LOS NARCO-CONQUISTADORES LLEGARON AL ECUADOR PARA ADUEÑARSE DE SUS CIUDADES Y BARRIOS
Las bandas narco-delictivas se apoderan de los países a la brava
Así como Gengis kan, conquistador mongol, se
apropió violentamente de grandes extensiones de territorio para expandir su
imperio, así se comportan hoy las bandas narco criminales para quedarse con el
control de las plazas de venta de droga en la capital de Ecuador, Quito y otras
ciudades, según investigaciones de la Policía.
Kan tenía dos formas para adueñarse de las
tierras: a la brava o mediante engaños. Y así mismo lo hacen las organizaciones
que se dedican al microtráfico. La diferencia radica en que el asiático
conquistó tierras para expandir el conocimiento y la cultura Mongola; en
cambio, los grupos delictivos, pretenden ser los dueños del narcomenudeo.
La guerra por el control de las calles en el
país se ha incrementado y con ello la violencia criminal. Según cifras del
Ministerio del Interior, en enero del 2022, el 47 % de las muertes violentas
estuvo relacionado con la venta de drogas para el consumo interno a nivel
nacional. Además, cifras de la Policía señalan que en lo que va del año, los
homicidios provocados por el microtráfico ascienden a 616. En este mismo
período del año pasado se registraron 227 muertes.
Agentes de la Unidad de Antinarcóticos de la
capital informaron que el principal conflicto que tienen frente a estas bandas
es impedir que logren estructurarse por completo, porque así sería más difícil desarticularlas.
La misión de los narcos es reclutar más integrantes con funciones y rol de
actividades, para que se unan a la red delictiva.
Su intención es ganar adeptos que se encarguen
de ingresar droga a las ciudades, que evadan controles, que tengan centros de
acopio, manejen rutas y listas de clientes.
Los investigadores señalan que, en un inicio,
las bandas narcodelictivas se dedicaron a extorsionar a otros grupos
criminales, como las pandillas, para que fueran parte de una mega banda. Los
buscaban porque tenían su propia organización y se financiaban con otros
delitos. Quienes no se unían eran silenciados.
Luego atacaron a lo que la Policía denomina
clanes familiares. Personas que se dedicaban al expendio de droga y controlaban
ciertos sectores de la capital. De igual forma, el que no se alineaba a los
ideales de ‘conquista del narcotráfico’ era asesinado.
Según el jefe de investigación antidrogas,
estas agrupaciones actualmente estarían completando el último eslabón de la
cadena de la droga para poder operar en las ciudades, especialmente en Quito.
Apuntan a personas con un pasado delictivo o a quienes expenden estupefacientes
bajo pedido. Pero se cercioran que ellos no pertenezcan a una banda para que, a
futuro, no representen un peligro.
Hace poco ocurrieron dos casos. El uno fue en
una quebrada de Pueblo Blanco, norte de Quito, el 26 de abril. Cuatro personas
que, al parecer, se dedicaban a vender bazuco fueron tiroteadas con fusil por
sujetos desconocidos.
La Policía de la capital ecuatoriana ha destinado más uniformados para combatir la venta de droga en las calles.
El otro caso fue en Yaruquí, en las afueras de
la capital, el 14 de abril. Un cantante urbano, quien tenía antecedentes
penales por asociación ilícita, fue acribillado en su restaurante. Luego se
conoció que la víctima también se habría dedicado a comercializar marihuana en
la parroquia rural.
Invasión incontrolable
La Dirección General de Inteligencia (DGI)
tiene información de que “Los Lobos” serían quienes pretenden tomar el control
de las calles en la capital.
Para conseguirlo han utilizado dos mecanismos:
entregar la sustancia para que otros micro traficantes la vendan y recibir un
porcentaje de la comercialización o amenazarlos hasta que se alineen a su
organización.
Ambos mecanismos, según el investigador,
tienen sus riesgos. En el primer caso, explica que la condición de las bandas
es quedarse con una parte de la ganancia final y no de la merca que se ofrece
al inicio.
Por ejemplo, en la actualidad, un kilo de
cocaína está valorado en 2.500 dólares en la capital. De ese bloque se pueden
sacar 10.000 dosis puras, cada una con un precio de un dólar. Sin embargo, hay “brujos”
que la mezclan con otras sustancias y duplican las dosis.
