EL PROTOCOLO DE RÍO DE JANEIRO, FIRMADO ENTRE ECUADOR Y PERÚ
La
política limítrofe entre Ecuador y Perú cerró su página el 26 de octubre de
1998 cuando se firmó en Brasilia un acuerdo que selló la paz definitiva tras
los conflictos fronterizos que aquejaron a los dos países durante décadas.
No obstante,
es fundamental recordar la verdadera historia de los acontecimientos en torno a
los problemas de límites de estos países latinoamericanos, en cuyo contexto el
Ecuador fue el más perjudicado con la pérdida de ingentes cantidades de
territorio desde la Cédula de 1740.
Vamos
a hacer referencia al libro publicado en 1981 por el Departamento de Educación
y Cultura Popular de ese entonces del Municipio de Quito, titulado: “EL Ecuador
y el Problema de Límites con el Perú”, en el cual recogen las ponencias de
varios personajes importantes de aquella época dentro de un ciclo de
conferencias en la denominada Semana del Civismo, que se realizó del 23 al 26
de febrero de ese año. Estos personajes expusieron con conocimiento de causa
todo acerca de la historia de límites entre Ecuador y Perú.
De
todas las ponencias, vamos a compartir la del licenciado y periodista Juan
Viteri Durand, quien expuso un resumen conciso de lo sucedido entre los años
1941 y 1942 en referencia al protocolo de Río de Janeiro hasta lo ocurrido en
Paquisha (Región amazónica) en 1981.
Durand,
manifestó que en ese entonces el Ecuador se encontraba debilitado y con un
gobierno que tenía los más altos índices de impopularidad presidido por el Dr.
Carlos Alberto Arroyo del Río. Las Fuerzas Armadas ecuatorianas fueron
“bastante descuidadas” frente a los peruanos que consiguieron armarse y
prepararse y que además “había conseguido forjar una planta de ejército de por
lo menos ocho a diez veces superiores a la ecuatoriana”. Con este clima de
tensión entre el pueblo y el gobierno, la desventaja de Ecuador frente a Perú
en armas y los sentimientos encontrados de todos los sectores nacionalistas,
culminó con la firma del Protocolo de Río de Janeiro de 1942, protocolo denominado
de Paz, Amistad y Límites y cuyos garantes fueron: EEUU, Brasil, Argentina y
Chile.
La
situación de 1942 no culminó el 29 de enero, en la madrugada, con la firma del
Protocolo, este se refería a la anuencia, ratificación y legalización que tenía
que hacer el Congreso de la República de Ecuador y por su parte el congreso
peruano. Por estas razones fue convocado un congreso extraordinario, para
conocer el texto del protocolo. Se reunió en el mes de febrero y conoció el
texto, y desde entonces los ecuatorianos, o continuamos divididos o comenzamos
a dividirnos más, porque en el congreso hubo una partición entre los que
llamaríamos aprobacionistas frente a los no aprobacionistas. El hecho es que se
impuso la corriente de la aprobación del texto y fue así como el Protocolo
denominado de paz, amistad y límites, fue aprobado por el congreso
extraordinario de Ecuador. Desde luego la aprobación tuvo el voto mayoritario
en el Perú.
Según
el periodista, luego de las trágicas circunstancias que vivió Ecuador, el
presidente Arroyo del Río “tuvo el mal gusto de hacer una gira internacional”
para destacarse como un gran orador y “representante de la democracia
latinoamericana”, visitando algunos países y “obteniendo un triunfo personal”.
A su
retorno la situación era mucho más tensa tomando en cuenta que se vivía un
conflicto internacional de escala mayor, pues estábamos en plena Segunda Guerra
Mundial, la cual se originó el 1 de septiembre de 1939.
