LA CIENCIA TRAS LAS EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE

 



¿Qué hay realmente detrás de lo que se conoce como "experiencia cercana a la muerte"? ¿Puede la ciencia explicarlo?


Las experiencias cercanas a la muerte se manifiestan de muchas formas, según los testimonios de sus protagonistas. Algunas están tan arraigadas culturalmente que se reconocen inmediatamente y han alimentado múltiples narrativas literarias, televisivas y cinematográficas. La luz al final del túnel, ver la vida pasar ante tus ojos, personas fallecidas que salen a su encuentro desde el otro lado, flotar en el techo mientras observa su propio cuerpo tendido en la cama, vislumbrar paisajes paradisíacos —o infernales—, ver la cara de tal santo o de cual figura religiosa… Son en definitiva las llamadas experiencias cercanas a la muerte, de las que seguramente todos hemos oído hablar.


En realidad muy pocas personas han experimentado este tipo de eventos, porque se producen en una situación muy particular: cuando se está a punto de morir. Es de esperar, pues, que aunque muchos pasen por tipos de experiencias, la mayoría no sobreviva para contarlo.



Luz al final de un túnel. - Noomcpk2528  iStock


El papel de la religiosidad


Se estima que, de los miles de millones de personas en el mundo, en torno a un tercio es cristiano, una cuarta parte es musulmana, en torno a un 15 % hinduístas y un 6 % budistas.


Este dato es importante, porque significa que la inmensa mayoría de las personas en el mundo tiene creencias religiosas, y si se asume que la religiosidad no es un factor relevante a la hora de sobrevivir a un evento cercano a la muerte —y no hay motivo para asumir lo contrario—, significa que la mayor parte de las personas que viven experiencias cercanas a la muerte son, de un modo u otro, religiosas.


De hecho, como ya se ha mencionado, no es extraño que un superviviente a este tipo de eventos asocie automáticamente sus experiencias con algún aspecto religioso y siempre relacionado con la religión que profesa. Cristianos y musulmanes suelen asociar las luces al final del túnel con sus respectivos paraísos; los budistas creen que las visiones de su vida pasada están relacionadas con el juicio personal del antarabrava, y quienes creen en la existencia de un alma o de los espíritus normalmente ven a sus familiares fallecidos u observan su cuerpo desde las alturas, como si la conciencia saliese de ellos en un viaje astral.


Todas estas experiencias profundamente espirituales y místicas, son también extraordinariamente subjetivas.



Experiencia extracorpórea - Sezer66  iStock


Las experiencias cercanas a la muerte según una escéptica


Carl Sagan (Siete frases de Carl Sagan) apuntó muy sabiamente en su ensayo Cosmos que ’espíritu’ viene de la expresión latina ‘spirare’, soplar o respirar, y lo que respiramos es aire. «A pesar del uso en sentido contrario, la palabra ‘espiritual’ no implica necesariamente que hablemos de algo distinto de la materia o de algo ajeno al reino de la ciencia».


Y cuando las experiencias cercanas a la muerte son percibidas por esa pequeña minoría escéptica, carente de creencias religiosas, y para las que entienden lo espiritual en el mismo sentido que Carl Sagan, las interpretaciones subjetivas de las experiencias cercanas a la muerte son muy distintas.


Así contó la escritora Stephanie Savage, en la revista Skeptical Inquirer en el año 2015, su experiencia cercana a la muerte, después de sobrevivir a un coma.


«No vi familiares muertos porque no creo en la vida después de la muerte. Tampoco vi el caballo de Jesús en tonos arco iris, porque no soy una niña de cuatro años imaginando a Jesús con un pequeño pony gay. Sin embargo, soñé con un helado. Aunque mi vida no parpadeaba ante mis ojos, los elementos de la infancia ocuparon un lugar destacado en los segmentos giratorios del sueño en coma. En mi Cerebro TV, algunos programas eran repeticiones, mientras que otros tenían tramas en avance, como las telenovelas. (...) Después de despertar, me sentí como si Dorothy se despertara en la cama después de su viaje por el sendero de baldosas amarillas. Muchas cosas de mi sueño tenían, de repente, sentido, excepto el helado proporcionado por cachorros en una noria y el elefante del tamaño de un juguete que sostenía una tetera con su trompa».