Es decir, obtienen una ganancia de 15 a 20 mil
dólares. De ese monto, las organizaciones suelen pedir una tajada que
generalmente bordea el 30 por ciento.
En el caso de las extorsiones es sencillo: las bandas les obligan a contratar seguridad para la venta de droga y, poco a poco, se apoderan del territorio. Otra forma es entregarles “merca” a bajo costo para engancharlos y luego de un tiempo les intimidan para que les compren solo a ellos.
Las investigaciones señalan que es un nuevo
fenómeno el que ocurre en Quito, porque la mayoría de víctimas, al tener el
control de su espacio por años, no presumen el alcance que tienen las bandas
cuando les ofrecen el negocio.
La Policía de la capital ha identificado 29
sectores en los que suelen expenderse droga por montones y 16 barrios en los
cuales se han registrado actos violentos relacionados con el comercio de la droga
a mínima escala. Además, en lo que va del año se ha decomisado media tonelada
de droga en la ciudad, esto supera a los cerca de 200 kilos que se decomisó el
año pasado en el mismo período.
Nuevos códigos
Esteban (nombre protegido) fue detenido en el
año 2019 con casi una libra de marihuana y negoció con la Fiscalía para pagar
una suma de dinero y cumplir con horas de trabajo social.
El joven recuerda que, en ese tiempo, él solía
comprar la “mercadería” en Ipiales, Colombia, a una banda liderada por alias
Homero. Ahora, según Esteban, esa organización se habría alineado a Los Lobos.
La Policía de Tumbaco aconseja a los menores para que no ingresen al mundo de las drogas.
El “ex brujo” indica que en esos años, el
gramo de “maracachafa” estaba en 1,50 dólares, pero luego bajó a 1 dólar.
Esteban compraba la cantidad que quería para revenderla en la Mitad del Mundo,
norte de la capital.
En la actualidad, el bajo costo de la “merca”
–dice– hace que nuevos adeptos se unan al negocio, pero “no saben que es una
navaja de doble filo”. Según el joven, hay dos caminos: o les compran solo a
ellos o los matan.
Mario, experto en seguridad, señala que las
bandas organizadas en el país se estarían convirtiendo en carteles. Y lo que
pasa en la capital sería una suerte de mini carteles. Es decir, quienes eran
brazos armados de los narcos internacionales se dieron cuenta de que pueden
generar su propia red delictiva. Ahora importan la droga y la revenden.
Este fenómeno, según el experto, habría sido
provocado por las mismas organizaciones internacionales, quienes solían pagar a
las bandas con la droga que custodiaban. “Se dieron cuenta de que pueden
traficar internamente para financiar sus agrupaciones”.
En el caso de Pueblo Blanco, la Policía presume que los victimarios pertenecen a Los Lobos.
Daños colaterales
En Yaruquí, al nororiente de la capital, se
han registrado tres muertes violentas relacionadas con el microtráfico en los
últimos tres meses. En uno de esos casos balearon a alias Pata Pata, un micro
expendedor que solía vender la “merca” por la Línea Férrea.
Su pareja estuvo presente cuando lo fulminaron
y actualmente se refugia en distintas casas abandonadas con el peligro de que
la maten. Está amenazada.
El año pasado, la Unidad Antinarcóticos
desarticuló 22 bandas criminales que se dedicaban al microtráfico en la
capital.
La joven cuenta que su ex conviviente le
habría comprado droga a otro “mayorista” y tuvo problemas en el tiempo de paga.
Según la mujer, los victimarios lo amenazaron varias ocasiones hasta que le
dispararon en su rostro. “Decían que eran de Los Lobos”. Ella reconoce que
desde aquel problema se ha vuelto adicta a la sustancia que vendía su ex: el
bazuco.
Ante este contexto violento, la Policía
pretende frenar la conquista narco delictiva en la capital y otras ciudades, que
se ha cobrado vidas y mantiene en zozobra a la ciudadanía.
Fuente: Byron Castillo, Extra.ec
https://www.extra.ec/noticia/actualidad/conquistadores-barrios-narcos-llegan-quito-67213.html
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