Unos
días antes del Protocolo, específicamente el 7 de diciembre de 1941, EEUU, fue
atacado en Pearl Harbor por la armada japonesa, entonces se convocó a la
reunión de cancilleres de la región en Río de Janeiro, pero no para tratar el
tema ecuatoriano precisamente, sino para analizar la unidad hemisférica a fin
de combatir al eje Berlin-Roma-Tokio. De esta forma Ecuador entró en guerra al
igual que varios países latinoamericanos, “y la guerra poco a poco vino
trayendo las consecuencias que se derivan de una intervención de esa magnitud”.
28 de mayo de 1944 “La Gloriosa”
La
Segunda Guerra Mundial ocupaba la atención, en gran medida, mientras el sistema
descompuesto de la economía ecuatoriana sumado a una corriente de fuerte
disgusto por parte del pueblo y las Fuerzas Armadas con Arroyo del Río,
culminaron con una baja notable de su reputación aprovechada por políticos como
José María Velasco Ibarra quien se presentaba como candidato a la presidencia;
sin embargo, el gobierno se empeñó en que desista de su candidatura lográndolo
a través del Consejo de Estado con la prohibición final para que Velasco Ibarra
no tomara parte en las elecciones. Esto devino en un estallido social el 28 de
mayo de 1944 que el pueblo lo denominó “La Gloriosa”, derrocando al presidente
Arroyo del Río y colocando en su lugar al que ostentaría, en su vida, ser cinco
veces presidente de Ecuador.
Inejecutabilidad
del Protocolo de Río de Janeiro
Más
tarde, tanto el Perú como Ecuador, acordaron en formar una comisión mixta para
la demarcación de la frontera, siguiendo los lineamientos del Protocolo,
entonces entró en funciones la comisión de demarcación ecuatoriano-peruana,
trazándose a la frontera tanto por el sur como por el nor-oriente a través de
unos 1.500 kilómetros, “habiéndose suspendido por encontrar un accidente
geográfico que se interpretó como favorable a Ecuador”.
“En
circunstancias en que el Protocolo de Río de Janeiro, siguiendo la línea
demarcatoria, se refería a un hito geográfico, se encontró que en realidad
había un -divortium acuarum- en la cabecera del río Santiago y aparecía un río
desconocido en el mapa de los dos países, el río Cenepa, río que tiene la taja
de desembocar en el río Amazonas. Entonces apareció la tesis de
inejecutabilidad del Protocolo de Río de Janeiro, por haberse comprobado que la
realidad geográfica no coincidía con el trazado que se indicaba en la realidad
documental”.
Esto
es corroborado por la enciclopedia mexicana aparecida por el año 1953 de González
Porto, al reproducir un mapa de Ecuador y Perú, donde se titula “línea del
Protocolo de Río de Janeiro-inejecutable por principio”. Luego de esta tesis se
produjeron graves incidentes en la diplomacia de ambos países, hubo un
arbitraje por parte de Brasil, pero finalmente quedó suspendida la demarcación
en virtud de que Ecuador se mantuvo en esta tesis.
Nulidad
del Protocolo de Río de Janeiro
Para
el año 1960 surgió una nueva tesis por parte del Dr. José María Velasco Ibarra,
luego de haber ganado las elecciones ampliamente. Ya como presidente proclamó
la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro. En su exposición en la ciudad de
Riobamba, fundamentalmente basaba la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro de
1942 por haber estado el Ecuador “supeditado a una voluntad irresistible,
físicamente mayor, y ocupados sus territorios” por parte del ejército peruano,
refiriéndose especialmente a la Provincia de El Oro y parte del Oriente
ecuatoriano.
Por consiguiente,
se declaró la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro de 1942 porque no había
en una de las partes la libertad indispensable para aceptar y deliberar, de
esta manera “si no hay libertad en quien participa en un tratado o convenio, no
puede haber validez del convenio o contrato”.
Sin embargo,
el presidente Velasco Ibarra cometió un grave error, esta proclama nunca se
denunció al mundo y mucho menos al propio gobierno de Perú. No obstante, en el
año 1963 vendría una nueva dictadura en Ecuador por parte de militares de las
distintas ramas de las Fuerzas Armadas, presididas por el contralmirante Ramón Castro
Jijón, quienes sí prepararon el documento y lo encargaron al poeta Gonzalo
Escudero, para que luego fuera expuesto a nivel internacional por el entonces
canciller de la República, Wilson Córdova.
