LA RESISTENCIA DE LA CASA DE PAVLOV.
Un soldado soviético con un lanzallamas durante los combates por el centro de Stalingrado.
La batalla de Stalingrado duró desde el 23 de
agosto de 1942 hasta el 2 de febrero de 1943 y fue una lucha cruel, entre
ruinas, casa por casa, que se llevó las vidas de 2 millones de personas. Tanto
para alemanes como para soviéticos la ciudad tenía un importante carácter
simbólico. En la ciudad de Stalin, la vida perdió todo su valor. En la ciudad
era todo o nada. Y para los alemanes se terminó convirtiendo en una cuestión de
supervivencia.
La resistencia
de la casa de Pavlov.
Para Hitler, el potencial simbólico de la
ciudad de Stalin, su mayor antagonista, era tan importante que ordenó tomar la
ciudad, sin importar el costo que esto supondría. Los combates callejeros se
prolongaron durante meses mientras las posiciones cambiaban de bando hasta
varias veces al día. Cada fábrica, cada edificio, cada casa era un campo de
batalla donde los soviéticos vendían cara la ciudad de su líder.
Una de las figuras más inspiradoras de la
batalla, que sirvieron como modelo de resistencia ante el invasor alemán, fue
el sargento Yakov Pavlov. Éste y su pelotón aguantaron la defensa de un bloque
de apartamentos contra un enemigo superior numéricamente entre el 27 de
septiembre y el 25 de noviembre de 1942. En total 59 días.
Pavlov, reclutado en 1938, se convirtió en
líder de una sección de reconocimiento después de que los oficiales de su
unidad murieran en los inicios de la batalla. Su unidad combatía en la
vanguardia de las líneas soviéticas.
En uno de los ataques a las líneas defensivas
alemanas, Pavlov y su unidad, formada por 30 soldados, arrebataron a los
alemanes un bloque de apartamentos de cuatro plantas, próximo al río Volga.
Pero las líneas soviéticas se encontraban muy lejos de ellos, por lo que finalmente
quedaron rodeados. En ese momento la perversa orden 227 de Stalin que ordenaba
no dar "ni un paso atrás" se hizo efectiva. De este modo Pavlov
ordenó fortificar el edificio para defenderlo hasta el último hombre y la
última bala.
En el inmueble no estaban solos. Los
inquilinos aún se encontraban en el bloque de apartamentos. Pavlov los protegió
en el sótano, del que muchos no salieron hasta el fin del asedio, aunque
algunas fuentes afirman que varios de ellos participaron en los combates.
La resistencia
de la casa de Pavlov.
Para fortificar la posición se colocaron
varias líneas de alambradas y se situaron nidos de ametralladoras en el desván
y el sótano. El único fusil antitanque de que disponían lo situaron en el
tejado del edificio ya que desde esa posición podían perforar el blindaje más
delgado de la parte superior de la torreta de los panzers alemanes. Con esa
técnica los defensores inutilizaron un importante número de blindados. Alguna
pared interior se derribó para mejorar la comunicación y se excavaron unas
zanjas en el exterior y se plantaron algunas minas.
Dormir era un lujo difícil de conseguir para
los hombres de Pavlov ya que los alemanes disparaban día y noche para mantener
a los sitiados despiertos y doblegarlos por agotamiento. Los soldados
soviéticos no disponían de camas, por lo que como único catre utilizaban el
aislante de las paredes.
Tras numerosos ataques, los cuerpos de los
caídos comenzaron a acumularse en la calle por lo que los sitiados tuvieron que
retirar buena parte de ellos debido a que los alemanes los usaban como
parapetos. Algunos refuerzos lograron romper el cerco alemán, y llevaron más
municiones y armas, como una ametralladora pesada, siete ligeras, dos fusiles
anticarro, una pieza anticarro de 45 mm y tres morteros. Durante la defensa
llegaron a ser entre 70 y 100 efectivos y la casa estaba comunicada con la
retaguardia por pasos subterráneos y una trinchera de comunicación.
Pavlov no estuvo solo al frente de la defensa.
Al principio de la toma del edificio estaba al mando el teniente Afanasiev, que
resultó herido. El 30 de octubre tomó el mando el Capitán Naumov. El 24 de
noviembre Naumov organizó un asalto a una lechería próxima a la casa, en el que
murió. Ese mismo día Pavlov fue herido y evacuado.
La propaganda soviética convirtió lucha por la
Casa de Pavlov en un importante símbolo de la dura y obstinada resistencia
soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Según la versión oficial, tras los
59 días de lucha, sólo 4 hombres de los 30 originales lograron salvar la vida,
entre ellos Pavlov. Pavlov llegó hasta Berlín, donde luchó por la toma de la
capital del III Reich, y sobrevivió a la guerra, llegando a ser declarado Héroe
de la Unión Soviética en 1945.
En la posguerra el edificio se demolió y
nuevamente fue construido. En la fachada que mira al Volga, los escultores
P.L.Malkova y A.V.Golovanova, construyeron un monumento conmemorativo en 1965,
con los ladrillos originales. En las proximidades, se encuentra el Museo
Panorama de Stalingrado y los restos de un antiguo molino de grano, que algunos
confunden con la Casa de Pavlov.
Fuente: El Cajón de Grisom
http://www.elcajondegrisom.com/2019/01/la-resistencia-de-la-casa-de-pavlov.html
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