LOS PANFLETOS DE HIROSHIMA Y NAGASAKI ¿FUE UN AVISO DEL INFIERNO NUCLEAR?
En el Museo de la Segunda Guerra Mundial de
Nueva Orleans, se encuentra un interesante documento casi desconocido que
parece mostrar que los norteamericanos avisaron a los japoneses antes del
ataque nuclear a Hiroshima y Nagasaki.
La primera "advertencia" potencial
es la Declaración de Potsdam, del 26 de julio de 1945 que dice en su último
punto:
"Llamamos al gobierno de Japón para que
proclame ahora la rendición incondicional de todas las fuerzas armadas
japonesas y brinde garantías apropiadas y adecuadas de su buena fe en tal
acción. La alternativa para Japón es la destrucción rápida y total."
¿Se suponía que la "destrucción rápida y
total" implicaba un bombardeo atómico? No está nada claro, pero un
borrador anterior, escrito por el secretario de guerra Stimson, mucho antes de
que se conocieran los resultados de la prueba Trinity, no incluye
"destrucción rápida y total".
Antes de lanzar las bombas atómicas sobre Japón,
Estados Unidos lanzó millones de panfletos diferentes sobre 47 ciudades
niponas, animando a la rendición y a que los civiles abandonaran las ciudades
ante un ataque inminente. El que se encuentra en el museo dice:
"Lea esto con cuidado porque podría salvar
su vida o la de un pariente o amigo. En los próximos días, algunas o todas las
ciudades nombradas en la parte de atrás serán destruidas por bombas
estadounidenses.
Estas ciudades poseen instalaciones militares
y fábricas o talleres que producen productos militares.
Estamos decididos a destruir todas las
herramientas que la camarilla militar está usando para prolongar esta guerra
inútil.
Pero, desafortunadamente, las bombas no tienen
ojos. Así que, de acuerdo con las políticas humanitarias de América, la fuerza
aérea americana, que no desea herir a la gente inocente, ahora le avisa de que
deje las ciudades nombradas y salve su vida.
América no está luchando contra el pueblo
japonés, pero sí está luchando contra la camarilla militar que ha esclavizado a
los japoneses. La paz que América traerá, liberará a la gente de la agresión de
la camarilla militar y significará la aparición de un Japón nuevo y mejor.
Ustedes pueden restaurar la paz demandando
lideres nuevos y buenos que finalicen la guerra.
No podemos prometer que sólo estas ciudades
estarán entre las atacadas, pero algunas o todas ellas lo estarán, así que,
hagan caso de esta advertencia y evacuen estas ciudades inmediatamente."
Tras el lanzamiento de la bomba en Hiroshima,
incluso más panfletos fueron lanzados, y decían así:
"América le pide que haga caso inmediato
de lo que decimos en este panfleto. Tenemos el explosivo más destructivo que
nunca haya sido diseñado por el hombre. Una sola de nuestras bombas atómicas
recién desarrolladas tiene, de hecho, el equivalente en poder explosivo a lo
que 2000 de nuestros gigantes B-29 pueden llevar en una única misión.
Este hecho terrible es para que ustedes lo reflexionen y solemnemente aseguramos que es tristemente riguroso.
Acabamos de empezar a usar esta arma contra su
patria. Si todavía tiene alguna duda, pregunte lo que pasó en Hiroshima cuando
solo una bomba atómica cayó en esa ciudad.
Antes de usar esta bomba para destruir todos
los recursos de los militares con los que están prolongando esta guerra inútil,
pedimos que ahora ustedes reclamen al Emperador que finalice esta guerra.
Nuestro presidente ha resumido para ustedes
las trece consciencias de una rendición honorable.
Rogamos que acepten estas consecuencias y
comiencen el trabajo de construir un Japón nuevo, mejor y amante de la paz.
Ahora deberían dar pasos para cesar la
resistencia militar. Si no, usaremos con determinación esta bomba y todas
nuestras armas superiores para acabar esta guerra contundente y
rápidamente."
Una emisora de radio controlada por los
norteamericanos en Saipán también lanzaba estos mensajes a los ciudadanos
japoneses las 24 horas del día en intervalos de 15 minutos.
Los panfletos se imprimieron con varios
anversos, en los que no variaba la imagen de los B-29 lanzando sus bombas
(recorte de una fotografía del bombardeo de Yokohama) pero si cambiaban los
nombres de las ciudades que aparecían en los círculos. En el lanzado el 27 de
julio de 1945 están las ciudades de Tokio, Ujiyamada, Tsu, Koriyama, Hakodate,
Nagaoka, Uwajima, Kurume, Ichinomiya, Ogaki, Nishinomiya y Aomori. Al día
siguiente, Aomori, Ichinomiya, Tsu, Ujiyamada, Ōgaki y Uwajima fueron
bombardeadas con bombas incendiarias y miles de personas murieron. Este folleto
es el que se encuentra a la izquierda en B/N. En la imagen en azul aparecen las
ciudades de Nagano, Takaoka, Kurume, Fukuyama, Toyama, Maizuru, Otsu,
Nishinomiya, Maebashi, Koriyama, Hachioji y Mito.