En
el cenáculo de cancilleres del hemisferio se hizo la denuncia por parte del Dr.
Wilson Córdova que era en ese momento Canciller de la República de Ecuador. Es decir,
denunció la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro.
Desde
el año 1965 se mantuvo la tesis de nulidad del Protocolo de Río de Janeiro de
1942 hasta el año de 1995 en que el presidente de ese entonces, Sixto Durán
Ballén, la retira.
Transacción
honrosa con el Perú
Las
elecciones de 1968 fueron ganadas por quinta vez por el doctor José María
Velasco Ibarra, quien en esta ocasión propuso una nueva tesis para favorecer
los intereses ecuatorianos, siempre y cuando reconocieran al Ecuador un acceso
directo al Río Amazonas, esta tesis la denominó “Transacción honrosa con el
Perú”. Esta transacción honrosa suponía el cierre de la frontera, justamente a
la altura de la Cordillera del Cóndor. Cerrada la frontera según el periodista
Durand, se reconocía para aquel entonces la legitimidad del Protocolo de Río de
Janeiro.
El porqué
de la guerra de 1941 y el Protocolo de Río de Janeiro
Luego
de haber conocido varios de los hechos en torno al Protocolo de Río de Janeiro
de 1942 expuestos por Juan Viteri Durand durante el ciclo de conferencias en
1981, debemos conocer cómo se dieron los hechos para llegar a la firma de este
protocolo.
Desde
1830 en que Ecuador inicia como estado, los gobiernos de turno no se habían
preocupado por afirmar una política limítrofe, no mostrando interés por tomar
posesión efectiva de las regiones orientales. Por ello los líderes peruanos
empezaron a adentrarse en territorios ecuatorianos que, alguna vez,
pertenecieron al Virreinato del Perú o, en su momento, al de Nueva Granada.
En
1884 el señor Pedro Delgado, había sido nombrado con el cargo de Vicecónsul del
Ecuador en Tumbes. Para 1887, el señor Benigno Orellana había recibido igual
nombramiento para el puerto de Iquitos, situado en la margen izquierda del río
Amazonas. Con estos nombramientos se reafirmaría, supuestamente, la soberanía
peruana en esas regiones que luego Ecuador pretendía como propias.
El
avance peruano por conquistar más territorio ecuatoriano continuó, ya en 1936
el Perú había tomado posesión de las cabeceras de todos los ríos principales
que desembocan en el río Amazonas. Así fue como el Ecuador empezó, recién, a
frenar ese ímpetu y firma en la ciudad de Lima, Perú, un documento llamado Acta
del 6 de Julio de 1936, por medio del cual reconoce las posiciones militares
del país del sur que se encontraban dentro del territorio oriental que trataba
de reivindicar.
Fue
entonces que el 30 de agosto de 1940 asume la presidencia el Dr. Carlos Alberto
Arroyo del Río, odiado por muchos, reivindicado por algunos sectores.
25
de julio de 1941. El Combate de Jambelí
El 5
de julio de 1941, la gran maquinaria militar del Perú atacó por sorpresa las
débiles y mal armadas guarniciones ecuatorianas en la frontera del sur,
concretamente en la provincia de El Oro, queriendo obligarnos a firmar y
“legitimar” la posesión de los territorios orientales que mantenían desde 1936.
Los militares peruanos trataron de bloquear el golfo de Guayaquil para impedir
el abastecimiento militar ecuatoriano a las provincias del sur, con el fin de
tomar la ciudad. Frente a esto la Armada ecuatoriana se preparó para la defensa
y el 25 de julio de 1941 se cubrió de gloria en el Combate Naval de Jambelí, el
pequeño cañonero Calderón venció al buque peruano, “Almirante Villar”, y obligó
a la escuadra invasora a retirarse derrotada.
