LA ANTÁRTIDA FUE UN HERMOSO CONTINENTE LLENO DE BOSQUES
Un
equipo de científicos encuentra restos de polen, esporas e incluso raíces en
una muestra de sedimentos de hace 90 millones de años encontrados en al mar de
Amundsen. Su análisis ha permitido reconstruir el clima de aquella época y
llegar a conclusiones sorprendentes.
Hace
90 millones de años, cuando los dinosaurios estaban en su pleno apogeo, la
costa occidental de la Antártida era un lugar muy distinto del que conocemos
actualmente: su temperatura media anual era de 12 °C y estaba cubierta de
bosques templados. Este es el fascinante descubrimiento que ha hecho un equipo
internacional de científicos tras analizar una muestra de sedimentos del
Cretácico encontrada en el mar de Amundsen en el año 2017.
Se
sabe que el Cretácico medio fue el periodo más cálido vivido en nuestro planeta
en los últimos 140 millones de años. En aquella época, cuando los dinosaurios
aún andaban a sus anchas, el nivel del mar era 170 veces más alto que el actual
y se calcula que la temperatura del océano a la altura de los trópicos habría
alcanzado los 35 °C, pero se sabe muy poco sobre cuáles eran las condiciones en
los círculos polares.
El
equipo de científicos, procedentes de distintas instituciones de Alemania y
Reino Unido, se encontraba cerca de los glaciares Pine Island y Thwaites,
tomando muestras de sedimentos con una plataforma de perforación a 30 metros de
profundidad del lecho marino. “Cuando hicimos una primera evaluación de las
muestras a bordo del barco, nos llamó la atención la coloración del núcleo del
sedimento, era claramente distinta al de las capas superiores”, explica Johann
Klages, geólogo del Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina del
Instituto Alfred Wegener (Alemania) y primer autor del trabajo, que se publica
en Nature.
Plantas de 90 millones de años de antigüedad
Una
vez en el laboratorio, los científicos analizaron los sedimentos con tomografía
computarizada de rayos X. Los resultados revelaron que la muestra contenía una
densa maraña de raíces fósiles, tan bien conservadas que les permitieron, incluso,
identificar estructuras celulares. La muestra también contenía restos de polen,
esporas e incluso de plantas con flor que nunca antes se habían encontrado en
estas latitudes. “Es fascinante ver el polen fósil y otros restos de plantas
tan bien conservados en un sedimento depositado hace 90 millones de años”,
explica Ulrich Salzmann, paleo ecólogo de la Universidad de Northumbria. “Todo
esto nos indica que la costa de la Antártida occidental era, en aquella época,
un bosque templado y pantanosos, muy similar a los que podemos encontrar en
Nueva Zelanda hoy en día”.
Reconstrucción
del clima del pasado
Para
reconstruir el ambiente de estos bosques prehistóricos, los científicos se
fijaron en las condiciones climáticas en las que viven las plantas descendientes
de las encontradas en la muestra de sedimento. También se ayudaron de otros
indicadores biológicos y geoquímicos de temperatura y precipitación que
encontraron en la muestra.
De
esta forma, concluyeron que, hace 90 millones de años, el clima de esta región
a 900 kilómetros del polo sur era templado, con unas temperaturas medias
anuales de 12 °C (dos grados más que la temperatura media en Alemania, por
ejemplo). De media, en verano se alcanzaban los 19 °C y el agua de los ríos
llegaría a los 20 °C. Además, la cantidad e intensidad de precipitación anual
sería similar a la de Gales.
La
concentración de dióxido de carbono era superior a la prevista
Se
trata de un descubrimiento extraordinario, sobre todo teniendo en cuenta de que
en esta latitud se dan aproximadamente cuatro meses al año de oscuridad
absoluta. Estas condiciones de precipitación y temperatura fueron posibles
gracias a tres factores: el continente antártico habría estado cubierto de
vegetación densa, no había grandes masas de hielo en la superficie terrestre y,
por último, la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera era muy superior
a la que se había asumido previamente para el periodo Cretácico. “Hasta ahora,
se pensaba que la concentración global en el Cretácico era de aproximadamente 1.000
partes por millón (ppm). Pero, según los cálculos de nuestros modelos paleo
climáticos, se necesitaban niveles de concentración de 1.120 a 1.680 ppm para
alcanzar las temperaturas promedio que había en aquel momento en la Antártida
", explica el coautor y modelista climático Gerrit Lohmann.
Estos
resultados también ponen de manifiesto la enorme capacidad de los gases con
efecto invernadero para calentar la atmósfera, así como la importancia del
efecto de enfriamiento que producen las capas de hielo actuales. "En el
Cretácico también había cuatro meses seguidos con luz. Pero, debido a que la
concentración de dióxido de carbono era tan alta, el clima alrededor del Polo
Sur era templado, sin masas de hielo", explica Torsten Bickert, geo
científico del centro de investigación MARUM de la Universidad de Bremen.
La
cuestión ahora es saber cuál fue la causa que motivó el drástico enfriamiento
de esta zona, tan potente que provocó la formación de las capas de hielo
actuales. Encontrar la explicación es uno de los grandes retos que tiene por
delante la comunidad internacional de científicos climáticos.
Referencia:
Klages, J.P. et al, "Temperate rainforests near the South Pole during peak
Cretaceous warmth", Nature, 1 April 2020, DOI: 10.1038/s41586-020-2148-5
Fuente:
Producción, Pablo Cantudo / Texto: Victoria González, Muy Interesante
Revisión y Diseño: elcofresito
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