Se volvieron a lanzar panfletos el 30 de julio
y nuevamente el 1 de agosto. Ese día, Mito, Hachioji y Nagaoka fueron
bombardeadas, y Toyama, Maebashi y Saga en los días siguientes. Aunque estos
panfletos fueron lanzados por todo Japón las ciudades de Hiroshima y Nagasaki
no aparecían en ellos. Algunas de las ciudades no fueron objeto de un ataque
aéreo hasta más de una semana después de haber sido lanzados los panfletos que
las incluían.
Las octavillas son conocidas como los
"panfletos LeMay", por Curtis E. LeMay, general de las Fuerzas Aéreas
de los Estados Unidos (USAF), que dirigió la campaña de bombardeos estratégicos
durante la campaña del Pacífico.
El primero de los folletos lanzados no avisaba
específicamente de un bombardeo de la magnitud del producido por una bomba
atómica, se refería a bombardeos convencionales. Por lo tanto, los ciudadanos
de Hiroshima desconocían lo que les esperaba el 6 de agosto de 1945. El segundo
panfleto fue lanzado después de que Hiroshima fuera bombardeada y antes de
Nagasaki. Según ordenes de las autoridades militares japonesas era un delito
leer o recoger los folletos, por ese motivo algunos se disfrazaron de papel
moneda.
El día después de la bomba de Hiroshima, el
general Henry Arnold ordenó que se prepararan panfletos de propaganda sobre la
bomba atómica. La idea era lanzar 6 millones mientras se seguía con las
emisiones de radio. El panfleto sería muy similar a un diario japonés y
mostraría el hongo atómico con una advertencia. Tras la entrada de la URSS en
la guerra en el Pacifico se paró la impresión de los folletos para incluirlo. Finalmente,
se terminó la impresión, pero no había coordinación con los planes de bombardeo
reales. Así que Nagasaki recibió folletos de advertencia, el día después del
bombardeo atómico.
Lo cierto es que los tres días entre ambas
bombas no era suficiente para que los japoneses consideraran el alcance real de
la bomba antes del bombardeo a Nagasaki. El objetivo era originalmente Kokura,
pero debido a la mala visibilidad, el avión cambió a su objetivo secundario:
Nagasaki. Por otro lado, Hiroshima y Nagasaki tenían escaso valor militar. A
pesar del lanzamiento de ambas bombas los norteamericanos siguieron con los
bombardeos convencionales hasta el 15 de agosto, muchos de ellos con bombas
incendiarias que aumentaron el terror entre la población civil.
El 15 de agosto el Emperador Hirohito se
dirigió al pueblo para comunicar la rendición del Imperio del Japón. En el
discurso hizo referencia a las bombas:
"Además, el enemigo ha lanzado una nueva
y cruel bomba, que ha matado a muchos ciudadanos inocentes y cuya capacidad de
perjuicio es realmente incalculable. Por eso, si continuamos esta situación, la
guerra al final no sólo supondrá la aniquilación de la nación japonesa, sino
también, la destrucción total de la propia civilización humana. Y si esto fuese
así, cómo podría proteger a mis súbditos, mis hijos, y cómo podría solicitar el
perdón ante los sagrados espíritus de mis antepasados imperiales."
Los panfletos tuvieron éxito en un aspecto:
lograron asustar a los ciudadanos, no salvarlos de las bombas. No formaban
parte de ninguna misión humanitaria. Eran parte de una campaña de Guerra
Psicológica contra la población civil Cuando la gente intentó evacuar, el
movimiento de los no combatientes inmovilizó en parte a las fuerzas militares,
lo que provocó un mayor colapso de la estructura social en las comunidades
japonesas. Cuando finalmente llegaron los bombarderos B-29, ya fuera con bombas
incendiarios, bombas nucleares o más panfletos, el ejército o los civiles no
podían hacer mucho.
En el caso de Hiroshima y Nagasaki, que nunca
fueron nombrados en los folletos, no es de extrañar que nadie esperara el
infierno que vendría desde el aire.
Fuente: El Cajón de Grisom
http://www.elcajondegrisom.com/2020/06/los-panfletos-de-hiroshima-el-aviso-del.html
Revisión y Diseño: elcofresito
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