LA MUÑECA BARBIE, ORÍGENES Y SIGNIFICADO PARA EL MUNDO FEMENINO


Su nombre real es Barbara Millicent Roberts y fue presentada al mundo el 9 de marzo de 1959 en la American International Toy Fair de Nueva York, vestida con un traje de baño a rayas blanco y negro, calzando unos stilettos negros y luciendo una coleta al más puro estilo de la década de los sesenta, época de la liberación femenina. Kenneth Sean Carson, nombre real de Ken, probablemente sea uno de los hombres más populares a nivel mundial. El famosísimo Ken, más conocido por ser el novio de Barbie, nació el 11 de marzo de 1961.


En el mundo de Barbie, como en el de los otros juguetes, nada es tan inocuo o exclusivamente lúdico. Esta muñeca de mediados del siglo pasado condiciona o refuerza varios aspectos sociales.


Lejos de ser objetos inocentes, detrás de cada juguete se hallan agazapadas formas de ver y entender la vida. Unos han fomentado las aficiones por lo bélico mientras que otros, como el Monopoly han inculcado los valores de capitalismo. Desde luego también ha habido productos más sosegados como el viejo Mecano o los bloques de construcción de Lego, cuyas intenciones más bien han sido de corte pedagógico.


Lo más sorprendente de este mundo lúdico es que muchas de sus creaciones han llegado a convertirse en mitos, en auténticos íconos de culto. La popular Barbie es uno de estos casos y, detrás de esta chica fashion, lo que hay es un fenómeno cultural de envergadura que ha sido capaz de transformar mentalidades y formas de ser y estar. No debe extrañar que el personaje haya sido objeto de estudio y de muy serios debates académicos. El hecho de que el famoso Warhol hiciera un retrato de ella da buena cuenta del impacto que ha tenido a lo largo de sus más de sesenta años de vida.






Un poco de historia


Los orígenes de Barbie se encuentran en Alemania y para las mentalidades más puritanas pueden parecer algo escabrosos. La muñeca se inspiró en el personaje de una popular tira cómica que gozó de mucha fama en los años de la posguerra. Su protagonista, Lilli, retrataba a una joven divertida, seductora y casquivana que, gracias a sus encantos y a su vivo ingenio, se dedicaba a la conquista de hombres ricos y de buena posición. Dado el éxito que tuvo, los dueños de la marca, el diario Bild Zeitung, se propusieron rentabilizar al personaje creando una muñeca destinada al público en general y sobre todo a los turistas.


En unas vacaciones de verano, los dueños de Mattel, Ruth Handler y su esposo, quedaron encantados con la muñeca que se exponía en las tiendas de souvenirs. Tal fue la atracción que les generó, que decidieron comprar los derechos al periódico. Ya en Estados Unidos y en los talleres de la empresa, diseñaron una copia de Lilly.


El gran reto al que se enfrentaron fue transformar a la alemana en una chica estándar de clase media norteamericana, una como las muchas con las que se podían topar en las calles de una ciudad de Wisconsin o de Nebraska. Su presentación oficial tuvo lugar en 1959 en la feria del juguete de Nueva York y, contra todo pronóstico, la muñeca resultó ser un éxito sin precedentes. Al año siguiente de su debut, ya era una infaltable en los escaparates de tiendas de medio mundo. Para hacernos una idea del volumen del negocio, solo en el primer año se vendieron más de trescientos cincuenta mil unidades, pero luego se comercializaron por millones.



Tú puedes ser lo que quieras ser, fue el mensaje de Ruth Handler, la creadora de la reconocida muñeca Barbie. Así quiso inspirar a las niñas del mundo a hacer realidad sus sueños.


Con el tiempo, sin embargo, la estrategia de marketing no se limitó a la sola muñeca, sino que también involucró otras líneas como la ropa de quita y pon, y los complementos. Modistos famosos de la talla de Versace y otros participaron en el diseño de sus atuendos.


Barbie y sus significados


Los avispados creadores de Barbie supieron captar muy bien el espíritu de la época. Aunque probablemente nunca llegaron a calibrar el impacto que iba a tener el producto. Lo cierto es que generó una revolución sin vuelta atrás en el mundo de las niñas. La importancia del personaje radica en que, por un lado, transformó completamente las formas de jugar y, por otro, hizo que la imaginación divagara hacia territorios completamente inéditos. Pero también, y esto es muy significativo, la muñeca se convirtió en un modelo a imitar, en todo un referente.


Barbie ha suscitado no pocos debates y controversias. Los colectivos feministas, uno de sus más feroces críticos, la vieron como un objeto sexista que degradaba a la mujer reduciéndola a la superficialidad de ese mundo rosa-chicle que ciertamente forma parte del ecosistema en el que se desenvuelve la vida del personaje.


Otros adversarios la acusaron de fomentar valores materialistas que inducían al consumismo y no les faltaba la razón. Ahí están esas famosas frases antológicas que lo dicen todo: “Me encanta ir de compras” o “¿tendremos alguna vez ropa suficiente?” Los médicos también levantaron su voz de protesta señalando que la obsesión por la delgadez del personaje estaba incrementando los casos de anorexias y de bulimias. Incluso los psicólogos hicieron saltar las alarmas cuando denunciaron que la muñeca estaba detrás de los severos cuadros de ansiedad que afectaban a las niñas.


