pirámide de piedra. Encima de las letras, un elefante.>

Walter-Jörg Langbein indica lo que dice el texto en la piedra:

Ese texto fue traducido por el experto en escrituras antiguas, el profesor Barry Fell de la universidad de Harvard (1917-1994). El Prof. Fell es fundador de la "Epigraphic Society" (sociedad epigráfica). Buscando una conexión entre la escritura y el elefante con el sol encima, él encontró que la escritura es similar a una escritura del Túnez antiguo en la localidad de Thougga en el siglo III a.C. La misma escritura fue detectada en monumentos de Túnez, etc. La traducción del texto dice:

El probable "hijo del sol" y más - láminas en el Museo Crespi en Cuenca

Lámina probablemente del hijo del sol con motivos solares.

El retrato del probable hijo del sol de la lámina, primer plano.

Von Däniken indica:

Lámina con el dios astro con ideogramas.

Lámina con un niño que nace del sol.

Von Däniken indica:

<También en la foto siguiente surgen ideogramas en los que se repite la figura del astro-rey. Otra de las ilustraciones nos muestra un niño que nace del sol.>

Mitología en las láminas del Museo Crespi en Cuenca