ROMA, 1890: EL ESPLENDOR DECADENTE DE LA CAPITAL ITALIANA, EN FOTOS A TODO COLOR.
El foro, vacío, peor conservado que hoy en día. El Coliseo al fondo.
Pocas ciudades
ostentan el poderoso magnetismo histórico de Roma. Sus esquinas supuran
imperios, decadencia, invasiones y cultura por los cuatro costados, y alejadas
del mundanal ruido del tráfico italiano, Roma parece congelada en el tiempo
como casi ninguna otra ciudad. Permanece inalterable, semiderruida, a medio
hacer, vívida y apasionante. Con más de dos milenios de existencia a sus
espaldas, ¿quién podría preocuparse por su estado hace tan sólo cien años?
Nosotros, claro, de
la mano de Retronaut y de una exquisita colección de fotografías a color
tomadas en la ciudad en 1890.
Hay varios elementos
interesantes a destacar en la Roma finisecular que tan sólo un puñado de años
antes había entrado a formar parte del joven estado italiano. Por un lado, no
hay automóviles y tampoco hay pavimento: el tráfico es un elemento tan
sustancial como peligroso a la identidad contemporánea de Roma. Por otro,
tampoco hay turistas. Roma sufre (o disfruta, depende de las prioridades de
cada uno) del mismo fenómeno que Venecia o Barcelona: su esencia ya es
indiferenciable de las oleadas de turistas en cada monumento.
A finales del siglo
XIX, Roma era una capital irrelevante en el mapa de las naciones europeas. Su
esplendor de antaño sólo se manifestaba ahora en el decadente estado de sus
ruinas, la mayoría de ellas sin restaurar. Con todo, la vista de una ciudad aún
por transformar, repleta de siglos de historia sobre sus hombros, resulta del
todo fascinante: al igual que el de París, se trata de un acercamiento único y
repleto de posibilidades a una ciudad eterna.
Las fotos, por
cierto, están disponibles en la Librería del Congreso de Estados Unidos (cuyo
archivo es vastísimo), y fueron tomadas empleando la técnica del fotocromo. Tal
procedimiento mezcla la fotografía en blanco y negro y la litografía en color,
y fue desarrollado alrededor de una década antes a la toma de las imágenes
romanas en Suiza, por la compañía de imprenta de Orell Gessner Füssli. El
fotocromo utiliza diversas placas litográficas (sustancias rocosas que sirven
para colorear tintes) para dar vitalidad al negativo de las fotos.
El interior de San Pablo.
El interior del Coliseo.
El célebre puente que conduce al castillo de Sant'Angelo. Es una de las estampas más icónicas y maravillosas de Roma.
El monumento a Garibaldi, héroe de la unificación italiana, tan reciente en 1890.
El espectacular Templo de Saturno y el Arco del Triunfo de Septimus Severus.
El Arco del Triunfo de Tito.
El templo de Vesta.
La colina capitolina.
La Columna de Trajano, uno de los monumentos imperiales más espectaculares de la ciudad.
La escalinata de Plaza España.
La fontana de Trevi, ¡sin turistas!
La Piazza Navona.
La plaza de la República.
La Plaza de Minerva.
La Plaza de San Pedro, dentro del Vaticano.
La puerta de San Pablo.
Los alrededores del Coliseo.
Más estampas del foro.
Otra panorámica. Algunas lugares y edificios de la ciudad, como es natural, se han visto sometidos a una importante remodelación.
Panorámica de Roma. Roma no ha cambiado demasiado en un siglo.
Piazza del Popolo, uno de los lugares más simbólicos de la capital romana.
Roma no contaba con la vitalidad cultural de otras urbes continentales como París, Berlín o Londres, pero sus calles aún respiraban arte e historia.
Ruinas del Templo de Castor y Polux.
Y más foro. Hoy en día esta imagen es inimaginable, los milagros del turismo moderno no lo permiten.
Fuente: Mohorte, Magnet
Revisión y Diseño:
elcofresito

























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