Una
medición internacional se pronunció a favor de Ecuador para dar tregua y un
“alto el fuego”, sin embargo, esta decisión no fue respetada por los peruanos
quienes se volcaron a ocupar tres cantones de la provincia de El Oro y tomarse
todo el parque de guerra.
Pese
a la notable superioridad del ejército peruano, los soldados ecuatorianos
defendieron su territorio, sin embargo, poco a poco Perú iba ocupando más espacio.
La
polémica del 29 de enero de 1942
Con
estos antecedentes y con territorios ecuatorianos ocupados por el Perú, el
Ecuador asistió a la Conferencia de Cancilleres de 1942 que se reunió en Río de
Janeiro, llevando ante este organismo la tremenda situación que atravesaba. La
delegación de nuestro país estuvo integrada por personalidades jurídicas,
políticas y económicas como el Dr. Julio Tobar Donoso, ministro de Relaciones
Exteriores.
La
delegación ecuatoriana, según cuentan, desde el sitio Enciclopedia del Ecuador
dice:
“defendió
brillantemente y por todos los medios legales los derechos territoriales de
nuestra patria, pero las artimañas y astucia de los representantes peruanos
lograron embaucar a los delegados de los países mediadores, Argentina, Brasil,
Chile y Estados Unidos, quienes presionaron a los ecuatorianos para que acepten
la firma de un tratado por medio del cual el Ecuador debía ceder «en nombre de
la paz», gran parte del territorio oriental y todos sus derechos sobre el río
Amazonas”.
La
delegación ecuatoriana habría rechazado este documento, negándose a tratar el
asunto mientras el territorio ecuatoriano estuviera invadido por las fuerzas
militares peruanas, sin embargo, el Canciller brasileño, Señor Oswaldo Aranha,
advirtió al Ecuador que, si no aprovechaba esa oportunidad, los países
mediadores se retirarían y las pretensiones peruanas avanzarían sin detenerse
hasta ocupar Guayaquil.
Al
parecer, no les quedó más remedio que aceptar estas condiciones adversas y a la
1H20 de la madrugada del 29 de enero de 1942, en el Palacio de Ytamarati, el
Ecuador fue obligado a firmar el Protocolo de Río de Janeiro de 1942.
El
Protocolo de Río de Janeiro fue firmado por los cancilleres Dr. Julio Tobar
Donoso, por el Ecuador; Alfredo Solf y Muró, por el Perú; Enrique Ruiz Guiñazú,
por Argentina; Juan B. Rossetti, por Chile; Summer Welles, por EE. UU. y
Oswaldo Aranha, por Brasil.
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El
26 de febrero de 1942, el Congreso Nacional expidió el decreto correspondiente
que en su artículo único dice: “Apruébase el Protocolo de Paz, Amistad y
Límites firmado en Río de Janeiro, el 29 de enero del presente año… etc. etc.
etc.”: Dos días más tarde el decreto fue sancionado por el presidente de la
República y el canje de ratificaciones se produjo el 31 de marzo del mismo año
en la ciudad de Petrópolis, en Brasil.
Algunos
defienden las posturas del canciller de Ecuador en ese entonces y del
presidente Arroyo del Río, que en esos momentos de tensión no tenían más
remedio que aceptar este Protocolo, otros advierten que estos personajes tienen
una deuda eterna con el país.
Fue
entonces que el 26 de octubre de 1998, durante el gobierno del Dr. Jamil Mahuad
Witt, se puso fin al diferendo limítrofe, firmando el Acta de Brasilia entre
Mahuad y el presidente peruano de ese entonces Alberto Fujimori, aceptando la
decisión de los países garantes que ratificaron la validez del Protocolo de Río
de Janeiro de 1942, culminando definitivamente el problema de la frontera no
delimitada, que significó una larga historia de sangre, dolor, muerte y una
gran pérdida de territorio para Ecuador.
Fuente:
Hazte Ver Ecuador
https://hazteverecuador.com/29-de-enero-de-1942-protocolo-de-rio-de-janeiro/
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y Diseño: elcofresito
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