¿LA JUVENTUD ESTADOUNIDENSE RECHAZA EL CAPITALISMO?

 



Lo han visto en variados memes, en cuentas revolucionarias, en comentarios graciosos pero que no lo son tanto. El caso es que el discurso está por todas partes: el capitalismo apesta. No hay vuelta de hoja. Si no nos crees, cree a las estadísticas de opinión.

 


¡Manifestantes gritando “abolir el capitalismo ahora”, en una calle llena de mansiones en Beverly Hills! 

 

Según una encuesta realizada en el año 2016, por la Universidad de Harvard, el 51% de los jóvenes estadounidenses entre 18 y 29 años aseguran no respaldar el capitalismo, frente al 42% que lo apoya. Cinco años antes los porcentajes estaban equilibrados, pero ahora mismo el discurso capitalista tiene las de perder. Sus cifras de apoyo entre los jóvenes han variado a lo largo de todos estos años, pero ahora es la menor que ha tenido en más de 80 años.

 

Por ejemplo: en España lo llevan peor. Según una encuesta del BBVA del año 2013, el 74% de los españoles afirmó rechazar el capitalismo frente a un escaso 11% que lo respalda. Es el país más anticapitalista de Europa. No pueden sino pensar que el Covid-19, que afectó especialmente a las perspectivas de futuro de los jóvenes, porque lo ha agravado. En lo que están todos a la par, allí o en cualquier país occidental, es en el desencanto con el modelo capitalista.

 

Es decir, una parte muy importante de la población, sobre todo entre las nuevas generaciones, no cree en el modelo político que tienen, ni en el económico.

 

Karl Marx, influencer




“Quién es Karl Marx: descubre al erudito anticapitalista” es el titular de uno de los artículos para la revista adolescente de tendencias de moda Teen Vogue. La publicación de este post provocó una oleada de indignación entre los medios conservadores que veían cómo los pérfidos liberales les inyectaban una peligrosa ideología a sus retoños. Fue ahí cuando descubrieron, en todo su esplendor, la comercialización de las ideas anticapitalistas, para las que Teen Vogue es el máximo exponente, pero al margen de esa cabecera, otros muchos canales de difusión, en varios casos, son movidos por la propia juventud.

 

Para Kim Kardashian, por ejemplo, una chaqueta de la CCCP es el mejor complemento de moda posible y miles de jóvenes se reúnen para denunciar la cultura de las armas en Estados Unidos. Las galerías de conjuntos top, vistos durante la Women’s March, se juntan bien con el ascenso de una portorriqueña, fuera del sistema, en las primarias del Partido Demócrata de Nueva York.

 

Quién se ha llevado mi queso

 



Todos estos fenómenos, son críticas al estado actual de las cosas que deben leerse como un grito de desesperación, no necesariamente fruto del triunfo de la revolución obrera: aunque es un porcentaje que está también en los máximos puestos desde que hay cifras, sólo un tercio de los encuestados estadounidenses se define como “socialista”.

 

Como explicaron en The Conversation, la razón crítica más importante por la que la juventud ha dejado de apoyar el capitalismo parece ser percibida por una falta de efectividad a la hora de establecer un modelo de recompensas justo. Si trabajas duro serás recompensado, decían los baby boomers. El estallido de la crisis, el desmantelamiento de muchas garantías sociales, la destrucción del mercado laboral y la imparable desigualdad social, son algunos de los puntos responsables.

 

Claro que, como recuerda el escritor Noah Smith, la idea de justicia social tiene mucho que ver con la de las expectativas: los académicos han hablado extensamente cómo nuestra felicidad depende de la diferencia entre lo recibido y lo que se espera recibir, una teoría que conecta directamente con la vieja idea de que las revoluciones se gestan al calor de la falta de consecución, en las expectativas de un amplio grupo social.

 

Pese a todo, los millennials son más pacíficos que las generaciones anteriores, y parece que esta frustración, de momento, se la están tomando más como combustible para auto infligirse dolor (en forma de depresión y estrés) por no cumplir lo que se esperaba de ellos, como el acicate para revolucionar el sistema. También, paradójicamente, otro de los rasgos típicos de estos tiempos es que los jóvenes, cada vez más, se apoyan menos en los sindicatos y las huelgas como herramienta de lucha, algo que seguramente no le haría ninguna gracia a quién ideó la protesta proletaria.

 

¿Y si lo que quieren es más capitalismo?

 



Es otra de las teorías que circulan al analizar algunos otros datos. Cuando se pide a los jóvenes que manifiesten cómo aumentaría su satisfacción con el sistema actual, parece que el factor ganador es una mayor tajada de los beneficios. Dicen desear tener sus propias empresas, apuntarse a aventuras cooperativistas (el 75% de los jóvenes norteamericanos las elogian) o recibir participaciones de la empresa antes que un simple aumento de sueldo (un 40% de los empleados menores de 30 años estarían dispuestos a trasladarse a una compañía que les ofrezca este término).

 

Otra forma de decirlo: están a favor de la competitividad entre empresas, siempre que ellos tengan más poder de negociación y de réditos económicos. Algunos académicos tildan esta visión económica como “capitalismo inclusivo”.

 

Entonces, ¿Qué es lo que les gusta del socialismo? No está demasiado claro. Sabemos que el 43% de los jóvenes norteamericanos se considera socialista siempre y cuando haya oposición al capitalismo. Pero si cambiamos los términos para contraponer una economía intervenida por el estado frente a una de libre mercado, el 64% de los jóvenes está a favor del liberalismo y sólo un 32% a favor de la colectividad.

 

Su visión económica en general es, también, un poco endeble: quieren que haya un reparto más equitativo de la economía, pero quieren hacerlo recortando el gasto público y reduciendo los impuestos. Quieren un sistema sanitario gratuito y universal, pero consideran que el Obamacare (Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio) fue un error. Más de dos tercios de los jóvenes norteamericanos piensan que el gobierno debería garantizar alimentos, vivienda y un salario digno a todos los ciudadanos, y pese a ello tienen una visión del Gobierno como una institución crítica (por ineficiente y derrochadora) como cualquier adulto del resto de generaciones.

 

Así que, a pesar de ser la generación que más apoya electoralmente en los parlamentos a la izquierda, la visión política general de los jóvenes puede leerse como tan conservadora e individualista como aquellos que votan por los conservadores, y parecen estar muy lejos de buscar la abolición del sistema. Pero eso sí, ni se les ocurra mencionarles el capitalismo.

 

Referencias: Esther Miguel Trula, Magnet

https://magnet.xataka.com/un-mundo-fascinante/cada-vez-jovenes-estadounidenses-rechazan-capitalismo-1?utm_source=NEWSLETTER&utm_medium=DAILYNEWSLETTER&utm_content=POST3&utm_campaign=25_Aug_2021+Magnet&utm_term=CLICK+ON+TITLE

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