Savage, destacaba que su experiencia no estaba regada de pasajes bíblicos, sino de fragmentos relacionados con La Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams, uno de sus libros favoritos, que su pareja había estado leyéndole en las largas visitas a la habitación del hospital, donde yacía sin respuesta.



El cerebro, detrás de las experiencias cercanas a la muerte. - Haydenbird iStock


Las reacciones del cerebro moribundo


Las explicaciones místicas a las experiencias cercanas a la muerte han tenido siempre mucha fuerza, pero también un gran punto débil: no pueden comprobarse. Forman parte del ámbito de la fe, como el mito de la creación del ser humano o las explicaciones religiosas sobre el movimiento de los astros. Y así como Copérnico y Galileo despojaron a la Tierra de su prestigiosa posición en el centro del universo, y así como Darwin y Wallace retiraron al ser humano su arrogante herencia divina y le asignaron su auténtica ascendencia simiesca, la neurociencia puede explicar los misterios de las experiencias cercanas a la muerte mediante mecanismos naturales.


El cerebro, en su actividad neuroeléctrica, emite unos impulsos en forma de ondas, que pueden ser recogidos y analizados en un electroencefalograma. Según la frecuencia que expresen esas ondas, se clasifican en cinco tipos. Las delta, de gran amplitud, son las más lentas y se corresponden con la actividad que se desarrolla cuando se está profundamente dormido y sin soñar. Las siguientes son las ondas theta, más rápidas, se emiten durante la fase del sueño activo o durante la meditación. Las ondas alfa se corresponden con una actividad despierta pero tranquila, relajada y descansada. Las beta se expresan en estados de actividad mental compleja, en situaciones de alta concentración o excitación. Finalmente, las ondas más rápidas son las gamma, que suceden en situaciones de máximo estrés, asociadas con estados de pánico o de ansiedad.


Cuando se está cerca de la muerte, o mejor expresado, cuando el cerebro se anticipa a una potencial muerte —muera o no —, su actividad se dispara. La actividad nerviosa, que en reposo inconsciente normalmente expresa ondas delta o theta, manifiesta repentinamente episodios de ondas gamma. Esto puede provocar alucinaciones vívidas que, por supuesto, son profundamente subjetivas y estarán íntimamente relacionadas con las experiencias previas y las creencias y gustos de quien las sufre. De ahí las visiones paradisíacas más o menos complejas o ver la vida pasar ante sus ojos.


Respecto a las experiencias fuera del cuerpo, la explicación más probable es que el cerebro, durante ese momento de máxima excitación anticipada a la muerte inminente, pierde toda conexión sensorial, especialmente de la propiocepción o el sentido que nos indica dónde está cada parte de nuestro cuerpo en cada momento —ese que nos permite, con los ojos cerrados, tocar la punta de la nariz con el dedo—. Al perder esa conexión, se produce una autolocalización y perspectiva ilusorias que el propio cerebro interpreta como experiencia extracorpórea. Un fenómeno que, por cierto, ya se ha inducido con éxito en condiciones de laboratorio.


Desde el punto de vista de la ciencia, la creencia en que las experiencias cercanas a la muerte son fenómenos místicos tienen la misma raíz que la creencia en que ciertos desórdenes como la esquizofrenia o el trastorno disociativo tienen su origen en posesiones demoníacas.


Fuente: Muy Interesante

https://www.muyinteresante.es/ciencia/59726.html

Información:

Blanke, O. et al. 2005. The Out-of-Body Experience: Disturbed Self-Processing at the Temporo-Parietal Junction. The Neuroscientist, 11(1), 16-24. DOI: 10.1177/1073858404270885

Ehrsson, H. H. 2007. The experimental induction of out-of-body experiences. Science (New York, N.Y.), 317(5841), 1048. DOI: 10.1126/science.1142175

Savage, S. 2015. Covert Cognition: My So-Called Near-Death Experience. Skeptical Inquirer, 39(4).

Vicente, R. et al. 2022. Enhanced Interplay of Neuronal Coherence and Coupling in the Dying Human Brain. Frontiers in Aging Neuroscience, 14.





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