El tema del cuerpo también levantó protestas entre los sectores más conservadores de Norteamérica, quienes sugirieron que sus formas curvilíneas y sus generosos pechos fomentaban el erotismo y conductas no apropiadas para la edad. Esto mismo se repitió con Ken, su novio, al que los más perspicaces vieron como un objeto sexualmente escabroso y perturbador.


Muy conocida es la controversia que provocaron las dimensiones de sus genitales, algo que llevó a Mattel a revisar sus modelos. Finalmente tampoco faltaron los que vieron en la muñeca un punto de racismo debido a que promovía cánones de belleza anglosajones. Para los más suspicaces, su condición de blanca, rubia y de ojos azules reducía a la marginalidad a los otros modelos de mujer.




Pero frente a sus críticos también han aparecido los apologistas que han tratado de reivindicar a Barbie con argumentos que no dejan de tener su peso. Si bien la muñeca claramente consagró el glamour y lo banal, también se ha visto en ella un motivo de inspiración que ayudó a configurar el prototipo de mujer moderna, independiente y triunfadora. Gracias a su enorme poder de persuasión, abrió a las niñas un abanico de nuevas posibilidades de realización personal y las impulsó a salir de los tradicionales y restrictivos roles de género de mediados del siglo pasado.


Hasta ese momento los juguetes se habían enfocado en desarrollar los instintos maternales y hacer de ellas virtuosas amas de casa. Barbie, por el contrario, les permitía fantasear con ser adultas y con tener una carrera, algo que a finales de los cincuenta todavía resultaba chocante. Gracias al modelo que implantó, las niñas se quitaron de la cabeza ese ideal de mujer cuyo fin último se reducía a criar bebés y a cambiar pañales.



 En el 2016 la chica de plástico fue presentada con una nueva figura, un poco más robusta y “cercana” a la realidad del cuerpo de una mujer saludable. Para anunciarlo, Barbie fue la portada de la revista Times, bajo el título “Ahora podemos dejar de hablar de mi cuerpo: lo que la nueva forma de Barbie dice de la figura americana”. Margot Robbie, será quién se ponga en la piel de Barbie, la película de acción real de Barbie que se estrenará próximamente.


La Barbie embarazada tardó en llegar a los escaparates. Sus apologistas han destacado cómo el personaje las impulsó a buscar una carrera como un modo de ser independientes y autónomas. Tal fue el énfasis que se puso en el asunto que se le hizo desempeñar más de ciento sesenta profesiones, entre las que se contaban las de secretaria, astronauta o soldado.


Frente a las críticas relativas a su materialismo, sus defensores han argumentado que Barbie tenía posesiones precisamente por su condición de mujer exitosa, segura de sí misma y, sobre todo, porque había sabido explotar todo su potencial. Para acentuar este carácter la compañía desarrolló las Sheroes (de she-heroes) y Tribute Collection, dos colecciones que retrataban a mujeres destacadas y empoderadas.


Se adapta a los tiempos


Si algo ha caracterizado a Barbie es su enorme plasticidad para estar al día y adaptarse a los cambios sociales. Sus inteligentes creadores han sabido navegar por el plácido mar de lo políticamente correcto. Para aplacar las polémicas relativas a su cuerpo, se desarrollaron muñecas más parecidas a la mujer real, incluso se fabricó una Barbie entrada en kilos, un modelo que llegó a ser portada en la revista Times.


Del mismo modo frente a las acusaciones de racismo, la empresa creó una línea inclusiva de Barbies multiétnicas. En 1980 aparecieron las primeras negras y las primeras hispanas. Pero Mattel fue más transgresora cuando creó una muñeca trans que se inspiró en una actriz y activista LGTB. ¡Otro buen ejemplo de la capacidad de la economía de mercado de revertir la crítica de sus enemigos y hacer de ello la plataforma de un buen negocio!



Mattel decidió homenajear a seis heroínas reales que inspiran a millones de niñas rompiendo fronteras y ampliando las posibilidades de mujeres de todo el mundo. ¿Cómo? Todas ellas han sido representadas en una Barbie OOAK (One Of A Kind). Warhol se relacionó con esta icónica muñeca al incluirla en uno de sus famosos retratos de serigrafía, en 1986.


Competencia ilegal


Mattel, que buscaba mantener la primacía en el mercado, tuvo que afrontar la competencia de sus rivales. Probablemente el mayor reto que encontraron fue la aparición de las Bratz, que durante un tiempo amenazaron con restar protagonismo a la Barbie. Si bien la empresa logró encajar bien el golpe, sus respuestas no siempre se mantuvieron dentro de la legalidad. Mattel jugaba sucio y de hecho hasta recurrieron al espionaje, algo que los llevó a los tribunales.


Cuando Ruth Handler, que era un águila para los negocios, se enteró que Hasbro, su eterna rival, iba a sacar al mercado una muñeca estrella del rock, ella se adelantó y en tiempo récord presentó al público Barbie y las roqueras. Handler era en realidad una mujer sin escrúpulos y capaz de infringir la ley las veces que fueran necesarias. De hecho M. G. Lord, una conocedora de las entrañas de Mattel, la definió como una delincuente de guante blanco.


Fuente: Mundo Diners 

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